Acantilado, 2007
Un comentario aparecido años atrás en una revista
dominical lo presentaba como una muestra de ‘novela basada en hechos reales’.
Si bien no frecuento este género narrativo, lo cierto es que me intrigaba saber
de qué se trataba. Me llevó bastante encontrar un ejemplar; parecía que Döblin
había desaparecido virtualmente de las librerías. Al hallarlo, decidí encararlo
como una forma de hacer umbral a su obra más conocida y reconocida, Berlín Alexanderplätz.
Es
una historia basada en un suceso ocurrido en los años ’20 del pasado siglo cuyas
protagonistas son dos jóvenes mujeres casadas. Elli, más adolescente e
inexperta, es sometida a vejaciones por su propio esposo. Con pocas
oportunidades de salir de ese infierno, conoce a Gretchen –Margarete, quien
tampoco era muy feliz con su pareja- y se confía a ella. Así nace entre las dos
un vínculo que no sólo las fortalece entre las decepciones y violencias
conyugales, sino que les permite descubrir y explorar una nueva sexualidad.
El
abandono del hogar y el regreso forzado al mismo, que sólo recrudece los malos
tratos y distancia a las mujeres, dan origen a la idea de envenenar al marido
de Elli, lo que ella misma ejecuta racional y desaprensivamente. Descubierto el
crimen y un nutrido grupo de cartas intercambiadas durante ese tiempo -que
denotan tanto la complicidad como los matices sexuales de la relación-, al fin
son arrestadas y condenadas.
Lo
destacable en este libro es el estilo narrativo. En sentido estricto, es más un
informe que una novela, en la que Döblin, haciendo uso de sus conocimientos de
psiquiatría, compone magníficamente la psicología de sus protagonistas. Entre
la alegre e infantil Elli y la inexpresiva y sumisa Gretchen construye una
pareja con acentuados ribetes lésbicos, acompañados con muchos elementos de
fantasía y ensoñaciones, necesarias para evadir la realidad de insatisfacción y
agresión que les toca vivir. En este aspecto, la ficción ofrece un notable
contraste entre la sórdida e irrelevante vida marital, con sus mandatos
familiares que cumplir, y la alegría y realización plena que los personajes
principales experimentan en cada encuentro.
Hacia
el final, Döblin exhibe un estudio grafológico de la personalidad de ambas
amigas, con características clínicas de los rasgos y tendencias de cada una.
Además, el volumen cuenta con un posfacio que pone en contexto las
repercusiones del caso real y las exigencias del autor para con su historia, a
la que necesita despojar de toda interpretación posible, de manera que sea el
lector quien juzgue finalmente los hechos y disponga su veredicto personal.
Escrito en un estilo fluido, sin
ambigüedades, el texto abunda en elementos extraídos de la psicología, el
conocimiento de la naturaleza humana y de la sociedad de su tiempo. Ameno,
resulta algo distinto a la clásica novela.