De Bolsillo, 2009
Estaba
(y está) señalada como una novela emblemática –¡vaya que lo es!-. Por eso le anduve
detrás bastante tiempo, sin suerte. Cuando apareció, no dudé en llevarla.
Ethan Frome es un granjero de Nueva
Inglaterra de principios de siglo XX, a quien el narrador conoce en un viaje a
Starkfield, su aldea en Massachusetts, y al que contrata para oficiar de
conductor. La gente del pueblo es cordial pero apática y reacia a dar confianza
a los forasteros. No obstante, es la hospedera la que inicia el relato de lo
sucedido a ese hombre unos veinte años atrás. La necesidad de hacer frente a
una borrasca invernal en la desolada noche, lleva al narrador a albergarse en
la más que humilde casa de Frome y conocer allí mismo lo ocurrido.
El joven Frome no ha tenido suerte.
Su padre murió y él debió hacerse cargo del aserradero junto a su madre. Cuando
ella enfermó necesitó que alguien la cuidara, y apareció en su vida Zeena, una
joven desenvuelta que a la sazón, a la muerte de aquella, se convirtió en su
esposa, más por agradecimiento y para combatir la soledad que por amor
verdadero.
Es ahora Zeena la que padece
enfermedad y debe ser auxiliada en las tareas hogareñas. Con ese motivo, acepta
dar cobijo a una prima suya, Mattie Silver, muchos años más joven, cuyos padres
han desaparecido y no tiene dónde ir. De esta manera queda constituido el
clásico triángulo. Por un lado, Frome encuentra en Mattie la frescura y la
calidez que jamás halló en Zeena. Ésta sospecha una posible relación espuria
entre su marido y su prima, y Mattie ve en Frome un compañero ideal para sus
andanzas, amable y protector.
Pero lo que comenzó siendo un atisbo
de esperanza para el corazón de Frome, pronto se ve frustrado por un accidente
doméstico, del que Zeena saca partido expulsando a Mattie. El camino que lleva
a la estación de ferrocarril hacia donde Frome debe acompañar a la joven se
vuelve el más propicio para un desenlace anunciado, donde la historia toma un
giro totalmente distinto y sorprende al lector.
Hay varios planos de la novela que
destacar. En principio, está la relación unívoca entre el clima y su gente.
Wharton pone de manifiesto cuánto influye el clima en el carácter del ser
humano. Así, la crudeza del inhóspito invierno de Starkfield es la razón para
que sus habitantes sean parcos y distantes, y esto se agudice con el paso de
los inviernos. Después, hay un uso moderado de símbolos: el color rojo en
Mattie, la presencia de un gato, la fuente de servir de Zeena. El plano principal es el
debate ético de Frome: ¿debe proseguir cumpliendo sus deberes conyugales en un
matrimonio inexistente o puede dar rienda suelta a su corazón? Por último,
Wharton hace alusión directa a una aceptación del suicidio como única vía de
escape a las imposiciones sociales que exigen respeto por los compromisos
asumidos.
Breve y coloquial, el libro fluye en
medio de matices que alternan momentos de alegría como de soberana tristeza. Es
que al pobre Frome le pasó de todo; tuvo que atender a sus padres cuando joven
y a su hipocondríaca esposa después, sin poder siquiera disfrutar del cariño de
Mattie. Tras llovido, mojado. Una narración sólida, bien construida, con
elementos simples y final vertiginoso, hace de ésta una obra clásica de la
literatura.
Hola Marcelo.
ResponderEliminarMe alegra que comentes esta obra, la cual tengo aún cercana en la memoria, pues la leí a principios de febrero de este año, si bien recuerdo.
Una casualidad más entre los dos, ¡ y ya van unas cuantas!
El libro que yo tengo es una edición del 2008, de Alba Editorial. Lo vi en las estanterías de una conocida cadena de librerías acá, en España ( Books Center), estaba en la sección de saldos a 1,50 euros… ¡un título de Edith Wharton por ese precio! Me lo llevé por supuesto.
Y tengo que reconocer que fue una lectura muy grata.
Más allá del argumento, un triángulo amoroso como bien indicas (eso sí, con la tensión muy bien medida y dosificada), historia ampliamente reflejada en la literatura, lo que de verdad me seduce es la sensibilidad de Wharton para captar la presencia de la naturaleza en el entorno y las vidas de los habitantes de Starkfield.
La nieve virgen, la oscuridad invernal, las chimeneas humeantes y detalles por el estilo, envuelven la narración, con sus personajes, en una atmósfera que casi puedes palpar, te atrapa desde las primeras líneas.
( Tengo en mi libreta algunos pasajes de esta obra, deliciosos).
Para mí, Edith Wharton ocupa un lugar preferente en la literatura estadounidense, una de las narradoras más brillantes de su panorama, no tengo ninguna duda.
Un abrazo amigo.
Comparto contigo, Paco, que es la sensibilidad y la mirada precisa de Wharton sobre el entorno social la que hace la diferencia en esta obra. Súmale la tensión en la atmósfera que crea, y tienes allí su gran arte.
EliminarNo había leído nada de ella antes; ahora, busco afanosamente otros títulos.
Recibe un gran abrazo, amigo.
Hola de nuevo Marcelo.
EliminarEn cuanto a la indicación que haces a Agnieszka, sobre lo apropiado de esta lectura a quien le guste escribir (totalmente de acuerdo), quiero mencionar otro libro suyo, que leí hará algo más de un año, acerca del arte de escribir ; "El arte de la ficción. El vicio de la lectura." Una obra que disfruté mucho, en la que desvela las peculiaridades de su estilo y técnica (sin caer en el manual didáctico, E. Wharton se cuida de ello), y repasa a los escritores que admira. Muy recomendable.Te dejo un enlace con una breve mención. Abrazo!
http://www.clubdellector.com/libro/el-arte-de-la-ficcion-el-vicio-de-la-lectura
Gracias por el enlace, Paco. Parece no tener desperdicio la obra de Wharton.
EliminarOtro abrazo.
Lo tengo apuntado desde hace tiempo. Además se me antoja algo invernal con el calor que hace aquí...
ResponderEliminarun abrazo
Es un gran libro, Agnieszka. Sabes bien que no lo mentaría si no lo fuese. Vale la pena hacer ejercicio con él; si nos dedicáramos a escribir, éste debería ser uno de lectura obligada, sin dudas.
EliminarÉchale una mirada... y creo que te atrapará.
Un abrazo para ti.
Pues tanta lluvia tampoco hace falta, digo yo, que si ya llovió no tiene que caer otro chaparrón luego ¿no? Me gusta lo que cuenta y cómo lo cuentas tú pero no sé yo si tanta calamidad me hará pasar mal rato y tampoco es plan. No sé, igual para más adelante.
ResponderEliminarBesitos.
Vamos, mujer, que no se diga que sólo has de estar para obras livianas. Ésta es corta, las descripciones -de sentires, geografías y personajes- no tienen desperdicio y además, su final es colosal. No lo descartes, porque no pasarás mal rato.
EliminarEs uno de esos ejemplos con los cuales sostengo que, si tienes un final fantástico, la obra -bien pulida- jamás defraudará.
Ojalá que te animes, Maja. Lo vale.
Un beso de refresco para vos.
¿Me estás provocando?
EliminarDe ninguna manera. Sugiero que no descartes UN BUEN LIBRO y te dejes llevar por una vez. Has la experiencia y ,si quieres, puedes putearme públicamente si no resulta de tu agrado -confío en mi experiencia; te considero lo suficientemente sensible para entender por qué te lo he sugerido-.
EliminarMaja, como te se 'de armas tomar', pues... recoge el guante. Lo vale.
Touché!
Muchos besos para ti.
He leído de ella, hace tiempo, La edad de la inocencia. Aunque en este caso está centrado en la alta sociedad neoyorquina, su argumento me recuerda a la obra que comentas, también hay una prima que pone en cuestión una vida predeterminada con su matrimonio y también está el dilema entre la redención a través del amor o la renuncia a la pasión a cambio de los convencionalismos sociales.
ResponderEliminarTengo un buen recuerdo de la obra.
Abrazos!!
Recuerdo la película, U-to, con Daniel Day Lewis, Winona Ryder y Michelle Pfeiffer; un gran film. No leí el texto.
EliminarÉste es un excelente libro, con un final memorable.
Un abrazo grande!
Me la anoto Marcelo. Personalmente creo que el clima si influye en la manera de ser de un pueblo (claro, no es lo único). No he leído nada de la autora, así que parece un buen libro para comenzar a conocerla.
ResponderEliminarUn beso,
Ale.
Librazo, Ale. A la altura de 'Cumbres borrascosas', sólo que más actual. ¿Necesitas mayor empujón? No te lo pierdas.
EliminarOjalá lo disfrutes tanto como yo.
Abrazote.