lunes, 21 de julio de 2014

En la vereda de enfrente 1. Reencuentro, Fred Uhlman


Tusquets, 2004

               Hubo un tiempo en que todo la blogosfera no paraba de reseñar este libro, uno de los relatos breves más conmovedores sobre la amistad en medio del nazismo, al parecer rescatado recientemente del olvido. Lo vi en un puesto de plaza y me lo llevé.

             Como algunas otras, la historia entre un judío y un alemán que deben atravesar el ascenso de Hitler al poder, y el posterior enfrentamiento a raíz del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial –que los encontrará en veredas opuestas- parece ya algo trillado. Sin embargo, en este caso, Uhlman se las ingenia como para darle un vuelco distinto a todo el texto y presenta un golpe de efecto hacia el final.

            Hans Schwarz cuenta con poco más de dieciséis años en 1932 y asiste a una selecta escuela de enseñanza media alemana. En esa temporada, aparece el joven Konradin von Hohenfels, heredero de una aristocrática familia tradicional, y entre ellos surge un fuerte lazo de amistad que se verá afectado por el nazismo al alcanzar el poder. Los avatares en la relación, que genera el discurso antisemita oficial, concluyen con una previsible ruptura. El alejamiento y exilio de Hans hacia Estados Unidos no es óbice para que él mismo, narrador y protagonista, haya sido impedido de dejar atrás a ese amigo que terminó enrolándose en el ejército nazi. Después de treinta años de una vida totalmente distinta a la que suponía debiera haber tenido, privado de la existencia de casi todo el resto familiar –muerto en la guerra-, Hans vuelve a tener noticias de Konradin, de una manera singular.

           La descripción del deterioro del vínculo forjado entre ambos personajes con el paso del tiempo y de los acontecimientos, es el nervio central del relato, como también las costumbres y vida social que el surgimiento del nazismo vino a quebrar.

            Breve y fluido, el libro se lee rápido, dejando cierto sabor agridulce ante tanto conflicto y desencuentro. Con elementos cotidianos y escasez de recursos, Uhlman construye un relato sobrio y rotundo, de la misma manera que Kressmann Taylor ofreció ‘Paradero desconocido’, comentado aquí mismo. Lamentablemente, sólo conocemos una parte de la historia, puesto que lo que se narra es el testimonio de aquel que se vio obligado a emigrar. Afortunadamente, Uhlman dio cuenta de esta carencia y preparó en otro volumen la versión de Konradin, que eligió quedarse y formar parte del nazismo.

8 comentarios:

  1. No conocía esta novela. Por su tématica- encuentro de dos amigos de juventud separados por un conflicto- me recuerda a "El último encuentro" de Sandor Marai. Aunque no sé si en el caso de la novela de Uhlman el encuentro llega a consumarse.

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    1. No se consuma de la manera habitual, Agnieszka, pero vale la pena repasar sus líneas. No, no es del tipo del libro de Marai -¡qué buen libro el que citas!-, pero tiene algo de ello, aunque no se relaciona con un triángulo como ése. Si puedes, échale un vistazo antes.
      Te mando un beso grande.

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  2. Conforme lo iba leyendo me iba recordando a Paradero desconocido, magnífica narración que he visto también en teatro y que me impacta siempre.

    Debió haber tantas situaciones terribles marcadas por una ideología como el nazismo que no me extraña que haya novelas que den vueltas a los mismos aspectos.

    Abrazos!!!

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    1. Sí, Luna, se le parece mucho, pero tiene otro final. No obstante, está dentro de los libros que narran el horror del nazismo, aunque de manera diferente. También resulta impactante, en su estilo. Me pregunto cuántas cosas más, literarias o de otra índole, va a seguir dando el nazismo más de medio siglo después.
      Soy de los que considera prudente hacer memoria, para que no volvamos a repetir errores del pasado. Pero parece que aun existen ciertos cenáculos en los que se añora esa aberración.
      Un beso muy grande!

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  3. La fuerza de este libro está en ese final que le da la vuelta a la tortilla a todo. No son libros (hay otros dos, uno con la versión de Konradin y otro independiente de ambos) fáciles de encontrar. Pero el otro día vi en la biblioteca que tenían el de Konradin, así que...

    Besos! (¿cómo va tu búsqueda de lector electrónico?)

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    1. Tengo el de Konradin, cuya reseña saldrá a la luz en breve. Te sugiero que antes de ir a la biblioteca, me leas. Ése libro es tan breve como éste.
      Respecto al e-reader, tengo que darme una vuelta por un lugar especializado en algún momento de estas dos semanas de vacaciones. Si tengo novedades, serás la primera en enterarte.
      Un beso grande, Ana!

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  4. Hola. Aquí vengo yo a leerme las dos reseñas del tirón, jeje. Bueno, de mano te digo que no, porque estas historias de guerras o con las guerras no me van y además acabo de leerme una, que por cierto te vas a tener que apuntar. Sí, es una amenaza.
    Pero a lo que iba, que demasiado desencuentro y demasiada crudeza para mí que soy más de cuento y fantasía.

    Un beso enorme para vos.

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    1. Ésta, particularmente, es buena. Sobre todo hacia el final. Se que no te gustan estos temas, Norah, pero está bien y resulta recomendable.
      Veré qué me tienes preparado. Me banco tu amenaza. Lo que me molesta es no poder encontrar lo que me gusta de tus recomendaciones. Eso.
      Has leído los cuentos de W. Goyen? Se que te han de gustar. Apróntate!
      Dos besos míos, para que duermas bien.

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