martes, 17 de abril de 2012

Una investigación profunda sobre un período doloroso. El tiempo del “Proceso”, Hugo Quiroga


Homo Sapiens, 2004


            No se si en este espacio comenté alguna vez mi denodado interés por la historia política contemporánea argentina. Confieso que son más los libros en mi haber acerca de estos temas que los que abarcan todo otro tipo de literatura. Pero, siendo franco, los últimos años he destinado un tiempo mínimo a la lectura de aquellos, pues había llegado a saturarme el haber dispuesto muchos años a la lectura de los distintos análisis, perspectivas y enfoques que la historia argentina ha deparado a todos sus ciudadanos a lo largo del último siglo. No obstante, vuelvo a ellos de manera intermitente.
            La lectura del presente título la disparó un enorme periodista vernáculo –José “Pepe” Eliaschev- al hacerse presente en un programa televisivo local que, entre otras cosas, intentaba que el entrevistado recomendara al menos tres libros a la audiencia. Eliaschev, entre los suyos, recomendó éste, que también se encontraba entre mis títulos a leer en esta materia.
            El Proceso de Reorganización Nacional, desde el golpe de Estado del General Jorge Videla hasta el traspaso del mando a Raúl Alfonsín, a manos del General Reynaldo Bignone es, cuando no brutal, nefasto y aciago, extremadamente doloroso en todos sus términos. Recorrer este período de nuestra historia es adentrarse en la oscuridad, la desidia y el mayor sinsentido político.
            Yendo al texto, éste posee tal grado de organización que resulta difícil sustraerse a tamaña estructura. Luego de una presentación, donde el autor aborda el enfoque que dará al curso de su desarrollo, se pasa al análisis del funcionamiento del sistema político argentino, la legitimación y la dominación militar, al igual que su descomposición. Después, el libro se divide en tantas partes como presidentes arrojó al poder: Videla, Viola, Galtieri y Bignone.
            La sensación que el lector va adquiriendo a través de sus páginas es de una irremisible fatalidad. Esa percepción que hemos tenido muchos de nosotros –durante ese período- del carácter inevitable de lo que acontece. Algo de lo que aun no terminamos de desprendernos y sigue dando vuelta en medio de nuestra sociedad como un cadáver insepulto, como una náusea. Esa imagen de que nuestro vuelo no puede despegar ni elevarse debido al lastre de historia que se resiste a pasar al olvido. Porque aun sigue siendo presente.
            Hay algo que subyace. No tiene que ver con los desaparecidos, ni con la repercusión política de los hechos de gobierno. Ni siquiera con los condicionamientos que se intentó poner a la transición democrática en su momento. No. Tiene que ver con los verdaderos beneficiarios económicos del Proceso; con aquellos que se han mantenido en el anonimato pero que han podido obtener pingües ganancias estando relativamente cerca del calor oficial. Esos a quienes se han denominado “aguas vivas” porque siempre están a flote, sin mediar partido o signo distintivo. Una clase parasitaria, sin más señas personales que el beneficio.
            Descubrirlos, denunciarlos e intentar que la Justicia tome cartas en el asunto se desprende de la natural lectura de este texto sucinto, escrito sin apasionamientos, sin identificaciones ideológicas, pero con un gran respeto no sólo de las instituciones sino de las personas, que componen la célula democrática en cada hogar. En nosotros, pueblo, está la responsabilidad de hacernos cargo de aquellos que son nuestros representantes.
Marcelo Zuccotti

2 comentarios:

  1. hola.. muy interesante los comentarios del libro...¡el tiempo del proceso!!

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    1. Gracias, Mónica, por darte una vuelta. Para quien siente curiosidad sobre el período, éste es el libro a leer. Los demás, o bien son parciales en sus enfoques, o panfletarios. Lástima que no es fácil de conseguir, pero vale la pena intentarlo. Saludos.

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