jueves, 21 de mayo de 2015

Buenos muchachos. La estrategia del agua, Lorenzo Silva


Destino, 2010

              No soy partidario del policial; creo que ya lo he dicho. Después de un par de años a pleno con Agatha Christie en mi juventud, y posteriormente con algún título de Mankell que no me ha sorprendido, mi cuota de polis, asesinos y ladrones se encuentra completa hasta el momento. Pero en medio de otras lecturas, teniendo a Silva como un buen representante del género, me pareció oportuno alternar con una de sus obras para conocerlo.

            Esta es una historia donde sus protagonistas son el cuarentón Rubén Bevilacqua –Vila, como se le conoce en el ambiente-, un brigada a cargo de la sargento Virginia Chamorro y de un novato becario llamado Juan Arnau.  Entre ellos deberán dilucidar el asesinato de dos tiros en la cabeza en su domicilio, de Óscar Santacruz, un hombre dedicado a la informática y cuya única pasión era su hijo de ocho años. Estaba divorciado de una abogada bien vinculada al mundillo tribunalicio, cuya personalidad bordea la autovaloración desmedida y la violencia leguleya, lo que apunta a una muerte por encargo.

         Con la cuota de tensión necesaria, Silva construye una ficción con conocimiento tanto de la jerga profesional como de los vínculos internos entre jueces, policía local, traficantes, investigadores y el entorno de los agentes de uno y otro lado. Además, incorpora sentires de cada personaje que hacen a la composición psicológica de los mismos, lo que confiere solidez y credibilidad a todo el relato y detalla las pujas, chicanas y rencillas entre sus personajes principales y secundarios. El título obedece a una frase tomada de El arte de la guerra, de Sun Tzu, uno de los libros de cabecera del occiso.

          Con prosa fluida y entretenida, el autor nos va descubriendo pistas a lo largo de la trama que orientan al lector hacia un final previsible y algo trillado.

            Hay algo que me ha hecho ruido. Me resultó inverosímil que la jueza tomase desde el principio las riendas de la investigación y librara una suerte de carta blanca a Vila y su gente para pinchar teléfonos, allanar domicilios, confiscar material, etc. Para colmo, el teniente a cargo no opone resistencia ninguna y deja hacer; en el análisis de las escuchas salen a la luz los motivos y las conexiones hasta dar con el responsable... ¿Es que nadie va a retrasar la investigación, generar pistas falsas, falsificar coartadas, tan habituales en estos casos?, ¿todos colaboran con la causa, siendo buenos muchachos? Realmente, me pareció demasiado lineal y simplón, sin mucho relieve.

            Debe ser que al ver la TV de este país y leer las noticias en el periódico –como las del resonante caso Nisman, del que se cumplieron cuatro meses, muerto de manera semejante a la que narra Silva, sin siquiera una definición sobre suicidio o asesinato por parte de la jueza interviniente (por no mencionar la voladura de la AMIA y la embajada de Israel en Buenos Aires, que llevan más de veinte años sin inculpados)-, me he acostumbrado a que la Justicia local se ve impedida continuamente para esclarecer los hechos y emitir una sentencia adecuada, convirtiendo en ficción lo que debería ser determinar y sancionar a los responsables. Tal vez, la Policía de otras regiones aun pueda actuar acertada y rápidamente en pos de la verdad.

12 comentarios:

  1. “En no tener forma para que no puedan darte los golpes. En buscar los resquicios, para hacer inútiles las murallas del enemigo. En evitar las alturas, donde el adversario que dispone de mejores arqueros te acribillará a placer”, en eso consiste la estrategia del agua. Una frase magnífica que conservo viva.

    Para mi es su mejor novela, la leí en 2011 y la reseñé, pero no he leído más obras suyas, coincido contigo en su simpleza aún cuando hay algunos personajes, especialmente el atípico brigada de la guardia civil, que tienen interés.
    Silva no es escritor de este género aunque su éxito lo ha estancado ahí últimamente.

    Ya sabes que sí soy una entusiasta de la novela negra.

    Abrazos!!

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    1. He leído el libro de Sun Tzu. Como estratega, genial. No he leído otros libros de Silva.
      Me pareció algo plano, con demasiados consentimientos que me convencen poco. El estilo es fluido y la construcción sobre su protagonista está bien, pero el entorno no lo parece.
      Sí se que te entusiasma la novela negra. No es un género que frecuente, pero tiene sus buenas miradas. Y seguidores.
      Un beso, U-to!

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  2. Agatha Christie es la reina. Y Mankell me encanta. Pero Bevilacqua y Chamorro... no me hago con ellos :(
    Esta serie tiene mucho éxito entre los lectores, al menos algunos lectores, lo cual no sé si beneficia a Lorenzo Silva, del que espero más fuera de este género.

    Un abrazo

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    1. De Mankell sólo leí 'Cortafuegos' y no me pareció gran cosa. Este libro está bien, pero que todo sea amigable y fluya sin contratiempos me resultó poco creíble. No he leído otra cosa de Silva. Será cuestión de probar.
      Un abrazo grande, Ana.

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  3. De Bevilacqua y Chamorro leí "La marca del meridiano" (creo recordar el título), por la cual le concedieron a Silva el Planeta en 2012. Eso fue en la época post-"El mundo" de J.J. Millás, cuando creía que el Planeta podría ser algo interesante. Desafortunadamente, la novela de Silva era el preludio a lo que iba a ocurrir un año más tarde, cuando lo ganó aquel producto literario del cuyo nombre no quiero acordarme, jaja. Como te puedes imaginar, el libro de Silva no me gustó. Demasiado lento para una novela policíaca, demasiado poco para ser otra cosa.
    A mí sí que me gusta la novela negra o policíaca, pero si cumple con una serie de condiciones.
    un abrazo

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    1. Es bueno tener tu opinión sobre 'La marca del meridiano', libro que tengo para leer. Si éste que reseño es lo mejor de Silva...
      Respecto de los premios, me he vuelto escéptico. Tú te refieres a Clara Sánchez, yo, a Mo Yan -ganador del Nóbel-. ¿Cómo se decide que trabajo es el mejor?, ¿cuán inficionada de amiguismos, compensaciones y negocio editorial está la selección del ganador? Como ves, da para mucho.
      Algunos policiales me gustan, aunque no soy asiduo visitante del género. Y eso que aun no he leído a Chandler!
      Un fuerte abrazo para ti, Agnieszka.

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  4. Hola Marcelo. Tampoco me “entusiasma” la novela policial. A veces me ha tentado Lorenzo Silva con la aureola que levanta en cada libro, pero enseguida pasa el ruido y él se va por un lado y yo por otro. Seguro que esa reticencia me ha privado de alguna lectura excelente, pero en los libros, como en la vida, siempre hay renuncias.
    Marcelo, aquí a veces asistimos a decisiones judiciales en temas de violencia de género, desahucios… iba a decir corrupción pero parece que en esto “se están poniendo las pilas”, decía que algunos jueces hacen parecer lo inverosímil de un libro en algo que sucede con absoluta normalidad a pie de calle. Por lo demás, como dices en tu comentario, Lorenzo Silva es un escritor que construye bien el armazón narrativo, no se puede tener a tanto lector entregado a cambio de humo… creo, sin atisbo de ingenuidad. ¿ Osará librarse algún día de Bevilacqua y Chamorro? ¡ Menudo reto literario en forma de libro! Ese no me lo perdería.Un abrazo.

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    1. Me pregunto lo mismo que tú, Paco: ¿se puede renunciar libremente a una fórmula que ha resultado exitosa, como la de Vila y Chamorro, y que tanta repercusión ha deparado a su autor? Habrá que leer algún otro libro que no componga la saga, si es que lo hay.
      Es verdad. Si te tomas las molestias de leer ciertos fallos judiciales, la ficción más descabellada, hasta se puede volver creíble.
      Gracias por darte una vuelta.
      Un gran abrazo.

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  5. Gracias por la interesante reseña. No voy a entrar en los juicios literarios, cada lector es soberano en su lectura, pero en lo que toca a la verosimilitud, quizá sea útil aclarar que la historia se corresponde mucho con una historia real, cuyo relato está aquí, resumido por el periodista que mejor la conoce:

    http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/26/cultura/1267218354.html


    Tal vez sucede que la justicia no actúa igual en todas partes, o en todos los casos.

    Saludos cordiales
    Lorenzo Silva



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    1. Acabo de leer la nota a la que me ha llevado el link que tan gentilmente me has dejado, Lorenzo. Pareciera ser que en el entorno de Madrid las cosas se hacen como debieran, o por lo menos, mejor. Estoy convencido de que si leyeras la crónica policial de esta ciudad durante un mes, tendrías argumentos para que Vila y Chamorro superaran con creces las historias de Poirot.
      Aprovecho para decirte que me gustaría que tu último trabajo, que tanta buena repercusión y acogida ha tenido desde su lanzamiento, estuviera en breve disponible también en Argentina, para cumplir con lo que le he escrito a Paco aquí arriba. Si puedes, díselo a la casa editora.
      Más allá de mis humildes apreciaciones, ha sido un placer leer uno de tus libros y un lujo tenerte por aquí. Muchas gracias.

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  6. He leído sobre el caso Nisman a la distancia...aquí seguimos con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa así: sin saber qué les ha pasado. Vinieron peritos argentinos a revisar lo que dicen que son sus restos y ellos dijeron que lo que encontraron no es para darlos por muertos, no es suficiente. Las autoridades mexicanas le han dado carpetazo al asunto pero hace apenas 8 días tuvimos elecciones y al partido de Peña Nieto le fue muy mal. No va a ganar en 3 años la presidencia del país.
    Pasando al libro: me lo salto.Que no está el horno para bollos.
    Un beso,
    Ale.

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    1. Qué mal está la Justicia iberoamericana, Ale. Después de lo que me has contado que no has podido salir de tu ciudad por bloqueos narcos, y ahora esto, la verdad, todo deja mucho que desear.
      Y peritos argentinos! Ja, ja. No podemos con nosotros mismos e intentamos aclarar los restantes? Son unos caraduras!
      Saltéate el libro, no problem. Pero aquí arriba está el propio Silva que hace su descargo.
      Un beso!

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