Errata Naturae, 2014
I.
Hizo furor apenas salió al mercado, a principios de 2014. No había
espacio en la blogosfera en el que no se encontrara al menos un comentario.
Parecía que una autora ahora redescubierta pasaba a encarnar la gran literatura irlandesa del siglo XX,
en paridad con James Joyce, nada menos. Con el tiempo, los ardores se fueron
apagando y hubo quien se atrevió a esbozar unas líneas tildándola, si no de
mediocre, al menos de indiferente. Cuatro años me parecieron un lapso de tiempo
prudente para encarar una lectura algo más objetiva.
II.
Caithleen Brady es una aplicada teen ager que destaca en la escuela
local en una aldea lejana a Dublín. Vive con escasos recursos junto a su madre
y teme a su padre quien, por efecto del abuso del alcohol, tiende a golpear
seriamente a ambas. Tiene una amiga y compañera, Baba, con quien mantiene una
relación de amor/odio. Un día se hace acreedora de una beca para estudiar en un
colegio de monjas, lugar al que han de asistir las dos –Baba, sin beca-. Un
accidente familiar fuerza el destino de Caithleen y, tras algunos años de
internado junto a Baba, deciden escapar del claustro y alcanzar la gran ciudad,
donde se tendrán que valer por sí mismas.
III.
El valor de la amistad, el despertar de la
sexualidad, la diferencia entre la dureza de la vida en las aldeas respecto de
las metrópolis son algunos de los temas que O’Brien retrata maravillosamente en
esta suerte de Bildungsroman, una
novela de formación. Ello, sin eludir una crítica mirada a la Irlanda de los
años cincuenta del siglo pasado, con los devastadores efectos del alcoholismo
sobre las familias y el estrecho rol que le asignaba a las mujeres la
tradicional sociedad católica irlandesa.
IV.
Destaco la fluidez del estilo
narrativo que vuelve muy amena la lectura, y la composición psicológica de los
personajes que O’Brien elabora, con una protagonista madura, que no pierde el
aplomo aún en las escenas más difíciles junto a un puñado de personajes secundarios
que acompañan perfectamente la evolución de la trama. El texto resuma
autenticidad; no hay detalles en los que el lector detecte la ficción y la
narración en primera persona es otro acierto de la autora. Si bien el estilo
puede parecer bastante simple o ligero, nunca se vuelve superficial. Y la voz
de Caithleen es siempre la de una adolescente con ganas de crecer, de volverse
adulta.
V.
No es la gran novela irlandesa,
profunda y épica, pero en su frescura juvenil revela aspectos de la necesidad
de emancipación de las mujeres y da cuenta del movimiento migratorio que éstas
han hecho desde los medios rurales hacia los centros urbanos en busca de
mejores oportunidades y, por qué no, de cierto grado de igualdad y liberación.
Interesante propuesta.