Periférica, 2007
I.
Los libros de Mréjen han aparecido bajo
este sello editor de súbito, como brote de hierba tras una lluvia copiosa y,
por lo que se aprecia en la Red, gozando de buena aceptación. Esta razón unida
a su breve extensión –un ejemplar que no alcanza el ciento de páginas-,
decidieron su lectura.
II.
Resulta original el estilo literario.
La narradora nos describe en primera persona no sólo las características
sobresalientes de su abuelo materno –un ser obsceno y promiscuo en el plano
sexual; intolerante, con acento fascista en su inclinación política y cultor de
los buenos modales en la mesa- sino de todos y cada uno de los miembros de su
familia, utilizando frases cortas y multitud de párrafos, muchas veces sin
ilación entre ellos.
III.
Como quien recorre un álbum de
fotografías familiar, la protagonista repasa su propia historia a través de anécdotas,
recuerdos y observaciones que incluyen muletillas, tics, modismos y cualquier
otro elemento discursivo que permita establecer psicológicamente un estereotipo
del personaje abordado. Además, siempre en una atmósfera íntima, el texto
incluye escenas en las que se sugieren perversiones -no confirmadas- y algunas
disparatadas que arrancan risas en el lector.
IV.
Ameno, directo y mordaz, el libro retrata perfectamente a una generación nacida a fines de los ’60 que creció en medio de rápidos cambios en la forma de vincularse y de comunicarse. Lo hace con desenfado y cierta mirada crítica, aunque sin juicio de valor alguno. Un libro para acercarse al universo de Mréjen.
Ameno, directo y mordaz, el libro retrata perfectamente a una generación nacida a fines de los ’60 que creció en medio de rápidos cambios en la forma de vincularse y de comunicarse. Lo hace con desenfado y cierta mirada crítica, aunque sin juicio de valor alguno. Un libro para acercarse al universo de Mréjen.