martes, 27 de diciembre de 2016

e-book 14. El gemido de un gorrión. La lluvia amarilla, Julio Llamazares


Seix Barral, 2013

I.
            A propósito de El oro de los tigres, le preguntaron a Jorge L. Borges el por qué del título de su libro. El maestro explicó que hacía referencia a la ceguera y que, contrariamente a lo que la gente común supone, el ciego que adquiere el mal no queda a merced de la total oscuridad, sino que la vista hace que todo se vuelva amarillo, un resplandor dorado con el que baña definitivamente la vida del afectado.

II.
          Andrés de Casa Sosas nos relata, en la noche previa a su muerte, los detalles de su vida y, por extensión, la de su pueblo Ainielle –una aldea hoy abandonada en el Pirineo oscense- que desaparecerá junto con él, su último habitante. Su historia familiar como heredero de la finca, su matrimonio con Sabina, la llegada de los hijos –y sus respectivas partidas-; la vida en común con un puñado de otras familias que poco a poco van abandonando el lugar, ocupan la primera decena de capítulos. La segunda, está teñida por la melancolía, el hastío, la soledad y la muerte. Desaparecida la compañera, Andrés sobrevive hasta el estertor final a sabiendas que su muerte no será registrada por los pobladores cercanos sino hasta mucho tiempo después.

III.
            El libro está lleno de metáforas y alegorías. El amarillo –que comienza con la caída de las hojas de los chopos- encarna así el paso del tiempo que conduce a la muerte. La fluidez del río hacia el mar evoca el poder disolvente del olvido, destino final de todo lo viviente. La convivencia de Andrés con los espectros de los muertos marca la llegada de la locura y la agonía.

Llamazares, en un fondo más que apropiado


IV.
          Rescato la prosa exquisita de Llamazares para describir tanto las escenas como los sentires de sus personajes y el magnífico uso que hace de los efectos malignos de la naturaleza –el moho y la humedad, que inficionan las vigas hasta derruir las casas; el viento que sopla racheado, destrozando tejados; la nieve acumulada, que hace imposible la salida por días y semanas enteras-. El relato de Andrés es, como diría el grupo Alma y Vida, el gemido de un gorrión instantes antes de desaparecer.

V.

            Un libro de trasfondo rural, costumbrista y melancólico, con el mismo perfil de Los santos inocentes, de Miguel Delibes, pero donde el acento dramático está puesto en la destrucción que conlleva el fluir del tiempo. Agradezco a Paco Castillo el haberme descubierto al autor y esta emotiva obra. Sus brillantes líneas pueden leerse aquí.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Retrato de familia. Rompenubes, Russell Banks


Losada, 2005

I.
            Fin de año y medio nebuloso, que comenzó con Las maravillosas nubes, de F. Sagan; continuó con La teoría de las nubes, de S. Audeguy; se extendió con El atlas de las nubes, de D. Mitchell para concluir con éste –su título refiere al monte Marcy, en las Adirondack, antiguamente conocido por Tahawus (Rompenubes)-. La sorna de allegados no se hizo esperar: no podía ser de otra manera para quien disfruta de lecturas relacionadas con una vida hogareña.

II.
            Ésta es la historia del abolicionista John Brown, narrada por el tercero de sus hijos, Owen, treinta años después de los acontecimientos que llevaron a su padre a desafiar a los esclavistas sureños armas en mano, provocando matanzas en Kansas y Virginia, hasta ser capturado por el ejército federal y colgado junto al puñado de hombres que lo acompañó en semejante quimera.

III.
            Banks compone a través de su hijo un retrato de familia que tiene como núcleo central a esa mezcla de aventurero, asesino, amante padre y esposo, soñador y líder carismático que fue John Brown. Así, Owen le describe a una investigadora los avatares del protagonista –con más de once hijos en su haber, fruto de dos matrimonios-, presentándonos a un padre de acendrada fe religiosa, conocedor como pocos de la Biblia, quien cree sentir el llamado de Dios para combatir la esclavitud. Corren las décadas de 1840 – 50 y cada uno de los emprendimientos que John Brown realiza con la intención de proveer bienestar a su prole concluyen en estruendosos fracasos. Viviendo de prestado en el estado de Nueva York, cerca de donde se reúnen los negros libertos, participa activamente junto a sus hijos mayores transportando a los esclavos fugitivos hacia el Canadá, donde hallarán la libertad. Luego, se traslada al recién creado estado de Kansas en el que se disputa sobre la esclavitud o la libertad.

IV.
            Rescato la fenomenal construcción psicológica del personaje principal y de su entorno familiar; alguien que siempre tiene la palabra certera, la oración apropiada para convencer a su oyente, sostiene un ritmo espartano de vida -heredado del puritanismo anglosajón- y asume para sí unos principios que mantendrá con hidalguía y coherencia hasta el final. En su lado opuesto, Brown aparece como un hombre al que el entusiasmo por un futuro más ecuánime y justo lo sume en la fantasía; resulta incapaz de hacer una evaluación austera de pros y contras, quedando indefenso ante el engaño y la traición.

V.

          Ameno y coloquial, el libro se transita bien a pesar de sus más de setecientas páginas. La única debilidad se encuentra en la corrección: en el apuro, hay varias fallas que podrían haberse evitado. Por lo demás, una novela antiesclavista y con sesgo moral.


sábado, 17 de diciembre de 2016

Pelibro 8. Las vírgenes suicidas

           Recordaba nebulosamente el film, cuyos protagónicos rondaban por mi cabeza como un tiovivo, sin acertar bien el reparto; sí sabía quién lo había dirigido. Ése fue el motivo y no otro cuando vi la portada del libro y me lo llevé hace más de cuatro años. Ya había una clara intención de armar este Pelibro. La película vino mucho tiempo después y ambos esperaron hasta ahora, para casi despedir el año en curso.


Libro


Jeffrey Eugenides (Anagrama, 2010)

            Los Lisbon tienen una casa en el barrio y las cinco hermanas, que sólo se llevan un año de una a otra y están entre los 13 y los 17, tienen alborotados a los jovenzuelos locales. De pronto, la más pequeña decide cortarse las venas mientras toma un baño y, tras un rescate oportuno, probar suerte en un nuevo intento posterior, esta vez exitoso.

            A partir de allí, se desencadena una suerte de psicosis colectiva, pues a la vez que el resto de la sociedad asiste silente a los hechos subsiguientes, la familia Lisbon comienza a aislarse y a encerrarse en sí misma, sin participar de vínculos sociales, abandonando todo contacto con el medio exterior y dejando sin escapatoria a las jóvenes, que comienzan su deterioro físico y mental hasta su desenlace macabro en poco más de un año. Con una madre dominante sobre marido e hijas, de acendrada naturaleza religiosa, estricta en sus normas y cumplimiento, la casa Lisbon no parece ser el lugar más propicio para el desarrollo y la formación de cinco teen agers. Mucho menos, en la atmósfera sórdida y opresiva que sobreviene después del primer suicidio.

          Eugenides compone en poco más de doscientas páginas una novela psicológica, donde se descubre el final en el inicio del libro. Todo el resto es una reconstrucción de los hechos a través de un narrador en primera persona del plural, veinte años después de lo ocurrido. Son esos ya no tan jóvenes amigos o compañeros de las chicas los encargados de relatar al lector los pormenores, así como ir entregando pistas e historiando los sucesos. Ese narrador supernumerario es un acierto, pues pareciera que el grupo que lo compone se ha turnado en observarlas casi sin solución de continuidad a partir del primer suicidio, demostrando que han vivido todo ese tiempo por y para ellas.

            Otro acierto es el contrapunto entre una familia que se desmorona paso a paso mientras la sociedad que la rodea permanece indolentemente despreocupada, sin reacción ni participación alguna que pudiera conferir un cambio. Por último, la escena final y el remate de la historia están a la altura de la tensión alcanzada, que ha venido in crescendo desde marras.

             Con sólidos personajes bien definidos, escenas de alto voltaje y diálogos apropiados, el autor nos ofrece un libro en el que critica la aquiescencia de la sociedad americana, individualista y superficial, incapaz de tomar partido siquiera por humanidad. Fluido y ameno, se lee bien aunque es conveniente tomarse el tiempo para ir asimilando de a poco la tragedia.


Film


Sofia Coppola (Paramount, 1999)

            Confieso que esperaba más de esta realización. Salvo Hanna Hall -que encarna a Cecilia, la menor de las hermanas- las otras chicas no parecen ni de lejos contar con las edades del libro de Eugenides. Aún Kirsten Dunst, quien destaca por alcanzar un perfecto equilibrio entre inocencia y sensualidad -en la piel de Lux Lisbon- se ve bastante mayor a una niña de catorce años.

            El film de Sofia Coppola respeta en gran medida el texto del escritor, con pequeñas omisiones que no hacen al trasfondo de lo que se relata, salvo la ausencia de la escena final. Pero decididamente en contra juega la voz en off del narrador que, siendo un gran acierto en el libro, digamos que nadie asiste al cine para que alguien le cuente lo que ha de ocurrir. Es este recurso el mayor responsable –no el único- de la pérdida de la tensión necesaria para que el espectador mantenga la atención, con lo cual el film languidece.



Testimonio del octavo Pelibro

            Las actuaciones de James Woods en el rol del padre y de Kirsten Dunst están por encima de las demás, aunque no son sobresalientes. La ambientación tanto como la fotografía y la atmósfera de inquietud creada por Coppola para esta versión cinematográfica son adecuadas, lo mismo que la música escogida y compuesta por los músicos franceses de Air.

                A lo largo de poco más de hora y media de duración, no logré conectar del todo con la propuesta, a la que encuentro sosa, con faltas de continuidad, acción y transgresión, que sí están presentes en el texto. Y aunque a la postre se pone en evidencia esa indolencia americana ya señalada en mis comentarios al libro, la ausencia del remate de la historia deja una versión deslucida, desflecada y algo anodina.

                 Mejor suerte para la próxima vez, Sofia.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Historias bosnias. Un puente sobre el Drina, Ivo Andrić


Debolsillo, 2010


I.

            Adentrarse en el pasado de la península balcánica puede resultar todo un desafío; máxime cuando el mismo terreno fuera hollado por otomanos, austro-húngaros, yugoslavos en un raid de cuatrocientos años. La geografía ha cambiado; sus habitantes han cambiado. Nada parece haber quedado en pie, salvo ese puente sobre las aguas del Drina en Višegrad, Bosnia.

II.

            Ivo Andrić nos relata a través de historias y leyendas de pueblo cómo fue cambiando la geografía y sus gentes, desde principios del siglo XVI hasta la Primera Guerra Mundial, incluida. Fue la necesidad de mantener comunicación con el occidente de su imperio que los turcos hicieron construir semejante obra sobre el río, al que antiguamente sólo podía cruzarse en balsa. El puente, entonces, se convertía en un paso obligado para comerciar tanto como para satisfacer las necesidades de la fe musulmana.

III.

            Este canal se vio afectado por la llegada de los boches –el ejército austro-alemán- a fines del siglo XIX, cuando el emperador Francisco José I anexó los terrenos. Algunos años más tarde construyó una red ferroviaria que volvió innecesario el puente. Sin embargo, los arrestos independentistas que comenzaron a surgir a principios del siglo XIX –fortalecidos por el triunfo del ejército serbio sobre los turcos y luego sobre los búlgaros entre 1912 y 1913 en la llamada Guerra de los Balcanes-, culminó con el inicio de la IGM y el desmembramiento del territorio, donde el puente volvió a cobrar vida.

IV.

           Cristianos católicos, ortodoxos, judíos y musulmanes han convivido –con mayor o menor tolerancia- a lo largo de todo este tiempo en ese terruño. Andrić ni siquiera se ocupa de lo ocurrido a posteriori; sólo nos entrega una mirada retrospectiva sobre un pueblo arraigado a la tradición, resistente a los cambios –geopolíticos y sociales-, apegado a sus costumbres y con cierto respeto por el vecino, aún con valores y creencias divergentes.

El puente que da título al libro

V.

            Con una prosa fluida y personajes bien delineados, Andrić utiliza como eje unitivo el puente Mehmed Paša Sokolević para tejer una novela con muchos elementos de historia oral, mitos y cierto grado de nostalgia por algo que ya no existe. En este aspecto, el libro se transforma en un testimonio de época. Muy llevadero e interesante para quien desee acercarse a la historia de esos pueblos.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Versión Original 16. Mañana en la batalla piensa en mi, Javier Marías


De Bolsillo, 2007


         Rescato del olvido esta reseña porque el libro me ha parecido singularmente bueno. Se que Marías posee apasionados seguidores tanto como críticos y detractores, pero fue mi experiencia inicial con su universo literario y guarda mis primeras impresiones una vez concluida su lectura, hace más de seis años atrás. Además, ha sido el responsable de haberme hecho de unos cuantos títulos de su autoría.


            El título figuraba en una enorme lista que un colega docente ofrecía a sus alumnos con motivo de una lectura obligatoria que los mismos debían realizar para así concluir sus estudios y, entre otras tareas, promover la asignatura. Cuando le pregunté al docente cuál de esos libros me sugeriría leer, inmediatamente me citó el de Javier Marías. Después de adquirirlo, durmió el sueño de los justos y compuso parte del tótem de lecturas pendientes. Fue en una reunión de fines de año -2009- que el título volvió a salir a la luz y ahí decidí llevármelo de vacaciones.

            Esta novela cuenta en primera persona la historia de un hombre que es invitado a cenar en casa de una mujer a la que apenas conoce, en ausencia de su marido, con la única compañía de un niño de dos años. El desvelo del infante retarda el encuentro sexual de la pareja que, en el instante de iniciar la consumación, la mujer repentinamente se indispone y muere.

            A partir de este trágico suceso, el protagonista se ve envuelto en una situación compleja, pues el niño queda solo, desvalido y con su padre en el exterior. Esto aumenta su sentimiento de culpa y remordimiento por abandonar el lugar en medio de la noche en esa circunstancia, con el paso de los días.

            La trama, ambientada en Madrid y bien narrada, que refleja el sentir del personaje principal a través de elucubraciones, pensamientos y acciones en pos de saber qué ocurrió después de su salida, es lo sobresaliente de la novela.

              Basada en la frase “mañana en la batalla piensa en mi, cuando fui mortal; y caiga tu espada sin filo: desespera y muere”, tomada de “Ricardo III”, de Shakespeare, Marías construye un universo narrativo lleno de reflexiones mientras se desarrolla la historia, pero ésta no constituye el elemento principal sino que acompaña a aquellas en un ir y venir recíproco. La necesidad de saber cómo se resuelve esa muerte a nivel familiar lleva al protagonista a entrar en contacto directo con los deudos más cercanos, lo que deviene en una serie de sucesos con un fin insospechado.

            El autor se ayuda de frases cortas con contenido pleno de significado, haciendo que su relato se vuelva un tanto denso. Además, utiliza el término haunted (encantado) para describir cómo se siente su personaje; esa sensación de “ensoñación”, de ser visitado por fantasmas durante las noches, o en sueños, de la más pura tradición inglesa.

              La novela está signada por “la negra espalda del tiempo” –otra frase del bardo inglés y título de otra novela del autor- con la que Marías da a entender todo aquello que se frustra o se malogra, lo irreversible y lo incumplido, lo que retorna y lo que se pierde, como si todo diera lo mismo. Todas esas cosas que dejan de tener sentido cuando la muerte se hace presente. Ese presente que se vuelve difuso al entrar en el olvido.

            También se entrelaza la propia historia del protagonista con su última pareja que, en una digresión en medio del texto, es incluida para definir más psicológicamente el rol principal y tiende a fortalecer el carácter de ensueño de lo que se narra. Una forma original de exponer el mito del “eterno retorno”.

                 Por último, no escapa a la historia la meticulosa observación del autor del entorno social y cultural del Madrid posfranquista, que añade condimento con su análisis de clase y su exposición ácida y socarrona de figuras que ya pertenecen al pasado, así como también exhibe fidedignamente la realidad del quehacer literario de aquellos que son “negros” –personas que escriben para otros, sin firma-. Quizás el desenlace de la historia se vuelva poco creíble, pero las meditaciones acerca de lo ínfimo que cualquier individuo deja en la memoria colectiva de los demás en su paso por esta vida es muy interesante.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Pulsiones. Butes, Pascal Quignard


Sexto piso, 2012

I.

            Según Apolonio de Rodas, fue el plectro de la cítara de Orfeo ejecutada sobre la nave Argos el que impidió que los remeros escucharan con nitidez el canto de unas aves raras, con cara y pechos de mujer, llamadas sirenas, y se volvieran locos. ¡Semejante ruido debe haber metido Orfeo para cubrir ese llamado! Algo similar nos cuenta Homero sobre Odiseo, que obstruyó con cera los oídos de sus compañeros y pidió que lo ataran firmemente al mástil principal de la nave para poder deleitarse con la melodía. El único que sucumbió al hechizo del canto fue Butes, uno de los remeros de los Argonautas, que abandonó su posición y se arrojó al agua, pereciendo.

II.

            ¿Qué hay en esa música emitida por las sirenas, que nos subyuga, atrapa y enloquece? Según Quignard, existe una melodía ancestral, previa a la aparición del lenguaje y de los distintos idiomas del mundo, asociada a cada alma humana, al núcleo de la vida nonata –la que puede escuchar el feto dentro del vientre de la madre-, capaz de enajenarnos porque su poder estriba en ser parte del instinto animal, algo forjado antes que nuestro ser social.

III.

            Butes encarna así a aquel que renuncia a la sociedad del lenguaje para ir detrás de una quimera, aún a costa de perder la vida. Dejarse cautivar por la esencia animal del hombre es elegir vivir como un salvaje aunque sólo sea un instante, renegando a una vida mesurada cuyo destino es la lenta muerte, aceptada por las formas sociales. En ese aspecto, la alegoría del canto de sirena se vincula estrechamente con nuestras pulsiones instintivas.

IV.

            El estilo narrativo elegido por Quignard es de pocas palabras, con frases y párrafos relativamente cortos, elaborados para permitir la reflexión acerca de cuán presentes se hallan estas pulsiones en nuestra vida cotidiana. Por otra parte, no deja de cuestionar que la disidencia a los cánones establecidos por la sociedad de consumo en la que nos movemos forma parte del mismo sistema, que se renueva y nutre con ella.

V.

            Coloquial y profundo, leer a Quignard siempre es un deleite. Deja mucha sustancia sobre la que meditar; en este caso, enfocado en la convivencia diaria de nuestra naturaleza animal y la racionalidad que nos permite vivir en sociedad. Un libro breve, interesante y sustancioso.

domingo, 27 de noviembre de 2016

e-book 13. Musical Box. Instrumental, James Rhodes


Blackie Books, 2015

I. Contenido

            Material autobiográfico de Rhodes, quien nos relata no sólo su violación sistemáticamente perpetrada por su profesor de boxeo a la edad de seis años, durante un período que abarca hasta los diez, sino las consecuencias de tamaña vejación, arrastrada a lo largo del resto de su vida: depresiones, adicción a drogas y alcohol, sentimientos de culpabilidad y vergüenza, internaciones varias, incapacidad de sostener relaciones valederas, etc. Si pudo dejar atrás gran parte de esta historia se debe a su amor por la música y el piano, instrumento del que se ha vuelto un reconocido concertista en el Reino Unido.

II. Estilo narrativo

            Rhodes no escatima en señalar los hechos que hicieron que su vida fuese lo más parecido a un infierno, pero no se regodea en los pormenores morbosos -de los que aleja con buen gusto y sentido común a sus lectores- y si bien su estilo es directo y frontal, no abunda en insultos ni descarga su ira por lo acontecido –aún sabiendo que tiene pleno derecho a hacer uso de ello-. Por lo contrario, se inclina en exponer su sentir y los por qué de la toma de decisiones, sus desórdenes, sus fracasos y su esperanza puesta en salir del pozo anímico al que suele volver. Así, la obra, aunque totalmente autorreferencial, se convierte en una denuncia formal de los abusos sexuales y resulta un testimonio valioso de quien intenta superar con éxito sus secuelas.

III. Aciertos

            Los veinte capítulos que el autor destinó a relatar su historia comienzan con una propuesta de música clásica, en las que alterna explicaciones técnicas con jugosas anécdotas de los compositores, llamadas a despertar la curiosidad del lector sobre las obras seleccionadas. Muchas de ellas son bastante conocidas para el melómano; a otras, Rhodes las rescata del olvido. Por otra parte, realiza una fuerte crítica al negocio discográfico del que se queja por su falta de presupuesto para el género clásico, la estrechez de miras de sus ejecutivos y de la pacatería y acartonamiento del público que participa en los conciertos, al que tilda de elitista y engreído. A cambio, opone una visión novedosa y personal, donde músicos y gran público puedan interactuar más libremente, sin estereotipos ni limitaciones.

IV. Reparos

            Si bien Rhodes intenta mantener la objetividad tanto en su exposición como en sus ideas sobre la música, al lector más suspicaz no se le escapa un cierto tufillo a autopromoción –que aumente ventas y posibilidades-, una autocompasión moderada –entendible por lo padecido y el dolor que supone recordar los propios sufrimientos- y una serie de tonos de expresión que hacen que el texto se asemeje a un libro de autoayuda.

V. Consideraciones personales

              Empatizo con Rhodes en lo que se refiere a lo ocurrido. Ser sometido a violaciones a lo largo de cinco años debe ser tan determinante en la vida de un ser humano, que hasta él mismo se da cuenta que es un milagro que haya sobrevivido. Hay una entrevista muy interesante aparecida en el diario local La Nación el 8 de febrero pasado –presente en la fotografía de aquí debajo- donde explica que lo peor de la pedofilia es no poder contárselo a nadie.

El citado artículo y la versión de Epub Libre

                  Respecto de su pasión por la música clásica y por las obras para piano –que también compartimos- podemos disentir amigablemente, respetando nuestras preferencias musicales en cuanto a directores, concertistas y orquestas. Pero no dejo pasar la ocasión para reconocer mi deuda con Rhodes sobre los conciertos para piano de Shostakovich y el de Scriabin, tanto como los tríos para piano de Schubert y Ravel que, si no hubieran sido citados en su libro jamás los hubiera descubierto y disfrutado.

              El resto, es una colección de escenas de fortalezas y debilidades que contiene un claro mensaje esperanzador: se puede salir de semejante dolor con la ayuda adecuada, coraje personal y una gran dosis de amor. Un libro distinto, que sirve de advertencia a la vez que transmite mucha confianza y esperanza.

martes, 22 de noviembre de 2016

Querer volver y no saber. Memoria de elefante, Antonio Lobo Antunes


Debolsillo, 2007

I.

          Un psiquiatra de hospital intenta encontrarse a sí mismo, después de abandonar el hogar conyugal -esposa y un par de niñas incluidas- sin tener claro por qué. Desencantado de su profesión, deambula por Lisboa con su angustia a cuestas, sin rumbo ni expectativas de un futuro mejor. Mientras recobra la identidad perdida –o se establece una nueva-, repasa momentos claves de su historia: su deseo frustrado de convertirse en escritor, su participación en la guerra de Angola, sus luchas contra los mandatos familiares, su noviazgo y matrimonio, el amor por sus hijas…

II.

          Utilizando primera y tercera persona del singular, el narrador y protagonista desgrana una serie de reflexiones basadas en escenas de su pasado, en medio de una atmósfera íntima y nostálgica, con maravillosas descripciones tanto de la marina ciudad de Lisboa y sus gentes como de los estados de ánimo, propios y ajenos. Así, Lobo Antunes construye un conmovedor relato de aquel que ha perdido la brújula, con irrefrenables deseos de volver y no saber cómo. O no contar con el suficiente coraje para enfrentar el propio fracaso. ¿Cómo explicarles a las niñas su necesidad de irse, a la hora de regresar?, ¿acaso es posible volver a cumplir el viejo rol establecido, tras una larga ausencia? Por otro lado, ¿se puede renegar de una profesión después de años de ejercicio para ir detrás de una quimera, o correr el albur de iniciarse en otra actividad más grata y afín, dejando de lado las responsabilidades que implica tener una familia detrás?

III.

            El libro es una combinación de miedos, sufrimientos y una dosis grande de soledad de quien parece haber llegado siempre a destiempo, de manera que todo aquello que le era significativo ahora le resulta ajeno y no encuentra un nuevo lugar para sí. Sólo resta volver atrás los relojes, puesto que su vida se ha convertido únicamente en pasado.

IV.

            Destaco la prosa excelsa, los recursos estilísticos y la estructura polifónica de la novela. Coloquial aunque profundo, aborda una variedad de temas personales, sujetos de sendas meditaciones. En lo personal, ha sido una formidable experiencia de iniciación en la literatura de Lobo Antunes. Agradezco a Marisa Amaro su recomendación; espero haberla multiplicado con estas líneas.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Sobreviviendo a Stalin. El ruido del tiempo, Julian Barnes


Anagrama, 2016

             Es vox populi mi pasión tanto por la literatura como por la música clásica. En base a ello, no podía dejar pasar un texto que combinara ambas artes. Por otra parte, mantengo un cierto aprecio personal por Julian Barnes, uno de los primeros autores ingleses contemporáneos que tuve la dicha de disfrutar al inclinarme hacia las letras. Por eso encaré este libro con cierta expectativa.

          Ésta es una novela basada en ciertos hechos de la vida de ese gran compositor ruso del siglo XX llamado Dmitri Shostakóvich quien, a pesar del aliento occidental para que desertara del bloque soviético, sostuvo su pertenencia a él, aún sin identificarse con el poder absoluto ejercido por Stalin, ni siquiera a la muerte de éste.

            Barnes sitúa el inicio de su novela con el libelo aparecido en el diario Pravda de Moscú, dos días después de la representación de la aclamada ópera del músico, Lady Macbeth de Mtsensk –basada en la nouvelle homónima de Nikolai Leskov- a fines de enero de 1936. En esa ‘Bulla en vez de música’ había una declaración de desprecio por el autor, signado como desviacionista, formalista y decadente, todas cualidades negativas que podían significar no sólo la deportación a Siberia sino también la muerte. Tal era la visión del propio compositor, que solía esperar su detención inmediata todas las noches en el rellano de la escalera del quinto piso donde vivía, para no tener que incomodar y avergonzar a su familia, o bien acostarse vestido junto a su esposa, siempre cerca de su maletín de mano conteniendo algunos efectos personales, por si fuera trasladado a un penal.

         El autor no omite en ningún momento la debilidad de carácter de Shostakóvich y su propensión a la sumisión al poder del Politburó soviético; de hecho, lo tilda lisamente de cobarde en varias escenas, a diferencia de Ajmátova o Mandelstam, que la pasaron realmente mal por sostener sus opiniones disidentes.

               Pero, ¿cómo se puede sobrevivir ante el totalitarismo del PC ruso en pleno apogeo, sin abandonar las fronteras, siendo un artista mundialmente reconocido?, ¿cómo alzar la voz sin involucrar a la familia y los amigos –que quizás estuvieran condenados a correr con la misma suerte-? En este aspecto, Barnes humaniza a su personaje principal, al que no le importó leer discursos escritos por otros como si fuesen propios, ni tener que afiliarse al Partido por imperio de la fuerza, en salvaguarda de su arte y de la vida de los suyos.

            Con una prosa fluida y poniendo el foco en el debate moral que el protagonista libra en su interior, Barnes reconstruye parte de la vida de un controvertido personaje que no sólo adaptó su arte a la estética oficial sino que renunció a su dignidad y a sus ambiciones artísticas para lograr sobrevivir en tiempos en que ningún opositor quedaba en pie. Tampoco escapan al autor los remordimientos sobre el miedo y la culpa que deben haber rondado en el resto de su existencia.

              Por momentos conmovedora y siempre tensa, la novela aborda problemas de conciencia vinculados a la dignidad, los principios que rigen nuestras vidas y el costo de sostenerlos con coherencia e hidalguía.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Nociones de fundamentalismo talibán. Las golondrinas de Kabul, Yasmina Khadra


Alianza, 2009

             Rescaté el título de la blogosfera hace ya varios años. Lo conseguí al poco de apuntarlo pero entre otras propuestas lo fui dejando, quizá porque en ese momento no me apetecía enfrentarme a una guerra odiosa como la de Afganistán. Al final, decidí encararlo debido a la prosa ágil del autor y a la relativa brevedad del texto.

            Dos historias se entrelazan en las cercanías de Kabul. La de Atiq Shaukat, un custodio de la cárcel de mujeres, y su enferma esposa Musarat, con la de un desposeído por la guerra, Mohsen Ramat, y su bella esposa Zunaira, una pionera en defender los derechos de las mujeres bajo el Islam.

          Ante la lapidación pública de una adúltera, ambos protagonistas toman posiciones hasta ese instante impensadas. Es que ni Atiq desea abandonar a su esposa -aunque así se lo sugieren los conocidos- ni Mohsen jamás había levantado una mísera piedra para repudiar a una mujer. Pero la excitación de la masa ululante despierta los más bajos instintos. Hay una suerte de histeria colectiva en ese apedreo que es imposible soslayar. A partir de allí y de una serie de acontecimientos poco afortunados, cada personaje seguirá un derrotero hacia la pérdida de la dignidad humana y la degradación más abyecta.

            Es que en medio de una guerra que parece no tener fin, con los talibanes haciendo cumplir la ley del Corán –oír el sermón del mulá, llevar la obligatoria burka para las mujeres, etc.- y la miseria golpeando la puerta, la vida cotidiana se vuelve un infierno sin esperanza de cambio. Para colmo, el fanatismo religioso, con su cuota de represión y violencia, distorsiona las relaciones de los núcleos más básicos de la sociedad afgana: la familia y los amigos.

             El libro es una suma de nociones elementales de fundamentalismo talibán, un sistema de dominación social basado en la ignorancia, que encuentra en la liturgia religiosa el cauce adecuado para someter a los ciudadanos y suprimir cualquier voz disidente. Con el género femenino restringido a la procreación y a la satisfacción sexual de los varones, sin chances de oposición ni resistencia –porque los talibanes son los portadores de la Verdad absoluta-, la gente común se debate en una supervivencia extrema, aguardando que soplen nuevos vientos.

              Con una prosa exquisita, amena y coloquial; personajes secundarios bien delineados, que refuerzan la narración principal, escenas conmovedoras y una historia que finaliza con algo de thriller de suspense, Khadra refleja en menos de dos cientos de páginas todo el horror de la guerra y la irracionalidad del integrismo islámico. Un libro que tiene mucho de testimonio de época.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Anécdotas de prostíbulo. La pensión Eva, Andrea Camilleri



Salamandra, 2008

            Lo rescaté de un comentario en la blogosfera. No suelo leer policiales, y Camilleri ha sido a lo largo de su trayectoria literaria un egregio representante del género. Pero en esta ocasión, el maestro siciliano se alejó de sus habituales derroteros para delinear una novela de iniciación que transcurre en Vigàta, la ciudad imaginaria de las aventuras del comisario Montalbano, a fines de los años ’30 de siglo pasado, en plena efervescencia fascista.

            Aquí se dan cita un grupo de adolescentes, Nenè, Ciccio y Jacolino, que intentan descubrir qué ocurre en el interior de esa pensión misteriosa de nombre sugerente y persianas siempre cerradas, mientras sueñan con alcanzar la edad suficiente para acceder a sus beneficios.

            Pero una vez logrado el objetivo, los protagonistas se envuelven en las historias de sus habitantes, algunas de ellas difíciles de olvidar. Para colmo, la guerra va cobrando importancia a medida que sus estragos se hacen sentir por doquier y la sensación de miedo se vuelve perenne; junto al consiguiente desabastecimiento del que va siendo víctima el pueblo insular, sólo resta la ocupación y el desenlace. Pero ello fortalece los sentimientos de amor y amistad a la vez que refleja el sentido de pertenencia de sus personajes a esa tierra ahora desolada.

             Con estilo ameno y coloquial, Camilleri compone una obra no exenta de escenas divertidas y otras conmovedoras, en la que aúna los misterios de la iniciación sexual y fragua una sana camaradería juvenil, sin eludir las miserias que apareja la guerra en medio de un trasfondo provinciano, presa de su habitual y moroso costumbrismo cotidiano.

              Por lo demás, es una novela que destila humanidad, reparte alegrías y sinsabores por igual, con anécdotas de prostíbulo –algunas de ellas, memorables- que deleitan al lector dejando un cierto sabor dulce al concluir la lectura. Algo distinto a lo que Camilleri suele entregar.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Puntos de inflexión. Sobre el acantilado y otros relatos, Gregor von Rezzori


Sexto piso, 2014

               Lo busqué por recomendación bloguera; hace tiempo que tenía ganas de leer algo del autor y obraba ya en mi poder su libro emblemático, La gran Trilogía, pero resultaba demasiado voluminoso para transportar, máxime a lo largo de varias jornadas laborales. Por eso me incliné por éste, menos incómodo y más breve.

           El ejemplar contiene tres relatos independientes. El primero, ambientado en los estertores del Imperio Austro-Húngaro, narra la historia de dos hermanos adolescentes, provenientes de la aristocracia, que pierden a su tío, un crápula vividor, y deben enfrentarse a un cisne que asesina a las demás aves del dominio. El texto focaliza en el paso de la infancia a la adultez, la pérdida de status social, el descubrimiento de la propia sexualidad y la primera experiencia acerca de la muerte.

             En el segundo, que da origen al título, un tallista que elabora imágenes de la Virgen María en madera, se ve involucrado en una trama de sesgo policial, mientras se cuestiona acerca del valor de su propio arte y descubre un opresivo poder de la sexualidad femenina, que lo conduce a una escena final grotesca tanto como absurda. Aquí, von Rezzori hace hincapié en la crisis de la creación artística de su protagonista y en la ominosa demanda sexual de su compañera.

              En el último, se reúnen elementos de análisis político y social. Ubicado en la Roma violenta de mediados de los ’70, el joven heredero de una exitosa diseñadora de modas, sumiso e ingenuo, se enamora de una periodista, que es parte de una célula terrorista de extrema izquierda. La existencia superficial y acomodada de su protagonista dará lugar al cambio de sus convicciones políticas, que lo conducirá a un trágico desenlace. En este caso, el autor opone la brutalidad operativa y el dogmatismo intelectual del terrorismo a la vida indolente y parasitaria de los miembros de la burguesía.

           Con un estilo florido, no exento de sarcasmo e ironía, por momentos poético y siempre preciso, von Rezzori construye un conjunto de relatos en los que existe un punto de inflexión, un momento culminante en la historia que obliga a que la vida de los personajes cambie de manera radical; a partir de él, se vuelve imposible volver atrás.

            La presente edición se acompaña con un epílogo a la edición en alemán, a cargo de Heinz Schumacher, que sirve para ampliar los conceptos simbólicos y ofrecer una interpretación acertada de estos trabajos tardíos del escritor. Sin ser lo más granado, resulta una buena elección para iniciarse en el universo literario de von Rezzori.

viernes, 28 de octubre de 2016

Retazos de la vida moderna. Departamento de especulaciones, Jenny Offill


Libros del Asteroide, 2016

          Leí un comentario positivo sobre él a principios del año en curso –creo que ni bien salió- y lo apunté debido a la manera original que había encontrado la autora de expresar los avatares de la modernidad. La posterior reseña de Ana Blasfuemia le agregó una serie de puntos suspensivos, rescatando algunos elementos y oponiendo ciertos reparos en otros. Sólo me quedaba hacer experiencia.

            Una pareja de jóvenes neoyorquinos se conocen y tras un breve noviazgo se van a vivir juntos. Ella pierde un embarazo, da a luz una hija y comienzan a sortear las inconveniencias de la convivencia, las limitaciones que impone la vida familiar y la aparición de la rutina y la costumbre. En ese marco, la protagonista refleja en gran medida las molestias que supone la vida de clase media, los sinsabores de la maternidad, la lucha cotidiana para mantener el equilibrio entre la profesión y la familia. Pero al asomar la infidelidad todo cambia. Se desmorona la vida tal como la conocía y su visión del futuro se vuelve más escéptica.

          Offill acierta en el estilo de hacernos saber las apreciaciones de su personaje principal. Con frases cortas y directas, sin eludir la ironía y cierta dosis de humor, hilvanando secuencias a través de escenas más que sosteniendo una prosa continua, la protagonista narra en primera persona todo lo que acontece, hasta el hecho de la infidelidad de su esposo. A partir de allí, toma distancia y se enajena; ahora ellos son los otros: la esposa, el marido, el filósofo, etc. Como si ese golpe la transformara en una observadora de sí misma y de su entorno, una suerte de acuse de recibo que conduce a la desesperanza y al pesimismo.

           Así planteado, el texto parece fruto de una idea experimental, donde el énfasis narrativo está puesto en los sentimientos que se dan cita en cada circunstancia, verdaderos elementos disparadores de sendas reflexiones.

           Coloquial y de breve extensión, estos retazos de la vida moderna han encontrado una forma original de ser expuestos. Por ello el libro resulta una propuesta novedosa e interesante; mucho más para jóvenes profesionales de vida urbana.

domingo, 23 de octubre de 2016

e-book 12. Creer o reventar. El último vuelo del flamenco, Mia Couto


Alfaguara, 2002

          Había tomado nota de su existencia cuando apareció por la blogosfera, debido a que el autor era de origen mozambiqueño y no tenía ni idea acerca de las letras de ese país, exótico para quien escribe. Pero la casa editora no se dignó a enviarlo a estas tierras, por lo que no tuve otra salida que acudir a la Red para hacerme de un ejemplar, gentileza de la gente de Epub Libre. La lectura la disparó la visita que Couto realizara el pasado septiembre a nuestro país, para presentar su nuevo trabajo.

            La historia refiere al pueblo de Mozambique denominado Tizangara, donde algunos de los cascos azules de la ONU, encargados de garantizar la paz tras la guerra civil, estallan –revientan, literalmente-, no dejando más residuos que el miembro viril y, en ocasiones, el casco que los distingue. Para esclarecer estos sucesos se encomienda al teniente italiano Massimo Risi, acompañado de Joaquim, un joven local quien oficiará de traductor y será el encargado de narrar los hechos.

            En este desopilante libro, Couto enhebra creencias populares -como que los muertos siguen presentes y guían a los vivos o que los flamencos empujan al sol-, cierta dosis de realismo mágico –en forma de hechizos esotéricos y saberes ancestrales-, una burla mordaz a la sociedad local, que pasó de ser marxista a convertirse en capitalista de la noche a la mañana, y un cúmulo de reflexiones acerca del futuro de Mozambique, particularmente con la certeza de que son los propios ciudadanos los únicos capaces de hallar las respuestas adecuadas para zanjar sus diferencias –no sólo étnicas- y así abandonar el colonialismo interior, sin intervención externa.

            Con escenas que alternan costumbres y surrealismo -que liberan desde una sonrisa franca hasta la carcajada lisa y llana-, Couto se las ingenia para exponer la corrupción de los gobernantes, una vez que se asientan en el poder; el dilema entre el respeto a las tradiciones y la modernidad que supuestamente apareja el progreso; el problema racial y la pobreza ingénita.

               De estilo ameno y coloquial, personajes magníficamente delineados y una prosa que no por directa es menos poética, el autor nos brinda una novela graciosa y divertida sin omitir una mirada sagaz sobre la realidad africana. Entretenida, hacía mucho que no me reía con ganas.


Couto gracias a la gente de Epub Libre

              Se que existe una realización para la pantalla grande, dirigida por Jo
ão Ribeiro, pero no pude conseguirla. Una lástima.

martes, 18 de octubre de 2016

Pelibro 7. El atlas de las nubes

          Había decidido preparar este Pelibro apenas pasaron los primeros revuelos causados por la puesta en la pantalla grande, cuando las opiniones aún se encontraban divididas. Obtener una copia del film fue fácil; más tiempo me llevó hallar el libro, porque a la voracidad de los lectores que acabaron con los ejemplares disponibles, se le sumó –como siempre- esa vorágine editorial de deshacerse rápidamente del material de rezago enviándolo a librerías de saldos o a desguace.




Libro

David Mitchell (Océano – Duomo, 2012)

          El libro se compone de seis historias diferentes que transcurren en diversas épocas y geografías. Para ello, Mitchell ha elegido un estilo narrativo distinto en cada caso. Todo se inicia con un diario de viaje de un notario californiano por las islas Chatham y la Polinesia en 1850. Continúa con un relato epistolar entre un par de amigos –o algo más que eso- en la Bélgica de 1931; pasa a un policial de características corporativas en la Nueva York de 1975; deja lugar a las andanzas de un turbio editor londinense en 2012, para conducirnos a una entrevista de una androide en una comunidad adelantada ambientada en Corea cerca del 2200 y concluye con la confluencia de dos civilizaciones en una sociedad post-apocalíptica en el Hawai –probablemente- del siglo XXIV.

            Rescato como notable la construcción escogida por el autor para narrar estas historias. Lo hace a través de once capítulos en secuencia cronológica, pero desarrolladas en mitades, de manera que sólo vamos sabiendo la mitad de cada trama hasta llegar al centro –la única que se presenta completa-, para alcanzar sendos desenlaces con la segunda parte, en regreso temporal. La sensación final es que la primera historia contiene a la segunda y así sucesivamente.

            ¿Qué tienen en común todas estas historias entre sí? El eterno juego entre el bien y el mal, entre el ansia de poder y la solidaridad, entre la esclavitud y la libertad que cada sociedad ha sabido desarrollar. En cada relato hay acciones que generan empatía; otras, el más absoluto rechazo. Y todas ellas se vuelven elementos disparadores para la historia siguiente, sin que los protagonistas tengan idea de ello. Es que una acción realizada hoy tiene sus consecuencias en el futuro.

         Los personajes poseen voces propias. Está el leguleyo leal junto al estafador; el amigo compositor con el maestro plagiario; la periodista honesta enfrentada a intereses económicos; el representante endeudado y su hermano cínico; la androide ascendida con su sociedad macabra y los restos de una cultura civilizada a punto de ser esclavizada por impíos. En ese sentido, Mitchell despliega todo un abanico de fortalezas y debilidades humanas a lo largo de cada capítulo. 

            En un estilo coloquial, fluido, con escenas antológicas y algunas terribles, el autor expone al lector lo que somos capaces los seres humanos, tanto en lo bueno como en lo malo, atemporalmente, en cualquier situación, época y lugar. Un libro que puede parecer de aventuras pero que deja mucho para reflexionar.



Film

Tom Tykwer, Andy y Lana Wachowski (Warner Bros, 2012)
            
            Para empezar, debiera aclarar que si bien la copia del film que obra en mi haber es de origen local, la portada responde al título de la versión española, pues aquí se ha conocido como Cloud Atlas, la red invisibletal como figura en el banner de promoción que acompaña al libro-.


            Es un film que podría incluirse dentro del género de ciencia ficción en el que se intenta demostrar que todas las historias son una misma, repetida seis veces en distintos momentos aunque con características locales. Para ello, los directores intercambian roles a sus actores, de manera de crear la ilusión que lo único que se modifica es la ambientación, pero sin perder de vista la lucha entre buenos y malos. Bajo esta óptica el film aplana la intención de Mitchell, mucho más rica en matices, tanto en recursos estilísticos como literarios, que la pantalla no puede reflejar. No obstante, las historias se apegan bastante bien a las narraciones contenidas en el libro, con simplificaciones, agregados y pequeños cambios que no modifican sustancialmente el desarrollo de cada relato.

            Lo que sí puede ser un acierto por lo original o un error -y sospecho que esta ambigüedad ha sido el principal motivo de la disparidad de opiniones respecto del film- es que los directores utilizan no más de algunos minutos de cada historia, solapándolas unas a otras, con lo que resulta difícil mantener la atención y, por consiguiente, la continuidad para el espectador, al que se le exige una alta dosis de concentración. Esos saltos temporales conforman un collage de imágenes que no siempre resulta claro, y la velocidad con que se alternan impide un seguimiento adecuado de cada historia.

            Por lo demás, sólidas actuaciones de su elenco, que tiene en Tom Hanks y Halle Berry a sus figuras estelares, sin desmerecer los trabajos de Hugh Grant, Susan Sarandon y el resto del reparto, donde destacan Doona Bae en el rol de la androide y un plástico Hugo Weaving (el Sr. Smith, de Matrix) en sendas caracterizaciones.

            Con un holgado uso de efectos especiales, escenas no presentes en el texto de Mitchell  y una extensión de casi tres horas –que bien podrían haberse acortado un poco-, el film se sobrelleva bien para aquellos que no perdieron ilación hasta el final. Un final, dicho sea de paso, algo lejos de la propuesta literaria, abundante en finales abiertos. Entretenido, mas no brillante.


Testimonio del séptimo Pelibro