domingo, 31 de mayo de 2015

El vuelo del moscardón. El efecto carambola, James Burke


Planeta, 1998

          Confieso haber sido un adicto a la serie Conexiones, aparecida en estas costas a principios de los 80s cuyo conductor era un caballero de locuacidad vertiginosa y de ademanes convincentes. El doblaje se había hecho por encima de la voz original, lo que volvía algo dificultosa la comprensión, pero las relaciones establecidas entre los descubrimientos y las invenciones que nos han conducido a la moderna tecnología, divulgados a la audiencia en esas sesiones, pagaban con creces el esfuerzo. Pasado el tiempo, volví a encontrar a Burke en papel, a través de la versión en español de Scientific American, donde tenía una columna. El haber visto el libro en una mesa de usados y llevarlo fue un mismo y único hecho.

          Estructurada en veinte capítulos de distinta naturaleza, Burke intenta mantener la ilación entre uno y el siguiente, a veces acertadamente y otras sin tanta fortuna. Por sus páginas se deslizan la génesis de las experiencias que han hecho posible los adelantos tecnológicos de lo que hoy nos parece indispensable –motores de explosión, luz eléctrica, teléfono y computación, entre muchos otros-; además, repasa el origen de la geología, antropología, botánica, psicología, filología y otras ciencias a través de una secuencia de contenido no siempre bien conectada pero sí respetando la cronología de los hechos descriptos.

            Por otra parte, las historias se suceden unas a otras, párrafo tras párrafo, de manera que se puede comenzar leyendo acerca de cosmética y concluir el capítulo con la inauguración de transatlánticos de lujo, habiendo pasado por la fiebre del oro, las telas de Oriente, la peste irlandesa de la papa, etc. La forma elegida por Burke de mantener las expectativas y la curiosidad semejan al vuelo del moscardón, cuya trayectoria siempre es en línea recta, pero en zig-zag.

            Sólo adolece de dos debilidades. La primera es que tiende a regresar en el tiempo al analizar determinados hechos, con los cuales el lector puede fácilmente perderse. Si bien el propio autor propone seguir el curso a través de una serie de anotaciones al margen –que permiten saltar las páginas para continuar con la misma historia-, lo cierto es que seguir la lectura de esa manera convierte al derrotero en caótico. La otra, inane para Burke, es la traducción. Realmente, hubiera sido mejor hallar a alguien más conocedor en la terminología técnica y científica que aquellos a quienes le cupo el titánico trabajo. Hay errores de interpretación –algunos groseros- y de sintaxis que, si bien no empañan el motivo, vuelve por momentos tedioso lo que se ha intentado fuese fluido.

            Por lo demás, el texto es ameno, coloquial y se lee bien. En una época en que todo se consulta por la Red –se guglea, al decir de los más chicos-, este libro puede ser un buen elemento disparador para jóvenes curiosos, quienes pueden encontrar en su contenido un profuso y divertido resumen de la historia de las ciencias.

12 comentarios:

  1. No digo que no sea interesante pero me parece algo "barullo", no? Creo que lo dejo pasar...
    Besos,

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    1. Más que nada, lo elegí porque pensaba encontrar algo que tuviera mucho de divulgación científica para adolescentes, con la intención de potenciar la lectura de éstos acerca de la historia de la ciencia, Carmen. Ésa ha sido la finalidad.
      Un beso, y gracias por darte una vuelta por aquí.

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  2. Me encantan los libros de divulgación, de pop science se podría decir. Voy a buscarlo en inglés. Gracias por la recomendación.

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    1. Es un excelente ejemplar para informarse de cómo hemos llegado al estado actual de ciencia y tecnología. Tengo sobrinos -a falta de hijos- que pueden interesarse, ¿los tienes tú? Espero que si.
      Un abrazo grande.
      Ah! Estoy detrás de Milosz...

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  3. Me encanta jajaja, y bueno, solucionamos lo de la tradución leyendo en original y listo, no sé, me parece una propuesta muy especial, tiene algo que me llama a gritos, me lo llevo. Un abrazo :)

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    1. Antes que nada, Presi... ¿Tengo que entender que me has dejado sólo con Gaddis?
      Este libro está destinado a espíritus curiosos, ávidos de saber cómo llegamos al presente. Ojalá lo disfrutes tanto como un colegial.
      Un fuerte abrazo, Yossi!

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  4. James Burke, David Attenborough, David Bellamy… he crecido fascinado con la figura de estos grandes documentalistas y su pasión al divulgar la ciencia, la historia y la naturaleza de nuestro planeta, ¡qué magníficos comunicadores! En mi casa hay un buen número de documentales, muchos de la BBC y National Geographic (también revistas), que he ido recopilando desde mi adolescencia, de hecho me considero más seguidor de documental que de cine y aún los disfruto mucho. Curiosamente estaba viendo uno sobre las Islas volcánicas de Hawaii hace escasos minutos. Una excelente propuesta Marcelo, se agradece encontrarse con algo original y distinto de vez en cuando. Me lo apunto ya mismo. Un abrazo.

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    1. No tengo tanto material audiovisual de esta índole, Paco, pero sí atesoro la colección completa de Investigación y Ciencia, desde el nº 1, de octubre de 1976. Y aun la sigo comprando, y leyendo mensualmente.
      Este libro pasó casi desapercibido por aquí; pero en el mercado paralelo del usado, está muy cotizado.
      Gracias por tus líneas; me alegro que sea de interés.
      Un gran abrazo!

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  5. A mí me encantan los libros de divulgación. Hoy venía en el coche escuchando por la radio uno sobre ciencias, el autor contaba muchas anécdotas a partir de las cuales terminabas aprendiendo algo. Me resultó tan ameno... Pero no conseguí enterarme de qué libro era :( Cosas de conducir horas y horas, no se puede estar a todo. Le echaré un vistazo a este, gracias Marcelo.

    Un abrazo

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    1. Existen muchos libros de divulgación en el mercado. De hecho, la editorial Salvat había sacado hace más de 20 años una colección de un centenar de libros que resultaron señeros en cada campo de las ciencias experimentales. Yo los doné a una biblioteca escolar.
      Éste es uno de ellos, apropiado para despertar vocaciones científicas.
      Quizás no para ti, pero quizás para alguno de tus jóvenes familiares cercanos.
      Otro abrazo!

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  6. voy a ver si lo encuentro en inglés ;)
    un beso,
    Ale.

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    1. Si tienes adolescentes curiosos a tu alrededor, o si lo eres tú, es inmejorable comienzo.
      Un besote, Ale.

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