miércoles, 24 de septiembre de 2014

Conjeturas. La desaparición de Majorana, Leonardo Sciascia


Tusquets, 2007

         Hubo una experiencia previa con Sciascia, que derivó en este volumen. El anterior se trataba de una novela policial; éste, se remite a una suerte de investigación periodística acerca del eminente físico italiano Ettore Majorana, desaparecido en circunstancias que aun hoy se desconocen un día de marzo de 1938. En este aspecto, se podría decir que es más un intento de interpretar lo ocurrido que una novela en sí misma.

            Majorana se embarca una noche en Nápoles y desaparece sin dejar rastros. Tan solo quedan un par de cartas: una, a su familia, donde sugiere que no se guarde más que el luto necesario de tres días; la otra, a Carrelli, director del Instituto de Física donde trabajaba, avisándole de su decisión de desaparecer.

         Además de la recopilación de información sobre Majorana y su desaparición, Sciascia se las ingenia para describirnos, en algo más que un ciento de páginas, la naturaleza taciturna y tímida del protagonista, su talento innato para formular teorías físicas –entre ellas, la estructura del átomo, antes que lo divulgara Heisenberg-, sus vínculos con Enrico Fermi y el fascismo italiano y su relación con su madre y el resto de la familia.

            Lo que destaca en el texto es una hipótesis más que arriesgada: al descubrir Majorana el poder de destrucción que podría obtenerse si alguien decidiera extraer energía a partir de los estudios atómicos que signaron toda su vida, él mismo, debido a su carácter sensible e introspectivo, decidió alejarse del medio que lo rodeaba, para no tener que enfrentarse en breve –la Segunda Guerra Mundial que estallaría al poco- a la disyuntiva de aportar o no sus conocimientos con fines bélicos –como sí lo tuvo que hacer Robert Oppenheimer, director del Proyecto Manhattan, creador de la bomba atómica-. Para ello, se habría encerrado en un convento. Todo esto no resulta más que conjeturas; pero conjeturas con bastante fundamento.

          Con una serie de testimonios de los miembros más allegados, las cartas a su familia y una serie de reflexiones sobre las posibles derivaciones en base al perfil psicológico de Majorana, Sciascia repasa no sólo sus aciertos en el campo de la Física sino también sus probables meditaciones que bordean la filosofía y la ética. 

            En base a acertadas notas al pie, un lenguaje coloquial y un estilo fluido, el narrador nos propone una meditación sobre la ciencia y el poder; cómo ambos pueden convivir y qué hacer cuando éste intenta servirse de aquella con fines destructivos. Por lo demás, un libro breve y fecundo.

8 comentarios:

  1. Es un autor que tengo pendiente, me parece este un buen libro ideal para estrenarse por lo que cuentas, el tema, aparte de poco tratado, es interesante. Un abrazo, Marcelo.

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    1. Sciascia era un escritor reconocido por sus policiales. Este es más producto de investigación que de ficción. No obstante, está muy bien narrado, conciso, sin florituras. Un buen libro, Yossi.
      Un abrazo fuerte!

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  2. Me gustan mucho los libros que tratan de personajes históricos interesantes, como es este caso. Siempre y cuando no sean novelados. Gracias por la recomendación!

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    1. No tiene el sesgo de novela sino de investigación periodística, Agnieszka. Sciascia ha sido un buen representante del género policial, pero esta obra no pertenece a éste.
      Ojalá lo disfrutes!
      Un beso.

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  3. El otro libro que mencionas es de Una historia sencilla ¿no?. Yo también lo leí y tengo ganas de más Sciascia, no sé si este u otro, me gusta su estilo.

    Gracias y besos!

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    1. No, Ana, me refería a 'A cada cual lo suyo', libro que ha sido mi primer acercamiento al universo literario de Sciascia y cuyas impresiones puedes leer aquí a la derecha, haciendo click. Tomo en cuenta el título que citas, para una próxima lectura.
      Besos para ti!

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    2. Me gustan este tipo de narraciones aunque he de reconocer que al protagonista de esta historia no lo conocía hasta la fecha...
      Saludos,

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    3. Es algo distinto a lo que me encuentro acostumbrado a leer, pero un buen libro al fin, Carmen.
      Gracias por darte una vuelta.
      Un beso.

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