domingo, 26 de julio de 2015

Verano del '63. Alguien dice tu nombre, Luis García Montero


Alfaguara, 2014

             No tenía idea de quién era el autor y mucho menos de su obra anterior, hasta que en la blogosfera empezó a sonar este libro, con opiniones inclinadas a su favor en mayoría. Lo vi breve en la librería y lo llevé. Acomodando los libros durante un feriado, lo separé para leer debido al banner de su portada que hablaba de una historia de amor e iniciación, acompañada de una reflexión de Joaquín Sabina.

               León Egea cuenta con casi veinte años, es estudiante de Filosofía y Letras y, debido a una propuesta de Ignacio Rubio, su profesor de Literatura, decide pasar ese verano trabajando como aprendiz de vendedor para la editorial Universo, que publica enciclopedias y manuales. Estamos en julio de 1963 en Granada, España. Como su interés es dedicarse a escribir, los posibles viajes de ventas fortalecerán sus observaciones y le permitirán hacer ejercicio de escritura acerca de lo que ve. Con la compañía de Vicente, un parco vendedor, gerente de la filial granadina, y su secretaria, Consuelo, una rubia sinuosa en sus cuarenta, León se verá atraído por ésta, en medio de episodios de ventas que depararán dispares experiencias.

            Pero no todo es lo que parece. A los ritos de iniciación sexual, algo atípicos por estar dirigidos con complacencia por una mujer adulta, se suman el sigilo por mantener la relación en secreto entre compañeros de trabajo, a sabiendas de lo efímero de la misma, y los tropezones de un novato que poco interés tiene en las ventas del material editorial.

          García Montero narra todo en primera persona del singular, solapándose por momentos con su protagonista, aunque la voz del narrador suena mucho más madura que la de un joven veinteañero. Y no escatima en exponer la situación social de la España franquista: un calor de locos con sequía, a la que el racionamiento de agua impuesto por las autoridades solo abrevia hacia el final del día; el rol de la mujer, contenida al mundo de la familia y de los hijos, sin voz ni voto; la necesidad de mantener el silencio ante lo ocurrido en la Guerra Civil –perfectamente delineada en Vicente, con su muletilla ‘no necesito saberlo’- y la sostenida opresión ejercida desde el poder para acallar cualquier voz disidente.

            Coloquial y ameno, el texto fluye con rapidez puesto que León hace un ejercicio literario de evocación. Escrito con matices poéticos, el autor aprovecha la ocasión para otorgarle autoridad a las palabras –resultan significativas a la hora de vender enciclopedias- y poner de relieve la asunción del compromiso político juvenil, que en ese momento era todo un desafío a un poder omnímodo y omnipresente.

              Quizás hacia el final, el giro de los acontecimientos no resultan todo lo necesariamente creíbles, pero las reflexiones sobre la mediocridad de una vida sin participación, la complicidad de los indiferentes en el sostén del statu quo y el rol de las letras como medio de expresión política hacen de éste un libro más que interesante.

12 comentarios:

  1. Tampoco yo he leído nada de Luis García Montero, nombre que, por otra parte, ha adquirido cierta relevancia mediática en las televisiones españolas estos últimos meses, no por cuestiones literarias, sino políticas.
    Se presentó como cabeza de grupo por Izquierda Unida, para presidir la Comunidad de Madrid en las pasadas elecciones del 24 de mayo, pero fuertes desavenencias con la cúpula del partido enturbiaron todo el proceso, hecho que aún “colea” en la prensa madrileña.
    Por lo demás goza de buena reputación literaria en España. Tu atenta observación para destacar los matices poéticos revela el peso de la poesía en la trayectoria de este autor, de hecho aquí es considerado, fundamentalmente, desde su condición de poeta.
    Ahora parece que goza de una “edad de oro”, el impacto televisivo es una pócima poderosa, y supongo que, al menos, se sentirá menos contrariado viendo que su fracaso político ha contribuido exponencialmente a su éxito literario.
    Tus siempre esclarecedores comentarios han avivado una curiosidad por este autor que, de un tiempo a esta parte , había decaído. Un placer leerte.
    Abrazos Marcelo.

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    1. Gracias, Paco, por tus líneas. Te podrás imaginar que yo desconocía su presente político. Lo cierto es que él deja en claro el rescate de la militancia de izquierda ante el franquismo. Y si bien el final resulta un remedo de esa resistencia cojuda, al menos la exhibe de manera prolija y amable.
      Échale una hojeada antes de decidirte, ¿si?
      Un fuerte abrazo para ti!

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  2. Una portada bonita, un retrato de la sociedad interesante- podría apetecerme si no fuera por el calor que intuyo entre las páginas de la novela, tanto físico con cortes de agua, como excesos eróticos de sus protagonistas. Pero, sobre todo, el calor político, de ese comunismo que tan bien vivió fuera del telón de acero encantado de que Moscú lo financie. Eso es Izquierda Unida que representa el autor, uno de los descendientes de los desgraciados tipo Carrillo. Y yo necesito algo fresco y refrescante.
    Un abrazo

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    1. No son tantas las escenas de sexo, Agnieszka; no como para acalorar al lector. Más bien todo parece ser... lo que no es; o lo es, pero solo en parte. Todo tiene un matiz... clandestino. Creo que ése es el gran acierto de la novela. El final resulta algo tomado por los pelos, pero se le disculpa en aras de la prosa poética que esgrime durante toda la novela.
      Necesitas algo fresco... ¿como Manuela Carmena?
      Un abrazo para ti.

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    2. No estaba pensando en nada refrescante políticamente. A Carmena le deseo que le vaya bien y que cambie varios absurdos que se instalaron en Madrid con los neoliberales del PP. ¡Ojalá las cosas cambien en muchos lugares del mundo! Me apetece algo fresco y refrescante en lo literario. Acabo de terminar una novela checa, absolutamente deslumbrante, y quiero seguir por este camino. Saludos

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    3. En estos tiempos, parece que los aires refrescantes son bien pocos. No obstante, guardo ciertas esperanzas de encontrar algo de valor. Cuéntanos, cuando puedas, sobre esa novela checa, si?
      Un beso.

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  3. Pues entre el franquismo y los finales cogidos por los pelos ya me has espantado. El estilo creo que me gustaría y de este hombre ya había oído hablar, de hecho tengo "Una forma de resistencia" por casa acumulando polvo. Igual le echo un vistazo y ya vengo y te digo.
    Un besito

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    1. Anda ya, Norah. No seas prejuiciosa, que lo del franquismo en esta novela es casi secundario y sólo toma ribetes opositores hacia el final. García Montero escribe muy bien, guarda cierta poética en sus líneas y su estilo me gusta.
      Haz experiencia con ese volumen que tienes por ahí; sospecho que no te defraudará. Anímate!
      Un beso para vos, Maja.

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  4. No he leído nada suyo, lo conozco por su actividad como profesor y sus enfrentamientos en defensa de García Lorca en Granada (sí, aún!!!!) y por sus opciones políticas, pero no ha ido más lejos el tema.

    Quizás algún día, nunca digo que no.

    Fuertes abrazos!!

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    1. Como dije, me gusta su prosa. Es muy oral. Quizás no para ahora, pero...
      No estoy muy al tanto de su militancia; sólo opino como lector de su obra. Que defienda a Lorca aún, es llamativo, pero obtiene mis respetos.
      Un abrazo grande!

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  5. el periodo que cubre la novela no llama mi atención. Este me lo salto.
    Un beso,
    Ale.

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    1. OK, pero escribe muy bien. Buen modelo a seguir para quien se decida a escribir, Ale.
      Otro beso.

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