jueves, 8 de septiembre de 2016

Meditaciones desde la prisión. Cartas a Olga, Václav Havel


Galaxia Gutenberg, 1997

               Lo apunté cuando apareció un compendio de su vida en una revista que repasaba su extensa trayectoria tanto literaria como política, poco antes de su deceso en 2011. La diosa Fortuna permitió que me allegara el único ejemplar disponible, días previos a que otro lector –entusiasmado por el mismo artículo, seguramente- fuese en su busca a la histórica librería donde lo hallé. Mi interés por esta destacada figura de las letras checas radicaba en saber cómo un escritor y dramaturgo devino presidente de la república, tras algunos años de prisión. Particularmente esta obra, condensa en gran medida su pensamiento.

            El libro es una selección de cartas enviadas a su esposa desde las cárceles donde estuvo recluido desde junio de 1979 hasta septiembre de 1982; cartas escritas a razón de una por semana, único privilegio del que gozaba mientras permanecía cumpliendo condena por ‘delitos contra la seguridad del estado’, una graciosa manera que las autoridades checas encontraron para silenciar a un opositor político.

            Se hace necesario citar varios planos del material que compone el libro. En principio, Havel fue arrestado y destinado a la cárcel de Ruzyně, en Praga, mientras se efectuaba su proceso judicial –los últimos meses de 1980-. Las cartas de ese período lo muestran algo nervioso y ansioso por conocer el dictamen, mucho más pendiente de sus necesidades de recluso –enseres, cigarrillos, vitaminas, etc.- y de su acontecer cotidiano, que de su elaboración literaria  Una vez condenado, al ser enviado a la prisión de Heřmanice donde debió realizar tareas de soldador, sus escritos se ven modificados pues la censura carcelaria sólo le permite hablar de sí mismo, con lo que Havel comienza a profundizar en sus reflexiones y a ordenar sus ideas.

            Es entonces que, obligado a convertirse en el nervio central de su discurso epistolar y haciendo uso de conceptos tomados de la fenomenología de Husserl y de Merleau-Ponty, intenta hacer primero un análisis de sus humores –positivos y negativos-, para luego exponer ideas personales acerca de la responsabilidad que todo ser humano debe asumir como ser sociable, su acendrada creencia en que la fe es el motor para estar vivo, la necesidad de descubrir cuál es el rol que todo ser humano debe cumplir en el orden de las cosas (sic) y un sinnúmero de expresiones que dispara su concepción del mundo y de la vida. En ese sentido, el libro es un testimonio vivo que obra como legado de su pensamiento.

            Hacia el final, cuando Havel ya ha sido trasladado a Pilsen, el último cúmulo de cartas se ocupa de su visión filosófica, su búsqueda continua del ser, con muchos elementos tomados de Levinas –quien influyó vastamente en su postura-. Resulta bastante engorroso tener que trasegar estas páginas que mucho deben a la ontología y que bien pudieran haberse soslayado del texto, aunque ofrecen a cambio una serie de análisis sobre la necesidad de hallarle sentido a la vida, no exenta de contradicciones y evoluciones que el paso del tiempo ayudaron a mutar, a pergeñar, a fin de dotar a su pensamiento de solidez y coherencia.

           En suma, una obra testimonial de quien pudo mantener una mirada positiva de la vida y del arte aún en condiciones adversas. Si mientras se lee, en el fondo suena una buena versión de Má Vlast (Mi Patria), de Bedřich Smetana, mejor.

Susurros sostenidos entre Havel y Smetana

8 comentarios:

  1. Esta vez va a ser que no, menuda lectura opresiva y densa imagino. Además me parece muy triste.
    Un besito

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    1. Es un texto testimonial, Norah; casi una herencia para la posteridad. Quise rescatarlo porque ha sido una figura reconocida, sobre todo en el panorama cultural de su país.
      Un abrazo grande.

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  2. Suelen gustarme este tipo de lecturas y me apetece leerlo. Intentaré hacerle un hueco.
    Buena reseña.
    ¡Nos leemos!😊

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    1. No es fácil de conseguir por aquí, pero si tienes suerte puede que haya algún ejemplar disponible.
      Gracias por pasar.

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  3. Querido Marcelo, aquí me tienes de nuevo, ya con ganas de venir a tu rincón lleno de libros, tan acogedor para mí.
    Tengo un libro de Václav Havel, "El poder de los sin poder", lo editó el periódico Público (diario español) en su colección de "Pensamiento Crítico" y yo lo compraba todos los viernes con el libro correspondiente, eso sí, aún no lo he leído, aunque más de una vez he ojeado pasajes. Todos los intelectuales que pasaron por la cárcel y dejaron su testimonio se me antojan lecturas interesantes, como mínimo.

    Un abrazo pibe!!

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    1. Amigo Paco!!! Qué bueno recibir noticias tuyas! Pensé que te habías tomado unas largas vacaciones, aunque no tan extensas como las del '36, según Jaime Camino, ja, ja.
      Me alegra que sigamos coincidiendo; tienes un buen material para despuntar la mirada de Havel. Eso sí, tómate tu tiempo; da para meditar.
      Recibe un fuerte abrazo desde esta latitudes, chaval, y haznos conocer a la brevedad un poco sobre tus lecturas veraniegas -que las debe haber-.

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    LAS MUJERES QUE NO ERAN QUIENES DECIAN SER
    autor Alejandro Marin
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    Dos amigos, un economista de profesión y cocinero por afición y un comisario ex jefe de Delitos Complejos de la Policía Federal, tratan de desentrañar el misterio del caso que les ha caído entre manos.
    La historia viaja entre Montevideo y Buenos Aires, a veces separada por el río y otras por un desigual contexto, en donde la margen occidental vive estragada por la mentira, la corrupción y la burda vindicación de la violencia. Y un decidido esfuerzo colectivo por negar la realidad de lo ocurrido, en un pasado cargado de arrebato y animosidad contra quien pensaba distinto.
    El relato pinta de cuerpo entero a los personajes centrales que deambulan por los distintos ambientes, que los investigadores tienen que recorrer en la afanosa búsqueda de la verdad.
    Escrito en un estilo ameno, donde no están ausentes ni el humor ni la ironía inteligente, el relato le reserva un pequeño lugar a los avatares de la economía argentina y a la descripción de sabrosas comidas, en casos con sus detalladas historias y recetas. Con la convicción que el buen comer y beber, además de un sano ejercicio para una mejor calidad de vida, también representa una plataforma desde donde aguzar el ingenio y reflexionar sobre los acontecimientos que ayudan a encontrar los secretos que uno persigue.

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