martes, 25 de agosto de 2015

Tríptico Françoise Sagan 1. Aquellos días felices. Buenos días, tristeza


Ediciones G.P., 1971

                Lo encontré al ir por otro libro en una librería de usados y lo llevé por tres razones. Una, porque albergaba tres títulos, uno de los cuales –no éste- me recordó cierto comentario de mi madre acerca de una película. Otra, porque pensé que bien podría ser de su agrado leer la novela que dio origen al film. La última, pero no menor, es que venía forrado de Contact, un papel adhesivo protector, de uso popular en los pasados años ’70, dando muestras evidentes del cariño que su antiguo poseedor guardaba, si no por la obra, acaso por los libros. La lectura la disparó la prensa al comparar el trabajo de Milena Busquets con el presente.

              Cecilia recuerda un verano, cuando estaba a punto de graduarse de bachiller y contaba con diecisiete años, en compañía de su padre, Raimundo, quien había alquilado una villa en el Mediterráneo. Viudo, de fortuna heredada y con algo más de cuarenta de edad, asistía junto a Elsa, la última de sus conquistas, diez años menor. Era el clásico dandy, amigo de la noche y la juerga de muchachos, sin mayores intenciones que pasarla bien, disfrutar de una vida ligera, sin cuestionamientos ni sobresaltos.

         Su hija, que comparte con su padre su naturaleza despreocupada y superficial, es avisada de la llegada de Ana Larsen, una vieja amiga de su madre y numen inspirador para la muchacha, quien acepta la invitación de Raimundo de pasar unos días pues le estaban haciendo falta unas buenas vacaciones. De esta manera se configura el triangulo amoroso entre el hombre guapo y liviano, la bella modelo joven aunque hueca y la mujer madura pero aplomada, dispuesta a poner orden en las vidas de padre e hija, tan pasatistas como ociosas. La trama se completa con la presencia de Cyril, un agradable veinteañero local, quien no solo inicia a Cecilia en el arte de la navegación a vela sino también en la sexualidad.

            La novela encierra varios puntos de interés. Para comenzar, está la soberbia descripción del universo mundano y frívolo de los años ’60 – ’70, época de playboys, sensualidad y vida nocturna de Saint Tropez y la Riviera francesa, genialmente retratada por Sagan. Luego, la consabida historia con desenlace trágico, entre un hombre irresponsable, una joven tan bella como anodina y una mujer independiente, con clase, necesitada de afecto familiar. Además, posee el condimento de la iniciación sexual de su protagonista, que si bien no abunda en detalles, pudo resultar escandalosa para los lectores de su tiempo de aparición.

                  Narrada en primera persona por Cecilia, la novela fluye en algo más de un ciento de páginas, dividida en dos partes. La primera describe el entorno familiar, sus características y presenta a sus personajes; la segunda, desarrolla el argumento hasta su predecible final.

Sagan en Rincón del Este, Villa de Merlo, San Luis, Argentina

                ¿Qué ha vuelto tan renombrada a la obra y a la autora? En principio, está escrita por una jovenzuela presumida, manipuladora, con aires de sabihonda, dueña de un desenfado sin par, utilizando un estilo tan directo y coloquial que transforman este relato en una pintura de época. Imagino que el revuelo causado tras su publicación obedece más que a romper con la pacatería, con el hecho de dejar constancia de la liberación femenina en materia sexual, exhibiendo así la igualdad alcanzada por las mujeres en este terreno de gozo y placer, algo impensado para la sociedad de ese tiempo.

                En suma, es un libro ameno que se lee rápido y si bien la altanería de Cecilia se vuelve por momentos incómoda, sus apreciaciones mantienen la frescura típica de la adolescencia, haciendo creíble el relato. No hay manera de comparar a Busquets con este superlativo trabajo.

                 Finalmente, mientras me entregaba a su lectura, vino a mi el recuerdo de aquel tema tan sonado en esos tiempos, There were the days, en la inefable voz de Mary Hopkin, una compañía ideal para esta obra.

11 comentarios:

  1. Madre mía, ¿compararon a Busquets con Sagan? ¿Y qué han dicho?

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    1. Que la novela de Busquets que reseñé hace poco y que puedes encontrar aquí a la derecha, era casi de una 'nueva Sagan'... No se si algo por el estilo dice en la contratapa. En fin...

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  2. En el mundo de la crítica literaria actual, las comparaciones de jóvenes promesas con escritores consagrados es constante. Me parece que les hacen flaco favor a los autores noveles porque acrecentar las expectativas no suele ser muy favorable para un inicio de carrera literaria.

    No he leído a Busquets, pese a que tengo la novela (que no he comprado yo) y tampoco a Sagan que me llama más la atención. Quién sabe, igual acabo encontrándome con ella.

    Abrazos!!

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    1. Comparto tus líneas, U-to. Es que el negocio editorial necesita imperiosamente de comparaciones para sostener sus ventas, de manera de tener incautos siempre al alcance de la mano.
      Si puedes, hazte de algún título de Sagan; seguramente será de tu agrado, pues tú disfrutas mucho de la literatura que se vuelve reflejo de época -y que dispara otras lecturas-.
      Un fuerte abrazo!

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  3. Amigo Marcelo, de las tres razones que esgrimes para llevarte esta bonita (y antigua) edición, me encanta la última., “venía forrado de Contact, un papel adhesivo protector, de uso popular en los pasados años ’70”.
    De las expuestas esa es la que mejor te revela como lector, alguien que se entrega a un libro de forma atenta y delicada. Me ha gustado corroborarlo así :).
    El retrato del frívolo ambiente en Saint Tropez y la Riviera francesa, desmenuzado por Sagan, a través de los adolescentes ojos de su personaje, me resulta tentador.
    A modo de anécdota, tengo un libro de Jakob Wassermann (también con tres títulos), en esa misma colección, “Los clásicos del siglo XX”. Las portadas, con ese dibujo impreso, ya decimonónico, y la contraportada, con otro retrato dibujado del autor más una bonita y breve semblanza hacen que el libro me resulte arrebatador. Qué bonito sitio Villa de Merlo para que repose tu libro :).Cuídate.

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    1. Digamos, Paco, que considero a los libros unos buenos amigos; por ello trato de ser cuidadoso con ellos, sin marcarlos ni escribirlos, y le cobro simpatía a aquel que les demuestra cariño.
      Sagan escribía muy bien. Y describe a ese estrato social magníficamente.
      Respecto de Villa de Merlo, a 1000 km de aquí, es un lugar bonito tanto de invierno como de verano. Tendrías que hacer el esfuerzo de venirte alguna temporada, y conocerlo.
      Disfruta de los aires cantábricos!
      Un gran abrazo, amigo!

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  4. Me he perdido con el parecido de Busquets y esto, no sé a qué viene pero bueno, tampoco...
    Este lo leí hace mucho tiempo, en mi época de joven que no quería leer lo que la mayoría de adolescentes, en plan rebelde. Me gustó, y sí, mi personaje favorito era Ciryl, qué se le va a hacer.
    La película la vi hace no mucho en una revisitación de clásicos, también me gustó pero sobre todo más por la fotografía y el envoltorio que la historia en sí.
    Besito

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  5. Me he perdido con el parecido de Busquets y esto, no sé a qué viene pero bueno, tampoco...
    Este lo leí hace mucho tiempo, en mi época de joven que no quería leer lo que la mayoría de adolescentes, en plan rebelde. Me gustó, y sí, mi personaje favorito era Ciryl, qué se le va a hacer.
    La película la vi hace no mucho en una revisitación de clásicos, también me gustó pero sobre todo más por la fotografía y el envoltorio que la historia en sí.
    Besito

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  6. La llamada crítica especializada ha tomado el libro de Busquets ponderándolo como de una 'nueva Sagan'; supongo que para despertar la curiosidad de los lectores y para afianzar las ventas.
    No he visto la película aun, Norah. Me gustó el desenfado con que está escrito.
    Un besote para vos.

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  7. tengo muchas ganas de conocer a Sagan, y tu reseña sin duda me anima a apurarme ;)
    un beso,
    Ale.

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    1. Retrata muy bien un tiempo que pasó, pero es abundosa en detalles. Considero que su prosa puede ser modelo para quien se quiere dedicar a escribir; describe magníficamente con sencillez y minuciosidad todo aquello que la rodea. Puede inspirar bien a un escritor en ciernes.
      Has la experiencia; ella lo vale.
      Un besote.

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