martes, 30 de junio de 2015

Miedo niño. Una semana en la nieve, Emmanuel Carrère


Anagrama, 2014

         ‘Vos, que hacés reseñas de libros, deberías leerlo’. Frase proferida en el interior de mi hogar por quien lo leyera el pasado marzo. Abúlico, con esa mirada descreída y socarrona que otorga la certeza de saber que el mismo fue comprado con la única intención de hacer frente a la amansadora que supone esperar ser atendida por un estilista del cabello una mañana de sábado, solo atisbé a un monosílabo, poco convencido. Lo que disparó su lectura fue el comentario en la blogosfera de otra obra del autor. Como éste estaba al alcance de mi mano, pues…

           Nicolas cuenta con ocho años y asiste a una suerte de receso escolar de una semana de duración, que ha propuesto su escuela para llevar a la nieve a la totalidad de su curso. Digamos que esta recreación tiene como objetivo no solo el hecho de hacer las primeras armas en la disciplina del esquí sino de socializar a los niños participantes entre sí. Apocado e introvertido, Nicolas tendrá que hacer frente a una nueva circunstancia: desenvolverse en medio de otros niños, sin el amparo que brinda el núcleo familiar.

         Ya desde el inicio las cosas se complican. Su padre, viajante de una ortopedia, quien lo transporta personalmente hasta el centro de esquí, se ha retirado raudamente a hacer sus entregas tras depositarlo en su destino, dejando el bolso con la ropa de Nicolas dentro de la cajuela de su auto. Por otra parte, Nicolas ha de vérselas con un instructor y una responsable escolar, y también… con Hodkann, el compañero más bravo. A los miedos propios de la circunstancia, se agregará la noticia del asesinato de un niño en un pueblo cercano y la imposibilidad de dar con el paradero de su padre.

           En estilo directo, parco y casi minimalista, Carrère construye una novela breve que combina contratiempos, angustias y desafíos para el niño, junto a un thriller cuyo desenlace se avizora, aunque su final se deja abierto. Destaco la atmósfera de inquietud, desasosiego en que transcurre toda la trama, donde muchos hechos son sugeridos al lector, mas no concretados; y que la narración siempre respeta las observaciones formuladas desde el punto de vista de un párvulo y no de un adulto, volviendo sólido y creíble el relato.

            Ambientado en Francia, con geografía invernal, el libro se lee rápida y fluidamente. Una prosa contundente a pesar de la brevedad de sus líneas. Para tomar en cuenta.

13 comentarios:

  1. Asistir, en un corto espacio de tiempo, a la mención de este libro y su autor a través de dos lectores tan interesantes como Ana (Ana blasfuemia), y ahora tú, no hace sino acrecentar mi curiosidad por Carrère.
    Ese estilo parco y minimalista que señalas, siempre me ha parecido un arma de doble filo, ya que exige un equilibrio que no todos los escritores logran alcanzar. Algunos autores en su pretensión de aplicar estrictamente el “menos es más” acaban, inevitablemente, siendo menos, y nos parece que el relato “cojea” por algún lado. Por lo que dices de forma tan certera, Carrère es un escritor que aplica con maestría el “menos es más”, signo de que es un escritor de mirada profunda. Los buenos.
    Un abrazo amigo.

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    1. No solemos compartir gustos literarios quien me lo proporcionó y yo, pero debo reconocer que no está nada mal. Tengo otros títulos del autor, pero me incliné por éste dada su brevedad y recomendación.
      He leído la reseña de Ana sobre este libro y creo que coincidimos bastante; pensar que ambos lo estábamos leyendo en paralelo, sin avisarnos!
      Como inicio a Carrère, algo más que interesante.
      Un abrazo para ti, Paco!

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  2. Con el cerebro medio frito medio hervido como el mío estos días de calor africano que sufrimos de este lado del charco, no me importaría pasar un semana en la nieve...
    Gracias por la recomendación. Tengo ganas de conocer al autor.
    un abrazo

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    1. Pues puedes mandarnos algo de calor a estas costas, que abunda en temperaturas bajas.
      Es un libro muy bien narrado y bastante interesante, con escasez de páginas. Lo que implica que una historia simple, bien narrada, no necesariamente requiere de un gran desarrollo. Es óptimo; bueno con poco.
      Un abrazo, Agnieszka.

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  3. Pues no me apunto al viaje que cuando me dan final abierto me quedo con cara de tonta. De este hombre leí un relato y tiende a lo triste, trágico y es quizás un poco duro. Ahora prefiero mimos. Qué le voy a hacer.
    Besos

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    1. Norah, tú nunca eres tonta, ni con final abierto ni sin él. No te imagino al final del libro con cara de bobalicona a la que es necesario atarle el mentón con un hilo sisal.
      Puede que no te apetezca el planteo, y está OK. Por otra parte, estás de vacaciones, y las lecturas veraniegas se prestan para otra clase de contenidos. Disfruta del descanso!
      Un beso grandote.

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  4. El amparo de su familia era más bien un desamparo... El estilo de Carrère a mí me convence mucho, cómo describe y crea tensiones así sin darte cuenta y con aparente facilidad. Los dos libros leídos hasta ahora me tienen más que convencida. Seguiré con este autor.

    Un abrazo

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    1. Sí, Ana, coincido contigo. Mientras lo leía pensaba cuántos niños -y no tanto- deben pasar por una crianza similar... o descrianza, según lo mires. Y yendo un poco más allá, ¿para qué se tienen niños, si no se estás dispuesto a abandonar nada por él? Y de allí, te imaginas la mar de preguntas...
      Me gustó la combinación de una trama sobria, haber sido escrito desde la mirada de un niño y la concisión a la hora de crear una atmósfera en que todo se volviera creíble. Tendré en cuenta los demás títulos del autor.
      Un abrazo grande!

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  5. Me parece sobre todo una buena opción para conocewr al autor, del que no he leído nada y mira que es un nombre que aparece por todas partes, además tiene la pinta de ser lo ideal para estos días horribles de verano, cuando sea rico me mudaré en julio a Argentina y volveré en diciembre jajaja. Un abrazo.

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    1. Mira tú por dónde yo terminé leyéndolo; ahí tienes mi (honestísimo) primer párrafo. Es un buen libro, para tomar en cuenta a la hora de leer algo interesante y breve.
      No necesitas ser rico para realizar lo que dices; o bien esperas que pueda darte albergue con las comodidades apropiadas, o podemos ponernos de acuerdo y pasarnos medio año aquí y otro medio año por allí, ¿qué dices?
      Un fuerte abrazo, Yossi!

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  6. De este autor tengo en espera Limónov y por ahora ahí está. Parece que esta obra breve podría ser una buena entrada en la obra del autor.

    Eii, yo me apunto a ese ideal intercambio para ahorrarnos el verano...

    Abrazos!!

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    1. Yo también tengo Limónov para leer! Te propongo que me avises cuando decidas leerlo, y hacemos un 'Estéreo Transatlántico' entre ambas lecturas, ¿te parece, U-to?
      Sí, coincido. Es una buena puerta de acceso al autor.
      Por supuesto que también estás invitada al intercambio de inviernos!
      Un beso grande!

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    2. ¡¡Hecho!! Así me animaré antes.

      Besos!!

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