domingo, 6 de octubre de 2013

Retrato de milicia juvenil. El teniente Gustl, Arthur Schnitzler


Acantilado, 2006

           Un compañero de ruta en la autopista bloguera signaba hace poco dos trabajos de Schnitzler, entre los que se encontraba esta joya literaria, brevísima en su extensión pero magnífica en su caracterización y trasfondo. Ya había visitado ‘La señorita Elsa’ del mismo autor, del que algo expresé en este mismo espacio y ‘Relato soñado’, que dio origen al film Eyes Wide Shut, de Stanley Kubrick, en otro ya desaparecido.
            El teniente Gustl es un soldado vienés del siglo XIX que se aburre soberanamente al asistir a un oratorio. No ve la hora que concluya para poder disfrutar de otros placeres –mujeres, puros, cena-. Mientras tanto, observa a las damiselas de los palcos y plateas y medita acerca de sus conquistas, su pérdida en el juego y, fundamentalmente, el tener que enfrentar un duelo de caballeros en la tarde del día siguiente debido a una ofensa al pundonor militar que otro invitado le infligió en medio de una reunión.
            Utilizando la técnica del monólogo interior –tan sabiamente desarrollada por el autor a través de toda su obra- nos enteramos por el propio Gustl que llegó a la milicia al haber sido expulsado del colegio, que es muy propenso a la vida fácil y disoluta del juego, los amores superficiales y la parranda. Pero también nos muestra su soberbia de oficial militar, su cobardía ante la muerte y la variabilidad de su humor según las circunstancias, lo que puede ocurrir de un momento a otro. Capaz de decidir su suicidio porque un pastelero –a quien ve diariamente- lo trata de imbécil a la salida de la función del teatro –pero incapaz de llevarlo a cabo-, pasa de la angustia que supone dejar este mundo por propia voluntad ante la imposibilidad de ajusticiar al agresor a la más exultante euforia al enterarse del deceso de aquél a la mañana siguiente.
            Su naturaleza inestable y voluble se pone de manifiesto en cada pensamiento que Gustl aborda, sea respecto de sus amigos, su familia o del entorno que frecuenta. En base a una sólida construcción de su protagonista, que dilapida dinero en apuestas, vive gracias a los aportes que le gira su madre y tiene de amante a una mujer casada con la que no asume compromiso ninguno, Schnitzler se encarga de retratar entrelíneas lo que él considera el modelo de militar austríaco: un jovenzuelo que abraza la carrera castrense por descarte, sin convicción, más afecto a los halagos y reverencias que al patriotismo, y siempre dispuesto a servirse de los beneficios que el reconocimiento social y las prebendas militares le otorgan, tanto como a defeccionar ante la primera detonación de cualquier pistola.
            Ameno y coloquial, el libro se lee rápido dada su brevedad y contenido. Las composiciones de Schnitzler resultan tan reales, que se ha ganado con justicia un buen lugar en mi biblioteca.

6 comentarios:

  1. Por las fechas en que nace el autor deduzco que ¿puede ser, en cierta manera, una metáfora de la propia decadencia del Imperio Austro-Hungaro?
    Al autor le toco ver la desaparición de tal imperio aunque la obra que reseñas es anterior.

    No he leído nada de él pero por tu reseña me parece que puede gustarme, así que apuntado queda.

    Un beso (de lunes lluvioso y otoñal).

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    1. Muy probablemente, Lau. Schnitzler publicó esta obra en 1900 y debe haber notado la descomposición del estrato militar de cerca, puesto que él era médico de regimiento -lo que le valió su expulsión del servicio-. El Imperio se desmembró hacia 1918.
      'La señorita Elsa' es tan interesante como ésta, y 'Relato soñado' también.
      Besos para ti, desde una mañana primaveral.

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  2. Me lo apunto, no he leído nada de este autor pero me interesa mucho. Esdte Gustl es un persdonaje que me llama bastante. De hecho voy a buscar el libro ahora mismo, me apunto los otros dos títulos, ni idea de lo de Eyes Wide Shut. Un abrazo Marcelo, genial descubrimiento para mí :)

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    1. Es un libro breve pero interesante. Si no has visto Eyes Wide Shut, te la recomiendo, aunque sugiero que leas el libro primero -también de Acantilado-. La música de Joceyln Pooh es más que adecuada para el tema central -vanguardia pura-. Ojalá lo disfrutes tanto como yo, Yossi. Un fuerte abrazo desde aquí.

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  3. De este autor sólo he leído Relato soñado que me gustó mucho, muchísimo! y este tiene pinta de ser también una buena lectura. Últimamente alterno con breves... me apunto tu Acantilado
    Besos

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    1. Si has leído 'Relato soñado', Silvia, entonces sería magnífico que vieras la película de Kubrick. Éste es muy breve, pero interesantísimo. Un beso grande para ti.

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