domingo, 14 de agosto de 2016

Bocadillos para malos tragos. Tratado de culinaria para mujeres tristes, Héctor Abad Faciolince


Alfaguara, 1996

          Tenía un par de obras del autor esperando su ocasión cuando, por esa virtud que tienen los libros de encontrarse, en un comentario a una reseña de un escritor argentino lo sacaron a colación. Luego, otro lector en Goodreads protestaba de haberlo obtenido en la sección de libros de autoayuda de su librería porque, a su modo de ver, no correspondía. Por último, mayor fortuna fue hallarlo disponible en el circuito de usados. De ahí a llevarlo y leerlo, dada su escasa extensión, sólo fue una decisión.

          Resulta difícil definir el género literario. No es una novela, porque el contenido no tiene trama ni desarrollo continuo. Tampoco es un libro de culinaria como sugiere el título porque, si bien incluye algunas recetas –de dudosos efectos-, las mismas no son más que un puñado que sazonan el texto y no un recetario propiamente dicho. No es un libro de autoayuda, aunque intenta aconsejar a mujeres entristecidas a salir de ese estado mediante una serie de ejercicios que incluyen la cocina. Más bien, es una colección de bocadillos para hacer frente a malos tragos, como la desesperanza, el engaño, el mal de amores, la soledad y cuanto motivo de aflicción hubiera rondando, de manera de poder acceder a nuevas experiencias de gozo y alegría.

            Lo interesante del libro es que, aún dirigidas al público femenino, sus líneas permiten extraer observaciones sobre la naturaleza emocional de los seres humanos en las que el lector masculino también puede sentirse identificado. En ese sentido, utiliza la sensibilidad de la mujer para poner de manifiesto algunas reflexiones como la siguiente,

‘La rutina no es, como piensan algunos superficiales y mendaces, lo que hace la vida insoportable. Es más bien lo contrario: tantos actos de la vida son tan insoportables que si no los volviéramos rutina, harían que la vida fuera insoportable.’

o hacer confesiones,

‘Cuando él no tiene tiempo, cuando él trabaja mucho y mide los segundos como otros las horas y los días, cuando él es incapaz de sentarse a conversar, sin ansiedad, un rato, no le creas. El trabajo es el escondite que hallaron los hombres para no vivir según un ritmo más humano y más decente. Es su manera de poder estar solos sin tener que decir que quieren estar solos.’

            Escrito en estilo ameno y coloquial, por momentos, me recordó la poética de Konstantinos Kavafis, tan emotiva y trascendente. Abad Faciolince construye una serie de escenas cotidianas en las que la pena y el desamor son los vehículos para brindar un espacio de meditación sobre los vínculos humanos y algunas de nuestras bajezas y desencuentros. Un libro para leer de a dos.

6 comentarios:

  1. Las dos vitas que traes me parecen muy atinadas. Sin embargo, me gustaría encontrar un libro parecido, también con alguna que otra receta, escrito por una mujer y dirigido a los hombres. Un abrazo

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    1. No sería mala idea, Agnieszka, pero comparto lo que dice Norah aquí debajo, con lo que ningún editor lo publicaría. Me gustan los textos que salpican con recetas -que se puedan practicar, claro- la narración; le aportan cotidianidad.
      Otro abrazo para ti.

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  2. La idea de Agni está buena pero ningún hombre leería ese libro que propone. Este que nos traes no es para mí, primero porque de recetas paso y de libros que no tienen historia también, no siempre pero ahora mismo sí. Sé que me iba a cabrear leyendo esto.
    Un besito olímpico.

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    1. ¿No te gustan las recetas o no te gusta cocinar, Norah? El libro no está mal; se permite una serie de reflexiones sobre diversos temas que quizás no tengan conexión -por eso la falta de trama-. Algunas de ellas te dejan pensando.
      Un abrazo grande. Sabes bien que siempre estás en el medallero.

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  3. No conozco al autor de nada, ni me suena. Rechazo los libros de autoayuda y aquellos que van dirigidos a un público específico, sin embargo tus líneas finales parecen indicar que el libro es rescatable, veré que hay de este autor por aquí.

    Un fuerte abrazo!!

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    1. Puedes investigar, U-to. 'El olvido que seremos' y 'La oculta' son otras de sus obras -que aún esperan por aquí-.
      Yo no me salvé de leer al Dr. Dyer, allá por los '90, y 'Tus zonas erróneas'. No es éste el caso.
      Contiene reflexiones interesantes, con independencia de género. Y es breve.
      Un abrazo grande!

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