domingo, 16 de julio de 2017

Pelibro 10. Crónicas de motel

                En rigor, éste no es un clásico Pelibro. Wim Wenders, director del film, se enamoró de estos textos de Shepard y le propuso armar el guión para su realización. Con lo cual, el libro transita su propio camino, independientemente de la versión ofrecida por el director. Pero las recomendaciones de lectores amigos, como Wineruda y U-topía, hicieron posible la combinación. Si algo comparten ambas obras, es la atmósfera que transmite Shepard respecto de esa América profunda, morosa, cotidiana, de naturaleza texana pero con elementos californianos. Un detalle: del personaje encarnado por Harry Dean Stanton, tomó una banda de rock su nombre (Travis).




Libro

CRÓNICAS DE MOTEL

Sam Shepard (Anagrama, 2010)

‘Me volví hacia la extensión de tierras y me pregunté hasta dónde ir. Exactamente la misma pregunta que me hice antes, cuando nadaba en el océano. ¿A partir de qué lugar empieza a ser peligroso seguir alejándose? Y comprendí que uno se lo pregunta cuando ya empieza a creer que ha ido demasiado lejos.’

                Este libro es más un collage de escenas fragmentarias –incluyendo poemas y fotografías-, que una novela en stricto sensu. Shepard va desgranando página tras página una serie de recuerdos, anécdotas, historias, dolores viejos con arte magistral, en frases cortas y directas, sin florituras ni veleidades.

            El sonido nocturno del teléfono, la ancha carretera municipal, la típica cafetería al costado de la ruta, el desierto en toda su magnitud son elementos de los que se vale Shepard para ambientar sus cortos relatos, donde hombres y mujeres persiguen un destino mejor que el que les ha tocado.

            Borracheras compartidas, roles en films olvidables, la colección de discos del padre, todo se entremezcla para amalgamar un conjunto ecléctico de escenas que, sin duda, tienen mucho de autobiográfico pero que transmiten una atmósfera auténticamente americana, sin importar demasiado que el estilo elegido se asemeje a una road movie, en constante movimiento, como si en esa búsqueda de identidad fuera imposible detenerse.

            Un microrrelato seguido de un poema; una anécdota a la que se le intercala entre sus páginas una añeja fotografía… todo resuma una mirada algo descreída y melancólica acerca de la vida, por parte de quien ha experimentado fantasías y desazones por igual e intenta reflejarlo en el papel. En este sentido, el breve libro de Shepard alcanza ribetes de obra maestra. Una magnífica primera aproximación a sus letras.




Film

PARIS, TEXAS

Wim Wenders (Emerald, 1984)

            Ganador de la Palma de Oro del Festival de Cannes de ese año, la película no podía ser un bodrio. Basado en esa premisa, me hice de un original. Máxime, porque en los foros de cinéfilos la peli ranqueaba bien o más que bien.

            Travis Henderson viene cruzando el desierto de Mojave a pie, a pleno sol, con saco y corbata y una gorra roja. Se está acabando su provisión de agua y se acerca a una población desconocida en busca del vital elemento. Entra en una proveeduría, toma un bocado de hielo y se desmaya. A partir de allí, gracias a una tarjeta con el nombre de su hermano, se desencadenan los hechos.

            De a poco nos vamos enterando que Travis tiene un hijo de casi 8 años, Hunter, que fuera ‘adoptado’ por su hermano Walt y Anne, su esposa, ante la desaparición de sus padres, cuatro años atrás. Que no recuerda la mayoría de cosas que sus parientes repasan; que no quiere dejar de ser el padre de Hunter, por más que ello provoque un conflicto en la pareja de su hermano. Que no ha olvidado a Jane, su mujer y madre de Hunter, a quien marido e hijo deciden salir en su búsqueda.

            La actuación de Harry Dean Stanton en el protagónico de Travis se gana el reconocimiento de la platea espectadora; su composición del personaje raya en los diez puntos. El resto, con una Nastassja Kinski que aparece después de transcurrir medio film, aporta solidez a la narración y brinda uno de los momentos más emotivos hacia el final, donde todo se resuelve y aclara.

            Punto aparte merece el guión de Sam Shepard, que ha sabido construir con esa lentitud tan propia de los relatos sureños una historia con cadencia personal. Y el director decidió hacer primeros planos expresivos unidos a silencios profundos, que hablan por sí mismos. Es tanto lo que se dicen como lo que el espectador debe suponer.

            Una obra maestra que puede ofrecer el séptimo arte. Imprescindible para todo cinéfilo y para no perderse de ninguna manera los amantes del buen cine. 

Testimonio del décimo Pelibro

4 comentarios:

  1. Anda, y ahora me entero yo que había libro. Pero primero tengo que decir que disiento, que haber ganado la palma de oro en Cannes no garantiza que sea buena, o soportable, vamos que a veces son infumables. Pero en este caso sí, la peli es buena y además de la época que yo me creía guay por ver estas obras tan alejadas del blockbuster. Aclaro que ahora me siguen gustando pero de los dos tipos, según tenga el día.
    Pues me apunto el libro y es altamente probable que revisite la peli.
    Qué me gustan a mí esas gasolineras americanas.
    Besitos de una noche de verano.

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    1. Coincido contigo: ganar un premio no garantiza nada. Pero la peli lo vale en este caso. Vale tu revisita.
      El libro es muy, muy americano; sobre todo, sureño. Tiene mucho para construir en la imaginación del lector. Eso lo hace fantástico. Espero que te agrade.
      Desde nuestro sur (el 'Big Sur argentino') te mando gélidos besos para tu refresco (¿alcanzarán -25° C?)

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  2. Y te olvidas de RY Cooder: jajaj Paris TExas es menos sin su música .

    EN cuanto a "Crónicas de motel" ¿qué decir que no hayas dicho tú? que es un libro que me enamoro, es, creo que en algún sitio lo he dicho, el libro perfecto para mi manera de leer, el que te hace construir una historia en tu mente desde pequeñas pistas, imágenes y palabras que te deja Shepard, por esa misma razón "crónicas de motel" la escribí(reescribí) yo, es mía, porque no hay ninguna igual en el mundo, por lo tanto es mia. :)

    divago
    perdona
    hace calor y oigo a ACDC cantando el infierno es un mal sitio para estar :)
    cuídate

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    1. Sí! Me olvidaba de la música! Apoya adecuadamente al guión.
      Un compositor nuestro, llamado Charly García, decía que 'si algo te gusta mucho, es tuyo', una manera de justificar que le robara parte de los compases y acoples a otro para incluirlo en un tema suyo.
      Gracias a ti y a Utopía por rescatar a Shepard del olvido.
      Ja, ja. Escuchando ACDC con el calor!
      'Digo que mi infierno es el ropero; estoy atorado dentro y no puedo ver la luz'. Dave Matthews, So much to say.
      Un abrazo de -25°C.

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