viernes, 28 de octubre de 2016

Retazos de la vida moderna. Departamento de especulaciones, Jenny Offill


Libros del Asteroide, 2016

          Leí un comentario positivo sobre él a principios del año en curso –creo que ni bien salió- y lo apunté debido a la manera original que había encontrado la autora de expresar los avatares de la modernidad. La posterior reseña de Ana Blasfuemia le agregó una serie de puntos suspensivos, rescatando algunos elementos y oponiendo ciertos reparos en otros. Sólo me quedaba hacer experiencia.

            Una pareja de jóvenes neoyorquinos se conocen y tras un breve noviazgo se van a vivir juntos. Ella pierde un embarazo, da a luz una hija y comienzan a sortear las inconveniencias de la convivencia, las limitaciones que impone la vida familiar y la aparición de la rutina y la costumbre. En ese marco, la protagonista refleja en gran medida las molestias que supone la vida de clase media, los sinsabores de la maternidad, la lucha cotidiana para mantener el equilibrio entre la profesión y la familia. Pero al asomar la infidelidad todo cambia. Se desmorona la vida tal como la conocía y su visión del futuro se vuelve más escéptica.

          Offill acierta en el estilo de hacernos saber las apreciaciones de su personaje principal. Con frases cortas y directas, sin eludir la ironía y cierta dosis de humor, hilvanando secuencias a través de escenas más que sosteniendo una prosa continua, la protagonista narra en primera persona todo lo que acontece, hasta el hecho de la infidelidad de su esposo. A partir de allí, toma distancia y se enajena; ahora ellos son los otros: la esposa, el marido, el filósofo, etc. Como si ese golpe la transformara en una observadora de sí misma y de su entorno, una suerte de acuse de recibo que conduce a la desesperanza y al pesimismo.

           Así planteado, el texto parece fruto de una idea experimental, donde el énfasis narrativo está puesto en los sentimientos que se dan cita en cada circunstancia, verdaderos elementos disparadores de sendas reflexiones.

           Coloquial y de breve extensión, estos retazos de la vida moderna han encontrado una forma original de ser expuestos. Por ello el libro resulta una propuesta novedosa e interesante; mucho más para jóvenes profesionales de vida urbana.

domingo, 23 de octubre de 2016

e-book 12. Creer o reventar. El último vuelo del flamenco, Mia Couto


Alfaguara, 2002

          Había tomado nota de su existencia cuando apareció por la blogosfera, debido a que el autor era de origen mozambiqueño y no tenía ni idea acerca de las letras de ese país, exótico para quien escribe. Pero la casa editora no se dignó a enviarlo a estas tierras, por lo que no tuve otra salida que acudir a la Red para hacerme de un ejemplar, gentileza de la gente de Epub Libre. La lectura la disparó la visita que Couto realizara el pasado septiembre a nuestro país, para presentar su nuevo trabajo.

            La historia refiere al pueblo de Mozambique denominado Tizangara, donde algunos de los cascos azules de la ONU, encargados de garantizar la paz tras la guerra civil, estallan –revientan, literalmente-, no dejando más residuos que el miembro viril y, en ocasiones, el casco que los distingue. Para esclarecer estos sucesos se encomienda al teniente italiano Massimo Risi, acompañado de Joaquim, un joven local quien oficiará de traductor y será el encargado de narrar los hechos.

            En este desopilante libro, Couto enhebra creencias populares -como que los muertos siguen presentes y guían a los vivos o que los flamencos empujan al sol-, cierta dosis de realismo mágico –en forma de hechizos esotéricos y saberes ancestrales-, una burla mordaz a la sociedad local, que pasó de ser marxista a convertirse en capitalista de la noche a la mañana, y un cúmulo de reflexiones acerca del futuro de Mozambique, particularmente con la certeza de que son los propios ciudadanos los únicos capaces de hallar las respuestas adecuadas para zanjar sus diferencias –no sólo étnicas- y así abandonar el colonialismo interior, sin intervención externa.

            Con escenas que alternan costumbres y surrealismo -que liberan desde una sonrisa franca hasta la carcajada lisa y llana-, Couto se las ingenia para exponer la corrupción de los gobernantes, una vez que se asientan en el poder; el dilema entre el respeto a las tradiciones y la modernidad que supuestamente apareja el progreso; el problema racial y la pobreza ingénita.

               De estilo ameno y coloquial, personajes magníficamente delineados y una prosa que no por directa es menos poética, el autor nos brinda una novela graciosa y divertida sin omitir una mirada sagaz sobre la realidad africana. Entretenida, hacía mucho que no me reía con ganas.


Couto gracias a la gente de Epub Libre

              Se que existe una realización para la pantalla grande, dirigida por Jo
ão Ribeiro, pero no pude conseguirla. Una lástima.

martes, 18 de octubre de 2016

Pelibro 7. El atlas de las nubes

          Había decidido preparar este Pelibro apenas pasaron los primeros revuelos causados por la puesta en la pantalla grande, cuando las opiniones aún se encontraban divididas. Obtener una copia del film fue fácil; más tiempo me llevó hallar el libro, porque a la voracidad de los lectores que acabaron con los ejemplares disponibles, se le sumó –como siempre- esa vorágine editorial de deshacerse rápidamente del material de rezago enviándolo a librerías de saldos o a desguace.




Libro

David Mitchell (Océano – Duomo, 2012)

          El libro se compone de seis historias diferentes que transcurren en diversas épocas y geografías. Para ello, Mitchell ha elegido un estilo narrativo distinto en cada caso. Todo se inicia con un diario de viaje de un notario californiano por las islas Chatham y la Polinesia en 1850. Continúa con un relato epistolar entre un par de amigos –o algo más que eso- en la Bélgica de 1931; pasa a un policial de características corporativas en la Nueva York de 1975; deja lugar a las andanzas de un turbio editor londinense en 2012, para conducirnos a una entrevista de una androide en una comunidad adelantada ambientada en Corea cerca del 2200 y concluye con la confluencia de dos civilizaciones en una sociedad post-apocalíptica en el Hawai –probablemente- del siglo XXIV.

            Rescato como notable la construcción escogida por el autor para narrar estas historias. Lo hace a través de once capítulos en secuencia cronológica, pero desarrolladas en mitades, de manera que sólo vamos sabiendo la mitad de cada trama hasta llegar al centro –la única que se presenta completa-, para alcanzar sendos desenlaces con la segunda parte, en regreso temporal. La sensación final es que la primera historia contiene a la segunda y así sucesivamente.

            ¿Qué tienen en común todas estas historias entre sí? El eterno juego entre el bien y el mal, entre el ansia de poder y la solidaridad, entre la esclavitud y la libertad que cada sociedad ha sabido desarrollar. En cada relato hay acciones que generan empatía; otras, el más absoluto rechazo. Y todas ellas se vuelven elementos disparadores para la historia siguiente, sin que los protagonistas tengan idea de ello. Es que una acción realizada hoy tiene sus consecuencias en el futuro.

         Los personajes poseen voces propias. Está el leguleyo leal junto al estafador; el amigo compositor con el maestro plagiario; la periodista honesta enfrentada a intereses económicos; el representante endeudado y su hermano cínico; la androide ascendida con su sociedad macabra y los restos de una cultura civilizada a punto de ser esclavizada por impíos. En ese sentido, Mitchell despliega todo un abanico de fortalezas y debilidades humanas a lo largo de cada capítulo. 

            En un estilo coloquial, fluido, con escenas antológicas y algunas terribles, el autor expone al lector lo que somos capaces los seres humanos, tanto en lo bueno como en lo malo, atemporalmente, en cualquier situación, época y lugar. Un libro que puede parecer de aventuras pero que deja mucho para reflexionar.



Film

Tom Tykwer, Andy y Lana Wachowski (Warner Bros, 2012)
            
            Para empezar, debiera aclarar que si bien la copia del film que obra en mi haber es de origen local, la portada responde al título de la versión española, pues aquí se ha conocido como Cloud Atlas, la red invisibletal como figura en el banner de promoción que acompaña al libro-.


            Es un film que podría incluirse dentro del género de ciencia ficción en el que se intenta demostrar que todas las historias son una misma, repetida seis veces en distintos momentos aunque con características locales. Para ello, los directores intercambian roles a sus actores, de manera de crear la ilusión que lo único que se modifica es la ambientación, pero sin perder de vista la lucha entre buenos y malos. Bajo esta óptica el film aplana la intención de Mitchell, mucho más rica en matices, tanto en recursos estilísticos como literarios, que la pantalla no puede reflejar. No obstante, las historias se apegan bastante bien a las narraciones contenidas en el libro, con simplificaciones, agregados y pequeños cambios que no modifican sustancialmente el desarrollo de cada relato.

            Lo que sí puede ser un acierto por lo original o un error -y sospecho que esta ambigüedad ha sido el principal motivo de la disparidad de opiniones respecto del film- es que los directores utilizan no más de algunos minutos de cada historia, solapándolas unas a otras, con lo que resulta difícil mantener la atención y, por consiguiente, la continuidad para el espectador, al que se le exige una alta dosis de concentración. Esos saltos temporales conforman un collage de imágenes que no siempre resulta claro, y la velocidad con que se alternan impide un seguimiento adecuado de cada historia.

            Por lo demás, sólidas actuaciones de su elenco, que tiene en Tom Hanks y Halle Berry a sus figuras estelares, sin desmerecer los trabajos de Hugh Grant, Susan Sarandon y el resto del reparto, donde destacan Doona Bae en el rol de la androide y un plástico Hugo Weaving (el Sr. Smith, de Matrix) en sendas caracterizaciones.

            Con un holgado uso de efectos especiales, escenas no presentes en el texto de Mitchell  y una extensión de casi tres horas –que bien podrían haberse acortado un poco-, el film se sobrelleva bien para aquellos que no perdieron ilación hasta el final. Un final, dicho sea de paso, algo lejos de la propuesta literaria, abundante en finales abiertos. Entretenido, mas no brillante.


Testimonio del séptimo Pelibro

jueves, 13 de octubre de 2016

Mentiras y evasivas. Todo cuanto amé, Siri Hustvedt


Anagrama, 2009

              El título surgió como recomendación de una gran lectora promediando una cena en un conspicuo restaurante local, a fines de 2010. Lo apunté, al igual que otros de autores reconocidos. Al consultar, ya no quedaban ejemplares disponibles en las grandes cadenas de librerías. Pero en una sucursal donde rara vez hallé material antiguo, fue verlo y llevarlo. No obstante, esperó cinco largos años.

            El historiador de arte Leo Hertzberg forja una profunda amistad con el artista Bill Wechsler, a partir de uno de sus cuadros, que proseguirá a lo largo de los años. Los descendientes de ambos se harán amigos y compartirán el vínculo de sus padres hasta la accidental muerte de Matt, el hijo de Hertzberg, a la edad de once años. Para entonces, Bill ha roto el matrimonio con Lucille, su primera esposa y madre de Mark, y se une a una joven investigadora en psicología, Violet.

            El libro se estructura en tres partes. Se inicia con los primeros años de amistad entre los protagonistas, el creciente interés de los coleccionistas por la obra de Wechsler, los debates áulicos sobre el arte y los pormenores que vive cada pareja en la crianza de sus respectivos hijos, hasta la muerte de Matt. La segunda aborda el reacomodamiento que tiene lugar entre Erica y Leo Hertzberg ante el dolor de la ausencia de su hijo, a la vez que surge cierta inquietud entre Violet, Leo y Bill al descubrir que Mark es mitómano, drogadicto y ladrón, y sus compañías no son nada aconsejables. La última, narra los esfuerzos de Violet y Leo para recuperar a Mark de las malas compañías y de su enfermedad.


Hustvedt en La Cumbre, Provincia de Córdoba, Argentina

          Toda la novela está atravesada por una mirada crítica sobre qué se considera arte en estos tiempos. Hasta cuenta con acabadas descripciones de cuadros -imaginarios- que refuerzan la trama. Pero el argumento central se aproxima a las características de un thriller policial, donde abundan intrigas y golpes de efecto que se decantan por un final armónico.

            Rescato del texto la excelente composición psicológica de los protagonistas, su evolución en el tiempo y cómo Hustvedt desmenuza los sentimientos de sus personajes principales. Es que cada uno de ellos esconde una zona oscura en su personalidad, que no puede ser alcanzada ni comprendida por los demás. Es esa sombra inasible la responsable de multiplicar los equívocos y prohijar situaciones tensas, que sólo pueden soslayarse a través de rodeos y medias verdades, logrando que todo se dilate con evasivas circunstanciales, sin solución de continuidad.

             De estilo coloquial, el libro contiene un puñado de páginas que en aras de la fluidez podrían saltearse. Particularmente, las relacionadas con la pintura y los trabajos que Wechsler ha de exponer, lo hacen un poco denso. Por lo demás, es una novela coherente, sólida, muy bien narrada e interesante.

sábado, 8 de octubre de 2016

Western ibérico. Intemperie, Jesús Carrasco


Seix Barral, 2013

          Fueron muchas las voces lectoras que recomendaban este libro, ni bien apareció en las librerías. Lo precedía la fama de ser un boom editorial. Era de esperar la demora habitual para su publicación local pero, grata sorpresa, decidieron lanzarlo casi simultáneamente aquí y en España. Por eso me hice de un ejemplar; eso sí, algún tiempo después, dado que algunas de esas voces chirriaban. La aparición de otra obra del autor, supuso una buena ocasión para leerlo.

            En él se narran las vicisitudes de un chico de pocos años –no se precisa la edad- que se fuga de su aldea durante el verano. Para ello debe, en principio, esconderse para no ser encontrado por la patrulla que el alguacil local ha destinado para su captura. Luego, debe atravesar una llanura extensa bajo un sol abrasador sin más compañía que un morral con algunos víveres y sin agua. En trance de muerte por sed, es acogido por un viejo pastor que conduce cabras y curado de los estragos causados por la intensa exposición solar. Entre ambos se entabla una suerte de aventura cómplice, pues el pastor deduce que el alguacil tiene mucho que ver en esa decisión y no ha de cejar en su búsqueda.

            Carrasco construye magníficamente una novela de suspense con aires de western ibérico, en base a tres personajes excluyentes, a saber, un pastor envejecido al que le cuesta valerse por sí mismo; un chico desesperado que debe aprender a tomar decisiones y sopesar muy bien los riesgos que entrañan y un alguacil perverso y todopoderoso, incapaz de renunciar a su obsesión.

            Hay varios puntos destacables. Para comenzar, el léxico del que se vale Carrasco para describir las escenas bucólicas es todo un alarde del uso de la terminología precisa –ronzal, apersogar, etc.-, rayano en la investigación lingüística, pues muchos de ellos han caído en el olvido o en desuso. Luego, las pistas que va ofreciendo al lector atento sobre el por qué de la fuga y el devenir del final, mantienen la tensión narrativa hasta su desenlace; a un texto que podríamos signar de minimalista, le confiere solidez argumental y coherencia. Por último, rescato el carácter poético de muchos pasajes; un verdadero poeta no lo hubiera podido hacer mejor.

            Como reparo, ese vocabulario específico obra en gran manera contra la continuidad y la fluidez. De a ratos el lector queda capturado por tamaño esfuerzo, despertando el tedio y las ganas de saltear páginas en pos de proseguir con la secuencia principal. Por otro, se excede a la hora de las descripciones; no se requiere hacer inventario en cada una de las escenas para conocer el entorno donde se desarrollarán las acciones.

            Así y todo, Carrasco logra una excelente narración, con ritmos e imágenes apropiados, una prosa exquisita –dueña de tintes líricos- y un final emotivo aunque previsible.

            Ameno y sentimental, el libro se lee muy bien y rápido. Para aclarar el banner impreso en la portada, el texto utiliza recursos propios de Cormac McCarthy, pero semeja mucho más a las letras de Delibes –sin su trasfondo social- y a algunos tonos de Benet. Auspicioso debut.

lunes, 3 de octubre de 2016

La vida decide. Cuerpo a tierra, Martín Kohan


Eterna Cadencia, 2015

           Hace poco tiempo atrás hice referencia a la obra que catapultó a Kohan al mundillo literario, alcanzando el Premio Herralde de Novela en 2007. El motivo de aquel rescate se basaba justamente en la aparición del título de marras y otro posterior, que me recordaron la novela galardonada y decidí compartir mis viejas líneas con el mundo lector.

            El presente libro contiene una decena de relatos que fueron apareciendo en distintas oportunidades en medios locales, recolectados para esta edición, tres de ellos inéditos aún. Que en el que abre la serie se practique sexo oral y anal entre dos hombres, no sorprende a nadie hoy en día; pero que los protagonistas sean dos venerados personajes de la literatura gauchesca argentina es, cuanto menos, irreverente. De igual manera, que se proponga que la inspiración artística se deba a la presencia de un sesionista y no al afamado músico, a quien todos esperan, ya se conocen sonados casos; pero que éste sea el bandoneón mayor de Buenos Aires, pues…

          Así, los cuentos van desgranando distintos aspectos que envuelven la traición, el amor, la seducción, la amistad, la admiración, a través de las posibilidades que brindan la bajante de un rio, el ruido de los animales dentro de un camión, un viaje para presentar un libro, la muerte de un amigo y hasta un pelotón de fusilamiento.

             Kohan nos introduce en un puñado de situaciones que alternan la historia, la fantasía y la vida cotidiana, cuyo común denominador es ese desasosiego, mezcla de miedo y ansiedad, que cualquiera experimenta en una circunstancia primeriza, dejando que la vida fluya, que la vida misma decida qué ha de acontecer en el futuro inmediato. Aún proyectando su sombra de rutina y sinsabores.

          Con escenas que oscilan entre lo verosímil y la ilusión más surrealista, Kohan construye una ficción en la que los personajes se ven superados por la realidad de los sucesos y sólo pueden asumir sus consecuencias o simplemente negarlas. 

           En suma, un libro breve y ameno, de estilo coloquial, no exento de ciertos golpes de efecto bien provocados, que se lee de un sentón. Muy apropiado para acompañar un viaje de un par de horas, o bien deleitarse bajo una sombrilla en medio de una playa, en un tórrido verano –y con un Martini, claro-, de no existir una buena compañía en derredor.