sábado, 13 de julio de 2013

Peligrosa curiosidad. A cada cual, lo suyo, Leonardo Sciascia


Tusquets, 2009

            Me debía algún policial contemporáneo, aunque no sea muy partidario del género. Es que durante dos años de mi juventud agoté los más de 80 –sí, ochenta- títulos que Agatha Christie escribió y creo que ello me saturó. Consultando la Red, leí que Sciascia era un fiel representante y me decidí por él. Cuando vi el banner que acompaña su portada, donde Camilleri respalda el trabajo de su compatriota, no dudé en elegir éste.
            Ambientada en un pueblo siciliano a mediados de los ’50, un farmacéutico recibe un anónimo en el cual se le anuncia que morirá, lo que realmente les ocurre junto con su amigo médico al salir de caza el primer día del levantamiento de la veda. El cotilleo de la población indica que el hecho se ha debido a ciertos amores del occiso con una jovenzuela. Pero para Laurana, un tímido e introvertido profesor de casi cuarenta años, soltero, el doble asesinato reviste mayor complejidad. Sin intención de suplir a la policía local, mas con la curiosidad que despierta el caso, Laurana comienza a hacer sus propias averiguaciones sin reparar en que cada paso que lo acerca a la verdad, también lo conduce hacia el peligro.
            Completan el elenco una viuda muy bella y sensual, una madre anciana perspicaz, un diputado altivo y un manojo de personajes que dan vida a la sociedad local, en la que se mueve y discurre su personaje principal.
            Con escasez de elementos y recursos literarios, y usando un estilo fluido y muy fácil de leer, Sciascia nos introduce en un relato conciso y breve en el que la trama principal y su protagonista permiten acceder entre líneas no sólo a la vida en un poblado sino, particularmente, a una mirada ácida acerca de la política, la religión y la justicia italianas, donde se entremezclan fascistas, comunistas y católicos. De hecho, destina un capítulo completo a un debate suscitado entre ex – jueces, religiosos y partidarios políticos, en el que los diálogos denotan una visión socarrona y descreída del autor sobre las clases eclesiástica y dirigente.
            Liviano, dinámico y aun escaso de páginas, se disfruta mucho más que los gruesos volúmenes de Mankell, otro escritor del policial negro. Es un libro entretenido; para no dejar pasar.

Marcelo Z

8 comentarios:

  1. Apunto la recomendación, que tanto nórdico ya empieza a cansar un poco.
    Besitos

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    1. Si, Norah, es verdad. Y Mankell no me atrapa mucho, la verdad... Gracias por pasar. Besitos!

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  2. Yo siempre que me encuentro en medio de un atasco lector recurro a la novela negra. Ahora mismo, por ejemplo, estoy con A sangre fría de Capote. No obstante, la novela negra es un género que conozco demasiado; el autor que nos traes hoy es, para mí, un completo desconocido, pero me lo llevo apuntado, por si vuelvo a necesitar tirar del género. Un abrazo,

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    1. Yo tampoco lo conocía mucho, a no ser por fanáticos del género, que encuentran en Camilleri y Sciascia dos representantes más que dignos. Este libro me gustó, y tengo un par más por ahí para leer cuando me canse de otros autores. Besos para ti, Marisa.

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  3. ¡Qué casualidad! Si es que cuando decimos que tenemos un transcurso literario similar no exageramos :) yo también leí a Agatha Christie vorazmente en la adolescencia, llevaba siempre un libro de ella para los viajes hasta que los acabé todos. de Sciascia no he leído nada pero lo tengo por ahí apuntado, ahora con más razón. No lo dejo pasar. un abrazo Marcelo :)

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    1. Demasiadas coincidencias, Yossi. Por acá, algunos me preguntan si no somos 'alter ego' uno del otro... Buen libro y buen autor; una excelente combinación. Un fuerte abrazo.

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  4. No he leído nada de este autor y yo de joven también leí casi todos los de Agatha Christie, pero lo que dices de "Con escasez de elementos y recursos literarios", me echa un poco para atrás. me gustan los escritores con muchos recursos literarios, aunque a veces una novela escrita con lenguaje sencillo, fácil de leer, puede hacerse también adictivo, si lo que cuenta engancha.
    Besos

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    1. Lo destacable del libro, Marian, es que Sciascia demuestra que con muy pocas cosas se puede armar una ficción muy bien llevada. Es un observador minucioso del alma humana, y utiliza con maestría esos elementos para armar un policial. Si te gusta el género, no lo dejes pasar. Además, es breve. Gracias por darte una vuelta. Besos.

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