viernes, 13 de marzo de 2015

Vitral criptográfico. La tierra baldía, T. S. Eliot


Cátedra, 2006


           Lo tenía en la estantería hacía tiempo ya, pues sabía de las bondades de la obra, pero me faltaba un empujón para encararlo. El mismo, provino de dos circunstancias; la primera, del personaje homónimo del autor que aparecía fugazmente en el film Midnight in Paris, de W. Allen, que me lo recordó. La otra, a través de la entereza de Utopía para entregarse a la lectura de Finnegan’s Wake cuyo aliento disparó la lectura.

            Me gusta la poesía como género. Sospecho que en ese puñado de palabras, que respetan o no métricas y rimas, se halla un eslabón poco frecuente pero tan necesario para la expresión como la razón: la intuición, la sensación. Leer poesía es un ejercicio que se vincula con la emoción. Lo que no imaginaba es que ese ejercicio podría volverse tan complejo.

            Este libro son muchos libros. Eliot construye su poema utilizando siete lenguas, una multitud de referencias a autores y filosofías tan dispares como Dante, Shakespeare, el sermón de Buda, los Upanishads, los Evangelios, sin privarse de la leyenda del Santo Grial, mancias como el Tarot y las realizaciones de Wagner basadas en los mitos (Tetralogía de los Nibelungos, Parsifal).

            Realmente, el contenido resulta enigmático, oscuro y críptico. La idea principal que sobrevuela todo el poema es que el alma humana, para encontrar su plano de realización, necesita despojarse de todo trasfondo material y de satisfacción de su placer y atravesar la desolada tierra de sus pulsiones y anhelos, para así poder alcanzar la plenitud espiritual. Pero su enfoque no es muy esperanzador.

           El texto se compone de fragmentos que responden a espacios temporales superpuestos, con inclusiones antropológicas y exposición de estados de conciencia en los que el pasado y el presente son reelaborados de manera de reflejar una realidad que excede lo temporal. Es así que el estilo elegido semeja a un vitral, donde cada fragmento aporta una suerte de coloratura al conjunto, otorgándole unidad sin por ello perder su identidad propia. Por otra parte, su contenido se vuelve tan abstruso que el propio autor sintió la necesidad de incluir cierta dosis explicativa hacia el final de la obra.

             Afortunadamente, como tantas otras veces, esta edición de Cátedra cuenta con un análisis de obra y autor que permiten esclarecer muchos de los símbolos ocultos en su estructura.

        Junto con el Ulises de Joyce, parece ser otro ejemplar de experimentación literaria de la pujante vanguardia modernista, propia de los comienzos del siglo XX. Tan desconcertante como interesante.

12 comentarios:

  1. Abril es un mes funesto, auerido Marcelo. Por tradición siempre leo este libro a principios de abril, el año pasado no lo hice y siento que me falta algo. Hay muchas bases que sustentan mucho de lo escrito posteriormente y como bien dices, es uno de los mayores exponentes del Modernismo, mi corriente favorita. Para mí es un placer volver a él cada año y siempre ir descubriendo. Magnífica síntesis de la obra. Me alegra encontrarme con uno de mis libros de cabecera. Un abrazo.

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    1. Qué lástima que Abril te resulte un mes funesto, Yossi. Mi madre y yo cumplimos años en él. Para mí ha sido una lectura un tanto enigmática, obligándote a volver -como lo haces tú- cada tanto a sondear un poco más el texto. Por lo demás, aborda tantos temas disímiles que te aturulla un poco,,,
      Gracias por darte una vuelta por aquí!
      Un fuerte abrazo.

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    2. Jjajaja, solo citaba las primeras líneas del poema pero míralo por el otro lado, no me gusta abril porque es el comienzo de la primavera, si estuviera en tu país, sería el cominezo del otoño y sería, sin duda, mis mes favorito. Soy un ser otoñal :) Un abrazo.

      P.S Sí, hay que volver, es libro de cabecera junto a El libro del desasosiego, no terminan nunca :)

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    3. No lo pude reconocer, porque no dice 'nefasto', sino 'el mes más cruel' en la versión de Cátedra -cruellest, en inglés-.
      Comparto contigo: nos gusta el otoño a ambos. Aquí, es muy parejo y no es frío. Podrías visitarnos...
      Pessoa! Me tomé un año para leerlo. Un libro para volver varias veces, Yossi.
      Un fuerte abrazo!

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  2. Poesía y emoción. Desde luego es complicado leer poesía desde la cabeza. De hecho en esta época en la que "no leía" lo que más he hecho ha sido leer poesía... Después de leerte a ti y a Yossi, no me queda otra que llevarme el libro. Edición Cátedra, que la ayuda vendrá bien.

    Un abrazo

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    1. Si, una ayuda tan necesaria como esclarecedora, Ana. La poesía conecta directamente con la percepción, con aquello que no se termina de entender pero que se asume presente. Sospecho que has hecho una buena inversión mientras sólo leías poesía, la que fuere y de quien fuere. Ojalá la hayas disfrutado!
      Un beso a ti.

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  3. Yo con la poesía no me llevo bien, si me la cantan ya es otra cosa. Lo veo demasiado complicado para mí que seguro me acababa enfadando conmigo por no saber disfrutarla.
    Besitos aplastantes

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    1. Me permito una sugerencia, Norah. Cuando leas poesía, trata de estar sola, en medio de un lugar cómodo, y has el ejercicio de leerla en voz alta, intentando darle la entonación que para ti sea la apropiada. Te aseguro que enriquece mucho.
      No te enfades contigo porque no siempre se alcanza la conexión entre autor, texto y lector. Pero inténtalo, vale la pena.
      Eso sí, si te decides, empieza con algo más simple que el tío Eliot...
      Un besote, Maja!

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  4. Marcelo, como me halaga que haya podido aportar un poquito de impulso para que hayas decidido leer esta obra que tendré que apuntarme para buscar el momento más propicio para su lectura. Cuenta con dos ventajas: el Modernismo y la poesía me encantan.

    Abrazos!!!!

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    1. Sí, fue un empujón alentador. Y te lo agradezco.
      Bueno, U-to, tu has pasado por los fuegos de Joyce... Imagino que éste no te será tan complicado, aunque tiene lo suyo. Ojalá lo disfrutes!
      Un beso grande!

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  5. Marcelo:
    la poesía y yo no somos muy amigas, pero trato de leerla aunque sea para ir "picando piedra" a lo mejor un día me sorprendo descubriendo un David en ella :P
    Un beso,
    Ale.
    pd
    tomo para mí la sugerenca que le has dado a Norah

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  6. A mi me gusta más que el género policial. Se requiere de un estado interior especial para poder disfrutar de ella. Quizás con lo que le he sugerido a Norah puedas aprovecharla mejor.
    Besos.

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