martes, 27 de noviembre de 2012

Una novela costumbrista y local. Como agua para chocolate, Laura Esquivel


De Bolsillo, 2004

           Hacía cierto tiempo que mi mejor amiga me lo había regalado ‘porque sí’ –según su amorosa dedicatoria-. Tanto le había gustado a ella que quiso compartirlo conmigo y no halló mejor manera que obsequiarme un ejemplar.
            La película basada en este ‘best seller’ ha dado la vuelta al mundo. La historia de Tita, la menor de tres hermanas, desde el nacimiento hasta su fin, está impregnada de tradición, sentimientos y pasado nacional mexicano, al que hace continuas referencias.
            Ambientada en el México de la Revolución Zapatista, en un rancho alejado de los centros populistas, desde sus primeros días el lugar de Tita es la cocina, con su abanico de aromas, sabores y perfumes. De Nacha, la encargada del servicio, aprendió todas las recetas y los secretos de la gastronomía que, una vez mayor, pone de manifiesto en cada plato de comida con un talento especial, capaz de transmitir lo que su propio corazón alberga.
            Una norma tan antigua como obsoleta –la hija menor no puede contraer matrimonio porque debe ser la encargada de cuidar de su madre hasta su deceso- le impide compartir el amor de Pedro, de quien se encuentra enamorada –quien termina casándose con su hermana para estar cerca de ella- y sólo puede alcanzar furtivos –pero intensos- momentos con su amado.
            Una madre severa y de férrea disciplina, una hermana débil y celosa, otra hermana aventurera, un médico viudo, un amado conformista, una entrañable ama de llaves y cocinera y su ayudante, una jovenzuela pizpireta, hacen las delicias de esta comedia de amores, desencuentros y  enredos varios, en un trasfondo histórico - político bien descripto.
            Cada capítulo pertenece a un mes calendario y se abre con una receta de platos locales. No he intentado repetirlos, aunque parecen no sólo factibles sino sabrosos. Ameno y muy fluido, con guiños al lector en más de un sentido, y un final algo poético, la novela se disfruta sin golpes bajos ni nostalgias desmedidas.
            Un libro costumbrista latinoamericano, de los que no abundan por lo bien narrado y lo original de vincular la comida con los sentires. Muy sentimental y querible.

Marcelo Zuccotti

10 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias por pasar, Albanta. Siempre tengo mis recelos con aquello tildado de 'best seller', pero éste particularmente lo he disfrutado en grande. Saludos.

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  2. Pues como mucha gente primero vi la película y luego dije ¡hay libro! Y lo leí y por supuesto me gustó aún más que la versión cine que no está mal pero gana el libro.
    Besos

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    1. Sin duda, comparto que el libro es mejor, aun reconociendo que la película resulta amena. Gracias por la visita, Norah. Besos.

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  3. A mí m encantó, más el libro que la película y recduerdo la lectura con mucho cariño. Fue el primer año de facultad en el que la biblioteca daba acceso a mil libros y películas y pude disfrutar de las dos.

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    1. Qué bueno, Yossi, que hayas disfrutado de los beneficios que una biblioteca puede dispensar sin costo alguno! Es un ejercicio que muchos de nosotros hemos perdido en aras de la comodidad hogareña. El libro se vuelve querible. Un abrazo.

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  4. Qué buenos recuerdos me has traído con esta reseña! Leí esta novela hace muchos años, la devoré...me emocioné con la historia de los personajes, las recetas en cada capítulo, esas costumbres tan ortodoxas y ajenas a nuestra sociedad actual. Fue un libro que en su momento me gustó mucho. He tenido ganas de releerlo y a veces temo que mis gratos recuerdos generen demasiadas expectativas sobre la historia. Besos!

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    1. La historia es emotiva, Andrea. Además, las recetas aportan un toque local, acorde al texto. Por lo que vi, tu última reseña también incluye platos, ¿no? Ojalá uno fuera capaz de reproducirlos! Besos para vos.

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  5. La leí hace años después de ver la película y me encantó, me gustó muchísimo más que el film, como dices una novela sentimental y con ese aura mágica que suele tener la literatura suramericana que me encanta. Un abrazo

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    1. La película fue una adaptación, bastante acorde, del propio marido de Esquivel, Carol.
      Hay buena literatura por estos pagos, que quizás debieras frecuentar un poco más. Besos para ti.

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