lunes, 22 de abril de 2013

Incunables 1. África mía. Un recodo en el río, Vidiadhar S. Naipaul


Lasser Press Mexicana, 1980

           Cuando lo vi en la batea de una librería de usados a pocas cuadras de mi casa, tuve la sensación de que había esperado por mi con la confianza de que solo era una cuestión de tiempo el que lo descubriera y lo llevara. Así fue. Es la primera edición en español de un libro que, un año antes, había sido ‘seleccionado entre las tres mejores obras de 1979 por el Director Editorial de The New York Times Book Review’, según informa un epígrafe inserto en la tapa del mismo. Asimismo, fue mi debut en adquirir a un precio ridículo un ejemplar de un autor que se convertiría en Premio Nobel de Literatura varios años después, y aunque yo ya tenía conocimiento del galardón, poseer un ‘incunable’ me llenó de alegría.
            Ambientada en el África de los ’70, particularmente en el Congo Belga, devenido en Zaire después de la asunción de Mobutu, narra la historia de Salim, un descendiente hindú de una familia de origen musulmán que ha inmigrado a la costa oriental del continente africano, quien decide abandonar el hogar para tomar una oportunidad de desarrollarse independientemente, yendo hacia el interior con el fin de hacerse cargo de una tienda que un amigo de su padre está dispuesto a abandonar.
            No hay alusión a nombre local alguno en toda la obra. Al parecer, la familia de Salim ha habitado alguna ciudad costera de Kenia o Tanganica a la que la declaración de independencia de las repúblicas africanas y sus consecuentes guerras por el poder conmina a abandonarla. Salim se establece en una ciudad fluvial interior del Congo –probablemente Kisingani- donde desarrolla su tarea de comerciante, con cierta participación en el contrabando de oro y marfil. El ascenso y auge despótico del Gran Hermano –elípticamente, el presidente Mobutu- queda reflejado en las obras edilicias que se ejecutan en lugares cerrados, mientras las calles acumulan basura consolidada y tierra apisonada. La descripción del entorno geográfico, donde la maleza y el matorral son elementos dominantes, es particularmente destacable. A esto se le suma el aspecto miserable y sin futuro de la vida aldeana –donde se registra gráficamente la extrema pobreza de los africanos, que deambulan en harapos buscando comida- y el contraste con los inmigrantes extranjeros, que acceden a beneficios sociales como educación sistemática y servicios de salud.
            Las peripecias de Salim en esta localidad, junto a un ‘servidor’ –una suerte de esclavo- que lo acompaña, y el hijo de una clienta -quien lo deja a su custodia-, no tienen desperdicio. Representa con acierto y lujo de detalles la realidad de las sociedades poscoloniales, al ser abandonadas por sus metrópolis y en manos de inescrupulosos que solo intentan llenar sus arcas a expensas del poder que confiere la política. Cuando Naipaul describe las disparatadas fuerzas del ejército revolucionario, la figura omnipresente del presidente en carteles y estatuas, los sobornos varios, la radicalización –léase nacionalizaciones, con expropiación sin reparación económica- el lector no puede eludir el sentirse transportado a situaciones actuales en repúblicas que otrora conformaban el amplio espectro de ‘naciones del Tercer Mundo’, un eufemismo creado para denotar a los países subdesarrollados con líderes tan carismáticos como corruptos.
            Al contrapunto entre africanos y extranjeros, blancos y negros, hay que adjuntar la historia de los inmigrantes musulmanes, con sus costumbres y su visión del África. Comerciantes y traficantes se dan cita junto a otros personajes que otorgan profundidad al relato. Mas el núcleo principal se centra en la apropiación del desarraigo por parte de su protagonista y relator. Doquiera que vaya, él es un paria, un extranjero sin identidad y sin pasado. La conjunción del estilo literario y el carácter épico de los acontecimientos hacen que el libro se transforme, alcanzando ribetes de documento histórico.
            Coincidiendo con una nueva edición del título -esta vez, por una afamada casa editorial-, no quería dejar pasar la ocasión para recomendarlo. Es más que un libro; es el retrato de una época que se proyecta al presente.

Marcelo Zuccotti

4 comentarios:

  1. Hace tiempo que tengo ganas de leer a este autor y creo que me has dado una buena opción para iniciarme, lo apunto ahora mismo, creo que me va a gustar además todo el contenido socio político que subyace además, por lo que dices, está de candente actualidad. Un abrazo :)

    P. s: He publicado otra reseña de Lispector. Un soplo de vida ¿lo has leído? :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Yossi, por darte una vuelta por aquí en el día de mi cumpleaños. Este libro de Naipaul me pareció de lo mejor que he leído, y se que Mondadori lo reeditó en 2009.
      Respecto de Clarice, sólo leí 'La pasión según G. H.' y me pareció tan complejo, que me quitó las ganas de seguirla. Es para más de una lectura. Ahora paso por tu site y te leo. Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  2. No conocía este título pero parece una lectura prometedora. He leído algún libro que tocaba esos momentos postcoloniales cuando los países se quedan solos y tienen que comenzar su andadura, y me parece un momento sumamente interesante.
    Te lo copio con tu permiso
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No necesitas mi permiso, S. Lo cierto es que si tu curiosidad te lleva por ver qué ha pasado con los inicios de una nación emergente, éste es el libro. Ojalá lo consigas y disfrutes tanto como yo. Gracias por pasar y besos para ti.

      Eliminar