viernes, 6 de mayo de 2016

Amor en medio de la guerra. Adiós a las armas, Ernest Hemingway


Clarín, 2006

         Es la única novela de Hemingway que tengo en mi haber. Como puede apreciarse a simple vista, esta edición era la única disponible cuando ingresó a mi biblioteca, a mediados de 2011. Tiempo después, con motivo de la liberación de derechos, aparecieron otras ediciones. Empujado por los buenos comentarios de mi madre sobre ella, le brindé la oportunidad que merecía.

            Frederick Henry es un joven norteamericano que se enroló en la milicia para participar en la Primera Guerra Mundial, más conocida como la Gran Guerra. Con el grado de teniente se desempeña como conductor de ambulancias en la región de Gorizia, en el Friuli italiano, a la vez que asume la responsabilidad de dirigir un puñado de ellas que transportan a los heridos aliados a los centros de atención de campaña. De vida despreocupada y sin mayores compromisos, comparte cuarto e intercambia experiencias con el teniente Rinaldi, un médico cirujano de quien se ha vuelto muy amigo. Gracias a éste, conoce a la enfermera inglesa Catherine Barkley, algo menor, de quien poco a poco se va enamorando. Malherido por la casual detonación de un proyectil mientras cenaba con sus compañeros, lo trasladan al nuevo hospital de Milán donde es atendido por la misma joven. El resto, es una historia de amor sui generis, nacida en el fragor de la lucha, con un desenlace amargo.

             El libro se divide en cinco partes y cuenta con algo más de cuarenta breves capítulos en los que se narra la historia entre Frederick y Catherine, a la vez que el autor va describiendo las acciones de guerra; el horror queda plasmado en cada una de las escenas.

             Dos líneas argumentales se reparten el protagonismo. Por un lado, las idas y venidas de cualquier pareja en gestación, que además debe lidiar con los avatares propios de una guerra (traslados, urgencias, francos, etc.). Por el otro, las cruentas imágenes que brinda un conflicto que mantuvo tensos a Europa y América durante cuatro años. La derrota y la consiguiente pérdida de los territorios; las mutilaciones de los heridos y la sensación de fracaso y sinsentido son algunos tópicos que el autor desarrolla a través de las líneas, como también la sana camaradería y los lazos de amistad entre combatientes.

            No obstante, el enfrentamiento bélico y su cruda realidad ocupa las tres primeras partes; el desarrollo posterior de la historia de amor entre sus protagonistas no alcanza el relieve ni el ritmo de aquéllas y sólo ofrece una salida con final trágico y previsible. Por lo demás, el texto –o su traducción, no lo sé- no resulta cálido; los diálogos entre sus personajes principales parecen fríos y distantes, acartonados; como si se hablara de lo que le ocurre a otros y no a ellos mismos.

           Aun así, la novela fluye ágil y llevaderamente. Es una obra que exhibe una mirada descarnada de lo que acontece en el frente que lucha y en su retaguardia. Por momentos, abunda en detalles que sólo pueden haber sido narrados por aquellos que los presenciaron. Hemingway debe haber hecho acopio de su memoria biográfica, pues participó en la guerra. La historia de amor solo sirve de vehículo para su trasfondo; a saber, una pertinaz denuncia antimilitarista. Un clásico, con altibajos.

17 comentarios:

  1. De Hemingway me quedo con "La fiesta". Creo que su obra ha envejecido mal, todo lo contrario a la de Faulkner (con quien, me parece, no se llevaba demasiado bien). ¿Qué opinas?
    un abrazo

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    1. He tenido la edición de 'Fiesta' por De Bolsillo, en manos, pero me he quedado con ésta por sugerencia parental.
      No recuerdo ningún episodio destacado entre Hemingway y Faulkner -que supongo los debe haber habido- ; por lo demás, son estilos muy diferentes.
      Un beso grande.

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  2. Pues no. Además acabo de ventor de Irak que me llevaron sin querer y ya he tenido guerra para una buena temporada. Pero sí recuerdo haber visto la peli, así que he cumplido ¿no? Si hasta sale Sandra Bullock.
    No he leído nada de este hombre todavía. Y sospecho que con esos altibajos no me arriesgo.
    Un beso tierno para vos.

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    1. ¿Has estado en Irak?, ¿cubriendo alguna nota, Norah, o solo de paseo? ¿SIN QUERER?, ¿es que has sido parte de 'Un rapto en el serrallo'? ¡Interesantísimo!
      Ja, ja! Sandra Bullock, qué tía!
      No me hagas caso, Norah; invierte algún tiempo en ésta o en otra obra suya. No está mal; para nada. Es cuestión de dar con la adecuada.
      Un gran beso para ti.

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  3. El amor, por fortuna, es una de las fuerzas que mueven el mundo (solo una, por desgracia) por lo que se puede encontrar, incluso, en los momentos mas terribles...

    Un abrazo

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    1. Es verdad, Ildefonso. En este caso, es más el vehículo escogido para mostrar otras realidades que el nervio central del relato.
      Un abrazo para ti.

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  4. Hola Marcelo.

    Leí siendo veinteañero "El viejo y el mar", libro que me prestó un gran amigo, y me sedujo por completo esa historia de soledad, épica y franca amistad, una obra memorable.

    Tengo varias títulos suyos, algunos poco conocidos, en mis estanterías, pero no este que nos traes, por lo que me alegro de tener una valoración tuya, sabiendo el excelente lector que eres.

    Veo que estás sacando partido a tu periplo norteamericano. Magnífica literatura.

    Un abrazo!!

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    1. Hola, Paco!
      Yo no leí 'El viejo y el mar', pero vi la película protagonizada por Spencer Tracy y la recuerdo muy bien.
      Lamento no haber podido disponer de una edición mejor que la presente, pero ha cumplido con el objetivo de ser leída.
      Gracias por tu apreciación.
      Un gran abrazo, amigo!

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  5. Hola de nuevo, amigo.
    Acabo de descubrir que sí tenía "Adiós a las armas" (ya me parecía raro no tenerla), una edición de la Colección Millenium ( una serie de obras publicadas por El Mundo, un periódico de acá).
    Cuídate!

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    1. Me parecía extraño que tú, justamente tú -que tienes una biblioteca que da envidia, a juzgar por lo que nos presentas-, no tuvieras un ejemplar de esta obra.
      Me dejas más tranquilo!
      Otro abrazo, campeón!

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  6. Hola Marcelo.
    Yo también soy de esa troupe que leyó de Hemingway sólo "El viejo y el mar". Y se debe a que esa forma de describir suya tan lacónica, con su economía de palabras tan de crónica periodística no termina de engancharme.
    Como tú dices, los personajes suenan huecos, acartonados. Y el hecho que los testimonios sean recogidos de primera mano y él mismo haya sido un reportero de guerra no hace mejores a sus libros. (Me viene a la cabeza Pérez Reverte, también ex cronista en los Balcanes y Medio Oriente, devenido en novelista. Los he asociado sin premeditación, y creo que la sinapsis tiene su fundamento)

    PERO admito que lo he leído hace mucho tiempo, y como el tiempo nos afecta a todos -para bien, también-, puede que hoy pueda leer y disfrutar lo que antes no pude. Si tu estás en la "veta Hemingway" y tienes alguno especial para recomendar, se agradece.
    Muchas gracias y saludos.

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    1. Es curioso lo que señalas, José, sobre los periodistas o cronistas devenidos escritores. De hecho, has despertado mi curiosidad respecto de Pérez Reverté, de quien poseo varios títulos aún sin despuntar. ¿Rosa Montero estaría también dentro de la misma sinapsis?
      Aprovecho tus líneas para confesar que tenía ganas de hacer una lectura alternada entre Hemingway y Faulkner; del primero sólo encaré 'París era una fiesta' -cuyas reflexiones tras su lectura puedes encontrar a la derecha de esta página-, y nada del sureño, hasta los Snopes. La distancia es grande entre ambos; más a favor del segundo que del primero.
      No tengo suficiente bagaje en Hemingway como para recomendarte un título. Algunos proponen 'Fiesta' y otros 'Por quién doblan las campanas', como lo más granado.
      Gracias por darte un vuelta por aquí.
      Un abrazo.

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  7. Hola Marcelo. Pérez Reverté tiene El pintor de batallas, una novela con elementos de sus experiencias bêlicas. De Rosa Montero no te sabría decir.

    Saludos

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    1. Pues ésa es una de las que no tengo disponible, José. Veré de conseguir un ejemplar.
      Un abrazo.

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  8. He hojeado las dos de Hemingway que mencionas... y no ha llegado mi hora para ellas aún.
    Saludos

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    1. Tómate el tiempo que necesites; habrá una ocasión para que lo visites.
      Saludos.

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