jueves, 25 de octubre de 2012

Cuando la vida se vuelve sólo presente. Desayuno en Tiffany's, Truman Capote


RBA, 1994

            Era una de esas novelas que estaban esperando ser leídas, cuando alguien propuso ver la adaptación al cine. En verdad, hace mucho tiempo atrás, con una compañera de redacción habíamos pergeñado un ciclo de cine y literatura, con títulos entre los cuales se encontraba éste, pero no habíamos podido concretar un espacio adecuado a los objetivos. En ese entonces, ni siquiera había una edición disponible. La que poseo no es nada brillante; la traducción deja bastante que desear porque usa modismos centroamericanos, lejos del castellano neutro.
            Este libro de Capote retrata como ninguno el mejor ejemplo de una ‘fuga hacia adelante’; alguien con un pasado que no desea recordar, un presente de reuniones sociales y pasatismo barato, donde el futuro se sospecha desolador.
            Holly Golightly encarna la frivolidad y el glamour de una joven desprejuiciada en su veintena. Amante de la sofisticación que transita el New York de los años ’50, no escatima esfuerzo ninguno –incluyendo la prostitución y el narcotráfico- con tal de adquirir renombre y ser parte de esa vida disipada de la posguerra, sin nostalgia ninguna por el pasado. De hecho, hasta ha cambiado su nombre propio. Su vida se ha vuelto sólo presente.
            A su vez, quien relata su acontecer –a manera de evocación posterior- es un escritor que comparte el edificio donde ella vive y quien se ha hecho amigo –aunque sus expectativas iban más allá- de Holly, salvándola de insidiosas situaciones cotidianas.
            El texto es llevadero, de gran fluidez y un estilo que utiliza la propia jerga neoyorquina en sus diálogos. Capote se hace eco de los avatares de la protagonista para mostrarnos la otra cara del mundillo de ‘celebrities’ y famosos: la sordidez y soledad a que se ven sometidos aquellos que no pueden ser parte de lo ‘fashion’ y sólo alientan la ilusión de pertenecer.
            Un último párrafo merece la puesta en escena de Blake Edwards, con una adorable Audrey Hepburn en el protagónico y George Peppard en el rol del escritor. Capote hubiera preferido a su amiga, Marylin Monroe, pero ella lo rechazó para no quedar encasillada en esos roles. El film quizás no sea todo lo apegado al libro que debiera, pero entre ambos actores salvan las diferencias y vuelven entretenida a esta comedia romántica, donde el final ha sido reelaborado, acorde a las necesidades del director; un final que resulta esperanzador y feliz, no tan sombrío como lo es en el libro.
           
Marcelo Zuccotti

viernes, 19 de octubre de 2012

Últimas imágenes de un naufragio. La cripta de los capuchinos, Joseph Roth


Acantilado, 2002


           Un amigo me sugirió este título, como ‘lo más representativo’ de la obra de Roth después de la afamada ‘Marcha Radetzky’. Ya había incursionado en la narrativa del autor a través de una obra poco difundida, que había sido sacada del sueño de los justos merced a un programa televisivo que la recomendaba: ‘La leyenda del santo bebedor’.
            Es la historia de un miembro juvenil de los Trotta, una familia de orígenes humildes ennoblecida durante el reinado de Francisco José I debido a que uno de ellos le salvó la vida en una batalla. Ambientada en la Viena imperial dominada por los Habsburgo, narra las peripecias de su protagonista desde casi fines de la monarquía (1913) hasta la llegada de los nazis. El propio Trotta nos describe cómo era su vida:
‘Yo vivía en el ambiente alegre y desenfadado de los jóvenes aristócratas, ambiente que, junto al de los artistas del antiguo imperio, era el que más me gustaba. Compartía con ellos la frivolidad escéptica, la melancólica petulancia, una negligencia enfermiza, y un ascetismo altivo, todo lo cual era característico de una decadencia que todavía no vislumbrábamos.’
            Mas el inicio de la guerra y la necesidad de enrolarse en la milicia lleva a Trotta y sus amigos a un mundo completamente distinto. Una vida despreocupada, cobijada bajo la molicie que otorga la disponibilidad económica, junto al melancólico romanticismo propio de los últimos refugios de la decadencia decimonónica, dan paso a las alternativas que despliega la lucha, la prisión y la posterior fuga.
            Lo destacable del libro es el regreso de Trotta, después de cuatro años de larga ausencia, a su hogar devastado por la guerra, donde ya nada es lo que había sido; ni la ciudad, ni la gente. Así, Roth nos transmite el profundo sentimiento de desazón y vacío que vive aquel que se ha transformado en un paria, un descastado. En un mundo deshecho, donde todo lo que era cotidiano ha desaparecido, donde los vínculos personales se encuentran rotos y en el que no parece haber lugar para quien no posea una profesión, la vida se asume como despropósito y toma rumbo hacia la indiferencia, el desapego y la renuncia. Porque de esto se trata. Una renuncia a vivir en un medio hostil a nuestros valores, donde todo aquello que habíamos conocido, que amábamos y por lo que habríamos dado nuestra vida, es mejor no recordar y destinarlo a ser parte de la historia y del olvido. La cripta de los capuchinos, que reúne los sepulcros de todos los jefes de Estado, se convierte en el último bastión de un pasado que se niega a morir. Todo un icono para aquellos que no han podido reinsertarse en las nuevas condiciones que han impuesto los cambios suscitados por la guerra.
            Particularmente divertida es la escena en la que se describe el anuncio de la llegada del nazismo,
‘…por eso me sorprendió más que a mis amigos la aparición de semejante figura, que parecía emerger de los lavabos situados en el sótano, pero que en realidad había entrado por la puerta de calle. Durante unos minutos llegué a pensar que los lavabos, que yo conocía bien y que estaban situados en el sótano, se habían trasladado repentinamente afuera, y que uno de los hombres que allí servían había entrado para anunciarnos que todas las plazas estaban ocupadas. Pero el hombre dijo: -Compatriotas, el Gobierno ha caído, y un nuevo gobierno del pueblo, un gobierno alemán, está en marcha.’
            Escrito en 1938 y narrado en primera persona, Roth ha hecho de este libro una magnífica postal de la sociedad vienesa, aristocrático aposento del imperio Austro-Húngaro devenido en aliado forzado del nazismo, al que desprecia. Ameno, fluido, descarnado y desapasionado, resulta una buena elección para iniciarse en la obra de este autor austríaco.
Marcelo Zuccotti

martes, 16 de octubre de 2012

Cumpleaños estéreo




     Al reunirnos por primera vez en aquel café, sin conocernos, a inicios de setiembre de 2011, con sólo un puñado de buenas ideas y muchas más ilusiones compartidas, lejos estaba de creer en que ese proyecto podría convertirse en realidad. Hoy, a poco más de un año de nuestro primer artículo, y a sabiendas de haber efectuado contadas lecturas ‘en estéreo’ tal como nos habíamos propuesto, conservo el mismo entusiasmo del principio, con la firmeza de saber que lo disímil de nuestros gustos literarios no nos privará de la excitante aventura que despierta el elegir nuevos títulos, basado en la confianza que otorga haber compartido mucho más que libros. Gracias, Claudia, por todos los buenos y gratos momentos vividos con intensidad literaria y simpleza de espíritu. Y muchísimas gracias a vos, amigo lector, que también eres parte de este espacio, por confiar en la honestidad de nuestras apreciaciones, por tu participación con un mínimo comentario o con sólo disponer del tiempo necesario para leer nuestras reseñas. Brindo por todo esto en nuestro primer aniversario.

Marcelo




     En este primer año, después de haber compartido varios libros y distintas miradas acerca de ellos puedo decir que fue una acertada idea crear este espacio. Nos ha dado infinitas charlas con muchos termos de mates de por medio, intercambios de opiniones sobre la literatura de acá y de afuera y, lo más importante, una bonita amistad.  
     Haciéndolo nos dimos cuenta que nos complementamos mucho el uno al otro. Marcelo es metódico, detallista y tiene una memoria de elefante; y yo soy totalmente el polo opuesto. Debe ser por eso que nos llevamos muy bien.
     Gracias Marcelo por confiar en mí para armar este blog, que tantas satisfacciones nos dio. Y también un GRACIAS enorme a los que nos visitan a diario, que leen y comentan nuestras reseñas. Nos da un gran placer escribirlas. Brindo por el primer año de Libros en Estéreo. ¡Salud!                                                                                                                                                                                                                                                     
       Claudia






     

martes, 9 de octubre de 2012

El abandono escondido bajo la alfombra. Trampa de luz, de Matías Capelli.



Eterna Cadencia, 2011



     Trampa de luz es la historia de un joven que despierta de su somnolencia cuando la ex novia –a la que tanto amó- reaparece en su casa para devolverle un dinero y le cuenta como si fuese una yapa que está embarazada de la actual pareja. La noticia lo golpea fuerte, como si alguien le hubiese dado un cachetazo, y lo hace volver en sí.
     Las situaciones que le suceden en el transcurrir del día van de la mano con la ola de calor y el despertar de una tormenta de verano que amenaza en llegar. La información de la muerte de dos custodios de un camión de caudales en los bosques de Palermo y el paro de los recolectores de basura lo acompañan en sus pensamientos durante toda la jornada.
     Matías Capelli narra de una forma poética y cinematográfica la historia de un joven del que nunca sabremos su nombre; logra detallar el mundo oscuro en el que vive inmerso con descripciones extraordinarias. El protagonista hace de la dejadez una postura casi inverosímil: un abandono total sobre su cuerpo, de sus pertenencias, de su auto descuartizado varado en la vía pública, de sus relaciones sociales; pero ante los ojos de los demás –su familia y sus primos– él actúa como si nada hubiese pasado y dibuja la misma rutina que tenía antes de que su ex novia lo dejara.
     Es una novela que atrapa por los climas generados y que Capelli sabe implantar con destreza.

Claudia Perez