Ediciones G.P., 1971
Lo
encontré al ir por otro libro en una librería de usados y lo llevé por tres
razones. Una, porque albergaba tres títulos, uno de los cuales –no éste- me recordó
cierto comentario de mi madre acerca de una película. Otra, porque pensé que
bien podría ser de su agrado leer la novela que dio origen al film. La última,
pero no menor, es que venía forrado de Contact,
un papel adhesivo protector, de uso popular en los pasados años ’70, dando
muestras evidentes del cariño que su antiguo poseedor guardaba, si no por la
obra, acaso por los libros. La lectura la disparó la prensa al comparar el
trabajo de Milena Busquets con el presente.
Cecilia recuerda un verano, cuando
estaba a punto de graduarse de bachiller y contaba con diecisiete años, en
compañía de su padre, Raimundo, quien había alquilado una villa en el
Mediterráneo. Viudo, de fortuna heredada y con algo más de cuarenta de edad,
asistía junto a Elsa, la última de sus conquistas, diez años menor. Era el
clásico dandy, amigo de la noche y la
juerga de muchachos, sin mayores intenciones que pasarla bien, disfrutar de una
vida ligera, sin cuestionamientos ni sobresaltos.
Su hija, que comparte con su padre
su naturaleza despreocupada y superficial, es avisada de la llegada de Ana
Larsen, una vieja amiga de su madre y numen inspirador para la muchacha, quien
acepta la invitación de Raimundo de pasar unos días pues le estaban haciendo falta
unas buenas vacaciones. De esta manera se configura el triangulo amoroso entre
el hombre guapo y liviano, la bella modelo joven aunque hueca y la mujer madura
pero aplomada, dispuesta a poner orden en las vidas de padre e hija, tan
pasatistas como ociosas. La trama se completa con la presencia de Cyril, un
agradable veinteañero local, quien no solo inicia a Cecilia en el arte de la
navegación a vela sino también en la sexualidad.
La novela encierra varios puntos de
interés. Para comenzar, está la soberbia descripción del universo mundano y
frívolo de los años ’60 – ’70, época de playboys, sensualidad y vida nocturna
de Saint Tropez y la Riviera francesa, genialmente retratada por Sagan. Luego, la
consabida historia con desenlace trágico, entre un hombre irresponsable, una
joven tan bella como anodina y una mujer independiente, con clase, necesitada
de afecto familiar. Además, posee el condimento de la iniciación sexual de su
protagonista, que si bien no abunda en detalles, pudo resultar escandalosa para
los lectores de su tiempo de aparición.
Narrada en primera persona por
Cecilia, la novela fluye en algo más de un ciento de páginas, dividida en dos
partes. La primera describe el entorno familiar, sus características y presenta
a sus personajes; la segunda, desarrolla el argumento hasta su predecible
final.
¿Qué ha vuelto tan renombrada a la
obra y a la autora? En principio, está escrita por una jovenzuela presumida,
manipuladora, con aires de sabihonda, dueña de un desenfado sin par, utilizando
un estilo tan directo y coloquial que transforman este relato en una pintura de
época. Imagino que el revuelo causado tras su publicación obedece más que a
romper con la pacatería, con el hecho de dejar constancia de la liberación femenina
en materia sexual, exhibiendo así la igualdad alcanzada por las mujeres en este
terreno de gozo y placer, algo impensado para la sociedad de ese tiempo.
En suma, es un libro ameno que se
lee rápido y si bien la altanería de Cecilia se vuelve por momentos incómoda,
sus apreciaciones mantienen la frescura típica de la adolescencia, haciendo
creíble el relato. No hay manera de comparar a Busquets con este superlativo trabajo.
Finalmente, mientras me entregaba a
su lectura, vino a mi el recuerdo de aquel tema tan sonado en esos tiempos, There were the days, en la inefable voz
de Mary Hopkin, una compañía ideal para esta obra.
Madre mía, ¿compararon a Busquets con Sagan? ¿Y qué han dicho?
ResponderEliminarQue la novela de Busquets que reseñé hace poco y que puedes encontrar aquí a la derecha, era casi de una 'nueva Sagan'... No se si algo por el estilo dice en la contratapa. En fin...
EliminarEn el mundo de la crítica literaria actual, las comparaciones de jóvenes promesas con escritores consagrados es constante. Me parece que les hacen flaco favor a los autores noveles porque acrecentar las expectativas no suele ser muy favorable para un inicio de carrera literaria.
ResponderEliminarNo he leído a Busquets, pese a que tengo la novela (que no he comprado yo) y tampoco a Sagan que me llama más la atención. Quién sabe, igual acabo encontrándome con ella.
Abrazos!!
Comparto tus líneas, U-to. Es que el negocio editorial necesita imperiosamente de comparaciones para sostener sus ventas, de manera de tener incautos siempre al alcance de la mano.
EliminarSi puedes, hazte de algún título de Sagan; seguramente será de tu agrado, pues tú disfrutas mucho de la literatura que se vuelve reflejo de época -y que dispara otras lecturas-.
Un fuerte abrazo!
Amigo Marcelo, de las tres razones que esgrimes para llevarte esta bonita (y antigua) edición, me encanta la última., “venía forrado de Contact, un papel adhesivo protector, de uso popular en los pasados años ’70”.
ResponderEliminarDe las expuestas esa es la que mejor te revela como lector, alguien que se entrega a un libro de forma atenta y delicada. Me ha gustado corroborarlo así :).
El retrato del frívolo ambiente en Saint Tropez y la Riviera francesa, desmenuzado por Sagan, a través de los adolescentes ojos de su personaje, me resulta tentador.
A modo de anécdota, tengo un libro de Jakob Wassermann (también con tres títulos), en esa misma colección, “Los clásicos del siglo XX”. Las portadas, con ese dibujo impreso, ya decimonónico, y la contraportada, con otro retrato dibujado del autor más una bonita y breve semblanza hacen que el libro me resulte arrebatador. Qué bonito sitio Villa de Merlo para que repose tu libro :).Cuídate.
Digamos, Paco, que considero a los libros unos buenos amigos; por ello trato de ser cuidadoso con ellos, sin marcarlos ni escribirlos, y le cobro simpatía a aquel que les demuestra cariño.
EliminarSagan escribía muy bien. Y describe a ese estrato social magníficamente.
Respecto de Villa de Merlo, a 1000 km de aquí, es un lugar bonito tanto de invierno como de verano. Tendrías que hacer el esfuerzo de venirte alguna temporada, y conocerlo.
Disfruta de los aires cantábricos!
Un gran abrazo, amigo!
Me he perdido con el parecido de Busquets y esto, no sé a qué viene pero bueno, tampoco...
ResponderEliminarEste lo leí hace mucho tiempo, en mi época de joven que no quería leer lo que la mayoría de adolescentes, en plan rebelde. Me gustó, y sí, mi personaje favorito era Ciryl, qué se le va a hacer.
La película la vi hace no mucho en una revisitación de clásicos, también me gustó pero sobre todo más por la fotografía y el envoltorio que la historia en sí.
Besito
Me he perdido con el parecido de Busquets y esto, no sé a qué viene pero bueno, tampoco...
ResponderEliminarEste lo leí hace mucho tiempo, en mi época de joven que no quería leer lo que la mayoría de adolescentes, en plan rebelde. Me gustó, y sí, mi personaje favorito era Ciryl, qué se le va a hacer.
La película la vi hace no mucho en una revisitación de clásicos, también me gustó pero sobre todo más por la fotografía y el envoltorio que la historia en sí.
Besito
La llamada crítica especializada ha tomado el libro de Busquets ponderándolo como de una 'nueva Sagan'; supongo que para despertar la curiosidad de los lectores y para afianzar las ventas.
ResponderEliminarNo he visto la película aun, Norah. Me gustó el desenfado con que está escrito.
Un besote para vos.
tengo muchas ganas de conocer a Sagan, y tu reseña sin duda me anima a apurarme ;)
ResponderEliminarun beso,
Ale.
Retrata muy bien un tiempo que pasó, pero es abundosa en detalles. Considero que su prosa puede ser modelo para quien se quiere dedicar a escribir; describe magníficamente con sencillez y minuciosidad todo aquello que la rodea. Puede inspirar bien a un escritor en ciernes.
EliminarHas la experiencia; ella lo vale.
Un besote.