domingo, 28 de abril de 2013

Destino, infinito y fantasía. Tierras de cristal, Alessandro Baricco


Anagrama, 2008

            Después de disfrutar de la lectura de ‘Seda’ me animé a buscar otros títulos del mismo autor, entusiasmado por la buena experiencia. Una frase aparecida mucho tiempo atrás en un periódico, respecto del libro en cuestión, me decidió por él y no por otros de más renombre.
            En la Europa del siglo XIX, en un lugar llamado Quinnipak, se da cita una galería de personajes que se debaten entre el surrealismo y el absurdo. Así, Dann Rail –un fabricante de cristales- compra una locomotora y manda a construir las vías férreas que no existen, sólo para darse el gusto de sentir en carne propia el efecto de la velocidad. Jun, su esposa -bella entre las más bellas- ha postergado la entrega de un libro por casarse con el señor Rail, tarea que retomará muchísimos años después. Pekisch, un afinador de órganos, ha desarrollado el ‘humanófono’; un artilugio musical compuesto por hombres que tocan sólo una nota. La ‘viuda’ Abegg, quien, al no poder casarse, construyó un pasado de fantasías. Pehnt, quien fuera encontrado dentro de una chaqueta con unos días de vida, intenta crecer rápidamente porque se le ha prometido que podrá dejar el pueblo sólo cuando alcance la talla de la chaqueta. Hector Horeau, un arquitecto embarcado en un proyecto de un palacio de cristal, descubrirá la inflamabilidad de éste.
            ¿Qué tienen en común todos estos protagonistas? Cada uno de ellos se encuentra atado a un destino preconcebido sin razón y sin lógica. Como si ninguno pudiera escapar a la locura o a al exceso y todo se volviera borroso, velado. Es justamente una mirada hacia lo imposible la que permite alternar ficción y realidad, de manera tal que la nitidez se convierte en nebulosa a medida que nos adentramos en sus páginas.
            Sin duda, Baricco ha tejido una trama singular con maestría literaria e imaginación sin par. No es nada fácil mantener coherencia en un relato donde confluyen situaciones propias del grotesco, de lo ridículo y de lo extravagante. Con un estilo fluido aunque poco entretenido, Baricco nos hace reflexionar acerca de la modernidad, la mediocridad de esta vida y la fantasía que todos en mayor o menor grado acunamos en nuestro interior, como refugio último de la esperanza.
            Es un relato en el que el único límite posible es el infinito; donde se pueden construir castillos en el aire continuamente, a sabiendas que el destino que les aguarda es el fracaso y la tristeza. En este aspecto, el final recoge estos sentires y recupera la noción de fábula que impregna todo el texto. Los elementos con que está construido recuerdan a Esopo, Cervantes e Ítalo Calvino que, de por sí, son promesa de buena literatura.

Marcelo Zuccotti

8 comentarios:

  1. Bueno, pues este autor considero que no escribe mal, pero su tono es un tanto almibarado para mis gusto. Este título en particular no se decirte, pero he leído varios y siempre me queda la misma sensación.
    De hecho, el último Mr Gwyn, posiblemente sea al que veo más momentos geniales de esos que señalas de límites en el infinito, mejor incluso que Seda que le dio la fama. O tal vez ya me acostumbré a su tono.
    Este tal vez en un tiempo, cuando me baje el azúcar en los análisis de sangre :-P
    Besos

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    1. Es verdad; los libros de Baricco guardan algo de azúcar con lo que conquista numeroso público. No es éste el caso, pero puedo comprender tu punto de vista, Silvia. Aun me queda 'Océano mar' para leer. Supongo que esperaré con 'Mr Gwyn'. Gracias por pasar, Besos para ti.

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  2. Yo, en este caso concreto, estoy con Mientrasleo. Me he estrenado recientemente con el autor, gracias a "Mr Gwyn", y no me llevé un buen recuerdo. La historia en sí misma tiene mucho potencial, pero el tono extremamente dulce y explicativo han condicionado definitivamente mi experiencia lectora. Saludos,

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    1. Puede que así sea, Marisa. Lo cierto es que en este caso no tiene dulzor, aunque sí mantiene el tono explicativo porque parece ser su estilo literario. Un poco por la misma razón, me abstuve de 'Mr Gwyn'. Besos.

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  3. Bueno, Marcelo. Advertido estoy ya por algún lector de que no es el autor más idóneo aunque hace tiempo que quiero probar, leí una entrevista no hace mucho en la que salían a relucir las luces y las sobras del autor así que me llevo este título por las referencias que mencionas y por lo que cuentas. un abrazo :)

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    1. Me ha gustado 'Seda', Yossi, pero el presente me parece mejor para iniciarse en el autor. Y no está entre los 'más vendidos', lo que no predispone al lector de ninguna manera especial como a veces lo hacen los llamados 'best sellers'. Un fuerte abrazo.

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  4. Lo leí hace poco (luego de Mr Gwin) y me encantó. No soy una experta pero me sentí atrapada por sus personajes y sus formas de contar la historia. Algunos pasajes del libro me parecieron excelentes, como cuando se cruzan las dos partes de la banda por el pueblo o con el intercambio de cartas entre Pekish y Pehnt

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    1. No leí Mr Gwyn -el propio Baricco lo desestimó-, pero me había gustado mucho Seda. Aun me queda 'Océano, mar'.
      Gracias por pasar y bienvenida, Flor.

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