viernes, 22 de marzo de 2013

Un judío, entre la nostalgia y la ilusión. No tan distinto, Marcelo Birmajer



Norma, 2005

            No es uno de los libros más conocidos del prolífero Birmajer; más bien resulta uno de aquellos que ha pasado por las librerías sin pena ni gloria. De hecho, me costó encontrarlo. Yo sólo había leído un comentario –o un párrafo- sobre su contenido y quise indagar.
            Saúl Bluman es un comerciante judío del barrio de Balvanera –más conocido por Once- en Buenos Aires y a los cuarenta años de edad ha perdido a su querida esposa Berta, víctima de un accidente automovilístico. Al tercer año de duelo, decide recorrer nuevamente las costas de Israel, donde fue feliz junto a su cónyuge. Así se inicia una de las dos partes en que se divide esta novela, que tiene como epicentro las ciudades de Jerusalem y Tel Aviv. Hospedado por el hijastro de un primo a quien no conoce, dentro de una comunidad ortodoxa, alternando con noches de hotel, Saúl irá trasegando el dolor de su pérdida y el recuerdo de un pasado común con Berta, a la vez que se preguntará por la existencia de Dios y su propio sistema de creencias.
            Tiempo después, ya en la segunda parte del libro, con motivo de una entrevista que intenta capturar sus experiencias del viaje, destinada a un programa de la Colectividad, se vincula con su entrevistadora, Bea, iniciando una nueva relación que se consuma años más tarde. Debido a su cumpleaños, ésta decide invitarlo a descubrir Cuba -lugar que ella ya ha visitado-, junto al sol de las playas de Varadero y la calidez de La Habana. En pleno disfrute del amor, conoce a un personaje prófugo de la Justicia, capaz de volver los muertos a la vida. Al ayudarlo a escapar de la isla, en compensación materializa nuevamente a Berta, quien sostiene una charla con Saúl, antes de desaparecer para siempre. A partir de aquí, Saúl se libera de la nostalgia y se dispone a profundizar su relación con Bea.
            Con un texto fluido y ágil, Birmajer compone al típico judío no practicante, que se debate entre el gnosticismo y la fe de sus ancestros. Por otro lado, nos presenta la emotividad de su protagonista, tironeado entre la melancolía por el amor perdido y la ilusión del hallazgo de uno nuevo. No se por qué, pero Saúl me recordó al Yasha de “El mago de Lublin”, de Isaac Bashevis Singer, reseñado en este espacio. Como si hubiera habido una reelaboración del personaje y una adecuación a la narrativa. Si bien se acude a elementos más propios del género fantástico, esta corta novela se lee fácilmente, dejando un sabor dulzón y esperanzador.
           
Marcelo Zuccotti

8 comentarios:

  1. Ahora sé cómo te sientes cuando te hablo de libros difíciles de conseguir para ti. Este me va a costar pero si puedo le echo el guante que tiene muy buena pinta.
    Besos para ti, Marcelo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No era mi intención, Norah, que te tomaras las molestias para buscarlo. Quizás en alguna biblioteca cercana puedas encontrarlo, o en una librería de usados -por aquí, les decimos 'librerías de viejo'-. Es un tanto antiguo como para que puedas hallarlo disponible en librerías. Vale la pena leerlo. Gracias por darte una vuelta. Besotes para ti.

      Eliminar
  2. Conozco una persona a la que le podría interesar tu propuesta de hoy. Gracias por el aporte, Marcelo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno, Offus, que tengas a alguien a quien pueda interesarle! Te diría que todo miembro de la Colectividad Judía que haya viajado a Israel y se encuentre en la mediana edad se va a sentir identificado. Ojalá pueda encontrarlo. Nada tienes que agradecerme. Besos para ti.

      Eliminar
  3. Me lo llevo, no lo he leído y es un autor que me gusta, Marcelo. nunca había oído hablar de este libro así que te agradezco el descubrimiento :) las características del personaje principal me parecen interesantísimas. un abrazo Marcelo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Birmajer es un autor prolífico, Yossi. Tiene cosas muy buenas, y otras no tanto. Este título aquí pasó 'como el agua que fluye', al decir de Marguerite Yourcenar. El libro de I. Bashevis Singer está mejor compuesto, pero el contenido es más denso. Recibe un fuerte abrazo de mi parte.

      Eliminar
  4. De este autor solo he leído El club de las necrológicas y tengo que decir que me gustó bastante; judíos, argentinos, tradiciones... repetiré, me llevo tu título
    Gracias y besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No va a ser de lo más representativo, pero está bastante bien. Gracias por tu visita!. Besos para ti.

      Eliminar