jueves, 25 de junio de 2015

Antología fantástica. Obras completas, Felisberto Hernández


Siglo XXI, 2011


           Llegué a esta edición por una discusión sostenida con el dueño de otra editorial local que proponía una compilación de los mejores trabajos de Hernández. Como el Nano Serrat me enseñó no escoger sólo una parte, pues fui por todo. Para ello debí robarle a alguien estos volúmenes. Me explico: al ir en su busca –solo aparecían en una única sucursal de una cadena de librerías-, ya alguien los había reservado; mas al no tener identificación del interesado, me hice pasar por él. Lo que sigue, como siempre, son las líneas de mi experiencia personal.

            El primer volumen reúne los trabajos de Fulano de tal, Libro sin tapas, La cara de Ana, La envenenada, Cuentos y fragmentos, Cuentos inéditos y Por los tiempos de Clemente Colling, todos aparecidos entre 1925 y 1942. Rescato del presente ejemplar la construcción literaria enfocada básicamente en los recuerdos de infancia y en otorgarle vida a los objetos que, de otra manera, serían mudos espectadores de los hechos. Hernández es un maestro del relato breve, donde abunda la literatura fantástica: ventanas con vida propia, una piedra que filosofa, una circunferencia que cambia el ritmo. Por otra parte, repasa en gran medida aspectos de su vida al narrarnos sus inicios como talentoso pianista –profesión con la que se ganó la vida durante sus años mozos- y la imagen de su inspirador, aplicándose a una minuciosa observación del maestro tanto como del entorno en que éste, su realidad miserable y el mundillo de la música local permitía, con un pincel que oscila entre el humor irónico y la descripción poética.

“Debajo de un árbol y encima de un césped vivía un silencio de cuerpo de aire y de vestidos de luz, que el sol le hacía todos los días y la luna le regalaba todas las noches.
Siempre que iba a vestirlo lo encontraba con distintos vestidos, y me abrazaba tan fuertemente que enseguida yo me quedaba lleno de silencio.
Él es el único que sabe qué bella eres y cuánto te amo.
Él pasa su mano por mi frente y mis ojos, y a pesar de que su mano es suave como una brisa, despierta mis recuerdos y ellos se prenden a mis vestidos.
Cuando vuelvo a mi casa él me acompaña un trecho largo. Después con su mano de brisa, despide lentamente mis queridos recuerdos.
Y todos ellos, los que llevan tu nombre, tu imagen, tu belleza, tus movimientos, tus palabras, tu almita y tu amor, vuelven a dormir en el rincón más caliente del corazón.”



            El segundo volumen compila El caballo perdido, una evocación que se inicia con las clases de piano de su maestra Celina y derivan en asociaciones de sueños y pensamientos con vida propia, muy surrealista, junto a una serie de relatos que alternan recuerdos y construcciones oníricas, entre los que destaca el que le da título, Nadie encendía las lámparas. A ellos se suma un genial relato largo, Las Hortensias, en el que una pareja utiliza una muñeca símil a la mujer, para sentirse acompañados, y lo que ello depara.

            El tercer volumen agrupa otra serie de relatos reunidos en Tierras de la memoria, una colección de recuerdos que dispara sendas reflexiones en un estilo que se asemeja bastante al empleado por Proust; y una construcción que intenta separar al Yo del cuerpo y de la cabeza –donde habitan los pensamientos- reunida en Diario del sinvergüenza y Últimas invenciones.



            Acompaña la presente edición un prólogo explicativo del arte de Felisberto Hernández y su ubicación temporal a cargo de David Huerta, cerrando la misma con un Apéndice que contiene un muestrario de fragmentos de ideas y textos desprendidos que el propio autor guardaba como ensayos de elaboración.

          El único reparo que opongo es que la edición no es demasiado cuidada; parece fruto del apuro por lanzarla al mercado y en ese apuro se han cometido errores de edición que salpican a la obra. Me refiero a inversiones de letras, o ausencia de algunas de ellas en frases y párrafos.

         Por lo demás, relatos bien construidos, con una matriz que utiliza fantasía, memoria, recuerdos y elementos tomados de los sueños, corporizan todo el trabajo que Hernández supo delinear con singular maestría a lo largo de su vida literaria. Un autor para visitar; algo fuera de lo común.

2 comentarios:

  1. Me descubres a un autor totalmente desconocido.¡Muchas gracias!
    saludos

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  2. Es la obra completa de un poeta uruguayo, muy afamado, quien junto a Macedonio Fernández constituían la vanguardia literaria entre los años '20 y '40 del siglo pasado por ser muy creativos. Han servido de modelo a muchos escritores posteriores. Incluso Borges los ha ponderado.
    Si encuentras algo de él, haz experiencia, Agnieszka. Lo vale.
    Un abrazo!

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