jueves, 7 de marzo de 2013

La fuerza del destino. El viento que arrasa, Selva Almada


Mardulce, 2012

           Claudia –quien había iniciado un taller de escritura con la autora- espoleó mi curiosidad y me hice de un ejemplar de esta novela, con el objeto de entrar en contacto con su universo literario. Por otra parte, me pareció una buena oportunidad para actualizar mis lecturas de noveles autores locales, que comienzan a trascender en el medio.
            Al reverendo Pearson se le ha descompuesto el automóvil en medio de la ruta que lo conducía hacia una reunión con otro pastor, y no tuvo más remedio que ir a repararlo al taller mecánico del Gringo Brauer, en un paraje semiperdido del Chaco argentino. Pearson es acompañado por su adolescente hija Leni y Brauer tiene un ayudante –Tapioca- de edad comparable a la joven. Ni Brauer ni Tapioca son creyentes y Pearson encuentra en ello el motivo para ejercer su ministerio.
            ¿Es posible quitarle a quien nada posee la razón que lo mantiene vivo? ¿Es lícito despojar a alguien de un vínculo generado a través de los años por el solo hecho de cumplir con una misión celestial? ¿Se puede negar la existencia de la sociedad y retrasar sine die la partida de quien amamos por no sentirnos abandonados y quedarnos solos? ¿Cuánto importa el pasado a la hora de decidir cambiar de rumbo? Estas son algunas de las cuestiones morales que plantea Almada en este libro, por lo demás tan escueto como rotundo.
            Escasez de elementos, prosa sucinta, adecuada composición psicológica de los personajes y parca descripción ambiental son las características destacadas de esta obra en la que se conjugan un minucioso conocimiento del modus operandi de sectas y religiones, junto a un profundo poder de observación de la realidad social de nuestro ‘hinterland’. La soledad, la rutina, el fanatismo, el carisma, la existencia de otro mundo más allá de lo cotidiano, se dan cita en este texto que declara la imposibilidad de luchar contra la fuerza del destino de todo ser humano: crecer y hacernos cargo de nuestra propia vida.
             Un libro ameno y fluido, con protagonistas logrados, que invita a la reflexión del lector, forma una inestimable trilogía para no pasar por alto. En este sentido, es un auspicioso debut de Almada como novelista.

Marcelo Zuccotti

8 comentarios:

  1. Hola Marcelo. Ya tengo en mi poder tu última recomendación ("Los peces no cierran los ojos"). Ya te comentaré mi experiencia. Un abrazo,

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    1. Gracias por tomar en cuenta mis humildes apreciaciones, Offus. Ojalá lo disfrutes mucho. Besos.

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  2. Pues a la lista... Todas esas preguntas en el aire y no me uiero quedar sin la respuesta. Temas muy llamativos, algo arriesgados, me gusta. Un abrazo Marcelo :)

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    1. La novela demuestra con cuán pocos elementos y escasez de frases 'sonoras' se puede hacer reflexionar al lector. Por eso me parece interesante. No esperes 'el' libro; déjate conducir por él. Un fuerte abrazo, Yossi.

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  3. Gracias, Marcelo, por leer la novela y por recomendarla. Un abrazo. Selva.

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    1. Al contrario, Selva; disfruté mucho en leer tu novela. Gracias por darte una vuelta! Besos.

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  4. Qué casualidad, recién lo terminé de leer y tengo que escribir mi reseña. Adelanto que me gustó. Super recomendado por los suplementos culturales. Saludos

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    1. Qué bueno es que hayamos coincidido en nuestras lecturas, Vale! Y que compartamos nuestra percepción, potencia mucho más nuestro 'feedback', ¿no?. Lo cierto es que Almada saca 'Ladrilleros' -bajo el mismo sello- en abril, y yo lo estoy esperando.
      Éste me encantó; cuatro personajes, un entorno desolado, y un montón de cosas en las que pensar. Espero ansiosamente tu rese. Besos para vos, y un besito a Zoe, ¿si?

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