martes, 18 de octubre de 2016

Pelibro 7. El atlas de las nubes

          Había decidido preparar este Pelibro apenas pasaron los primeros revuelos causados por la puesta en la pantalla grande, cuando las opiniones aún se encontraban divididas. Obtener una copia del film fue fácil; más tiempo me llevó hallar el libro, porque a la voracidad de los lectores que acabaron con los ejemplares disponibles, se le sumó –como siempre- esa vorágine editorial de deshacerse rápidamente del material de rezago enviándolo a librerías de saldos o a desguace.




Libro

David Mitchell (Océano – Duomo, 2012)

          El libro se compone de seis historias diferentes que transcurren en diversas épocas y geografías. Para ello, Mitchell ha elegido un estilo narrativo distinto en cada caso. Todo se inicia con un diario de viaje de un notario californiano por las islas Chatham y la Polinesia en 1850. Continúa con un relato epistolar entre un par de amigos –o algo más que eso- en la Bélgica de 1931; pasa a un policial de características corporativas en la Nueva York de 1975; deja lugar a las andanzas de un turbio editor londinense en 2012, para conducirnos a una entrevista de una androide en una comunidad adelantada ambientada en Corea cerca del 2200 y concluye con la confluencia de dos civilizaciones en una sociedad post-apocalíptica en el Hawai –probablemente- del siglo XXIV.

            Rescato como notable la construcción escogida por el autor para narrar estas historias. Lo hace a través de once capítulos en secuencia cronológica, pero desarrolladas en mitades, de manera que sólo vamos sabiendo la mitad de cada trama hasta llegar al centro –la única que se presenta completa-, para alcanzar sendos desenlaces con la segunda parte, en regreso temporal. La sensación final es que la primera historia contiene a la segunda y así sucesivamente.

            ¿Qué tienen en común todas estas historias entre sí? El eterno juego entre el bien y el mal, entre el ansia de poder y la solidaridad, entre la esclavitud y la libertad que cada sociedad ha sabido desarrollar. En cada relato hay acciones que generan empatía; otras, el más absoluto rechazo. Y todas ellas se vuelven elementos disparadores para la historia siguiente, sin que los protagonistas tengan idea de ello. Es que una acción realizada hoy tiene sus consecuencias en el futuro.

         Los personajes poseen voces propias. Está el leguleyo leal junto al estafador; el amigo compositor con el maestro plagiario; la periodista honesta enfrentada a intereses económicos; el representante endeudado y su hermano cínico; la androide ascendida con su sociedad macabra y los restos de una cultura civilizada a punto de ser esclavizada por impíos. En ese sentido, Mitchell despliega todo un abanico de fortalezas y debilidades humanas a lo largo de cada capítulo. 

            En un estilo coloquial, fluido, con escenas antológicas y algunas terribles, el autor expone al lector lo que somos capaces los seres humanos, tanto en lo bueno como en lo malo, atemporalmente, en cualquier situación, época y lugar. Un libro que puede parecer de aventuras pero que deja mucho para reflexionar.



Film

Tom Tykwer, Andy y Lana Wachowski (Warner Bros, 2012)
            
            Para empezar, debiera aclarar que si bien la copia del film que obra en mi haber es de origen local, la portada responde al título de la versión española, pues aquí se ha conocido como Cloud Atlas, la red invisibletal como figura en el banner de promoción que acompaña al libro-.


            Es un film que podría incluirse dentro del género de ciencia ficción en el que se intenta demostrar que todas las historias son una misma, repetida seis veces en distintos momentos aunque con características locales. Para ello, los directores intercambian roles a sus actores, de manera de crear la ilusión que lo único que se modifica es la ambientación, pero sin perder de vista la lucha entre buenos y malos. Bajo esta óptica el film aplana la intención de Mitchell, mucho más rica en matices, tanto en recursos estilísticos como literarios, que la pantalla no puede reflejar. No obstante, las historias se apegan bastante bien a las narraciones contenidas en el libro, con simplificaciones, agregados y pequeños cambios que no modifican sustancialmente el desarrollo de cada relato.

            Lo que sí puede ser un acierto por lo original o un error -y sospecho que esta ambigüedad ha sido el principal motivo de la disparidad de opiniones respecto del film- es que los directores utilizan no más de algunos minutos de cada historia, solapándolas unas a otras, con lo que resulta difícil mantener la atención y, por consiguiente, la continuidad para el espectador, al que se le exige una alta dosis de concentración. Esos saltos temporales conforman un collage de imágenes que no siempre resulta claro, y la velocidad con que se alternan impide un seguimiento adecuado de cada historia.

            Por lo demás, sólidas actuaciones de su elenco, que tiene en Tom Hanks y Halle Berry a sus figuras estelares, sin desmerecer los trabajos de Hugh Grant, Susan Sarandon y el resto del reparto, donde destacan Doona Bae en el rol de la androide y un plástico Hugo Weaving (el Sr. Smith, de Matrix) en sendas caracterizaciones.

            Con un holgado uso de efectos especiales, escenas no presentes en el texto de Mitchell  y una extensión de casi tres horas –que bien podrían haberse acortado un poco-, el film se sobrelleva bien para aquellos que no perdieron ilación hasta el final. Un final, dicho sea de paso, algo lejos de la propuesta literaria, abundante en finales abiertos. Entretenido, mas no brillante.


Testimonio del séptimo Pelibro

6 comentarios:

  1. Pues yo con la peli casi no puedo, vamos, que la acabé por pura cabezonería y coraje pero no me dijo nada y me pareció un batiburrillo extraño. Del autor leí Relojes de hueso este año y me gustó bastante así que si empezaran a escasear los libros creo que este podría ser una opción.
    Un besito

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    1. Eso mismo dijeron los más críticos sobre la peli, Norah.
      Yo te he apuntado y me he hecho de 'Relojes de hueso' en formato digital; los otros anteriores, los tengo en papel esperando su ocasión.
      Volviendo a éste, el libro no está nada mal -salvo que es algo voluminoso-.
      Un beso con lluvia.

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  2. No he leído el libro ni visto la película. Por lo que te leo, descarto la película y podría interesarme la novela, esa batalla entre el bien y el mal, ya sabes que me tiene cautivada desde hace mucho tiempo (acabo de volver de Berlín, de nuevo inmersión en un aspecto de ese tema visto a través de museos como la Topografía del Terror, el Museo judío o el campo de Sachsenhausen).

    Un fuerte abrazo (vengo del otoño-invierno berlinés al verano-otoño mediterráneo).

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    1. Me gustó más el libro que la peli, por más que ésta se apega bastante bien a aquél.
      Qué bueno que hayas viajado a Berlín! Imagino que algo de ello nos compartirás en tu espacio; eso sí, me causa un poco de sana envidia. Es que estás mucho más cerca de aquello que me gustaría conocer...
      Aquí comenzó a aparecer la verdadera primavera -con sol... y abundante lluvia también-.
      Un gran abrazo!

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  3. Historias en diferentes épocas y geografías, me pongo a pensar en una transfiguración de Julio Verne al s.xxi, narrando las peripecias de los protagonistas, como concluyes, parece un libro de aventuras pero tiene algo más... Así eran mis venerados libros de Verne, algo de visionarios, enigmáticos, será así éste?
    Ah, las nubes, me entusiasman.
    Un fuerte abrazo, Marcelo.

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    1. Así es, querido Paco. El libro tiene mucho de Julio Verne y sospecho que Eleanor Catton se ha inspirado en él para escribir 'Las luminarias'.
      Las nubes... pues este ha sido para mi un año de nubes, literario y personal. Creo que lo terminaré con otro título acorde, como corresponde.
      Un fuerte abrazo!

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