jueves, 29 de noviembre de 2018

Pelibro 14. La señora Dalloway

             Este Pelibro surgió de la lectura del título de marras –propuesta en un taller-, al unirse a un comentario sobre el film ‘Las Horas’, basado en éste. La curiosidad me llevó a investigar y hallar la versión cinematográfica a cargo de Marleen Gorris, con la participación protagónica de Vanessa Redgrave en el rol de Mrs. Dalloway.

Libro

Virginia Woolf (Cátedra, 2003)

            En rigor de verdad, ha sido una relectura, puesto que han pasado más de quince años que lo encaré por vez primera y, siendo sincero, lo he disfrutado más en esta ocasión que en aquélla.

            Todo ocurre un miércoles de mediados de junio de 1923, en el que Clarissa Dalloway ha dispuesto dar una fiesta en su casa. Con algo más de cincuenta años, casada con Richard y con una hija adolescente, el lector asiste al derrotero de Clarissa en pos del final del día, donde desplegará toda su magia, su don de gentes y su proverbial cualidad de anfitriona para convertir la velada en una gala inolvidable. A su vez, sin conocerse el uno al otro, también es la historia de Septimus Warren Smith, un joven que ha vuelto de la guerra, ha visto morir a su superior y amigo –Evans- en Italia y queda traumado por el hecho. Si bien se ha casado con una joven italiana, sus accesos de temor y locura lo conducen a un suicidio anunciado.

            El texto contiene dos características destacables: un flujo de consciencia de cada uno de los personajes, con los que el lector va construyendo la historia y la personalidad de los demás –lo que resulta una novedad y un acierto a la vez-, y cómo hechos exteriores –por ejemplo, la pertinencia del uso de un sombrero en la mañana- disparan pensamientos interiores.

            Además, la novela abunda en escenas cotidianas que son interpretadas de distinta manera según el observador y un uso adecuado del flashback, donde la trama situada en el presente trae el pasado, cuando jóvenes, de los actores principales, de manera de tener un panorama mucho más concreto a la hora de establecer cómo son las cosas y por qué.

            Por otra parte, la sexualidad también está presente. Clarissa ha apartado el sexo de su vida tras la maternidad. En realidad, Woolf deja entrever que su experiencia con su amiga Sally Seton cuando adolescentes poseía altas dosis de homosexualidad y Clarissa, plenamente consciente, decidió no explorar ese costado y sacrificar cualquier pasión en aras de estabilidad emocional y seguridad económica. Es por eso que eligió a Richard Dalloway como marido y no a su eterno enamorado y amigo, Peter Walsh, con quien mantuvo siempre mayor identidad, porque no habría podido satisfacer estos aspectos.

            La figura de Septimus W. Smith es la contracara de Clarissa. Mientras ésta apuesta por la vida y el género humano, Septimus se va degradando hasta desaparecer. Es cierto que su final está signado por una acción nefasta de su médico, pero las secuelas de guerra avanzan en ese sentido. Woolf sabía muy bien de qué hablaba: ella misma lo había vivido en carne propia.

            Con una prosa algo fraccionada –con la que cuesta engancharse al principio- pero una historia magníficamente tejida y personajes psicológicamente bien construidos, Woolf exhibe una mirada contemporánea de la alta clase media inglesa, algo snob y hueca, que alardea en la periferia del poder –sin ser parte de él- y del entorno de esa gran urbe a la que declaró su amor: Londres. Un libro para leer y releer.
           
Film


Marleen Gorris (First Look Pictures, 1997)

            Resulta todo un desafío intentar llevar a la pantalla grande una novela como la de Woolf, tan rica en monólogos interiores y en la construcción de cada personaje gracias a las opiniones ajenas que, independientemente de la versión que Gorris deseaba mostrar, cualquier propuesta está destinada a poco menos que el fracaso.

            No obstante, el guión -a cargo de Eileen Atkins- se apega bien a la trama central de la novela, teniendo en cuenta las limitaciones que impone un marcado uso de la voz en off –factible en el texto escrito, pero de imposible realización a lo largo de todo un film- y la necesidad de ir y venir en el tiempo –el verdadero responsable de la historia- sin perder ilación.

            Con un magnífico vestuario de época y una fotografía a la altura de los requerimientos cinematográficos, la película alcanza ribetes emotivos con importantes trabajos en los roles protagónicos. Allí, destacan la siempre vigente Vanessa Redgrave, dando vida a una perspicaz anfitriona, sin demasiadas aspiraciones pero conocedora de las personas; una Natascha McElhone soberbia en el rol de Clarissa joven; sólidas actuaciones de Rupert Graves encarnando a Septimus Warren Smith y un maduro Michael Kitchen en la piel de Peter Walsh.

            Por otra parte, los diálogos se llevan parte de los créditos -muchos de ellos han sido tomados de manera textual del trabajo de Woolf- y las escenas más comprometidas de una incipiente homosexualidad se resuelven finamente.

            Necesario es decir que, si bien el conjunto hace que el film se vuelva llevadero y llegue a destino sin altibajos, la realización no alcanza los matices que sí están presentes en la obra literaria. En aras de sobrellevar el argumento principal, descuida aspectos importantes -como la inclusión de elementos externos que disparan reflexiones-, lo que aplana la riqueza presente en el original.

            En suma, un film cuya tensión no decrece en ningún momento de la hora y media de duración, con una mirada algo simple de la directora, basada en un texto proverbialmente más jugoso y más comprometido tanto en lo personal como en lo social. Una película correcta, que no quedará en los anales de la cinematografía pero se disfruta igual.

Testimonio del decimocuarto Pelibro

10 comentarios:

  1. Esa asignatura la tengo pendiente. Cada vez que veo Las horas, que es uan de mis pelis favoritas, me digo que lo tengo que volver a intentar, porque sí, con la Dalloway ya lo he intentado en varias ocasiones y siempre pienso que con el tiempo lo conseguiré. Tal vez sea el momento de hacerlo una vez más.
    Y la peli también, puede que incluso caiga antes.
    Besitos decididos

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    1. Qué peli 'Las horas'! Creo que nos ha encantado a una multitud de espectadores.
      Yo pensé lo mismo de 'Cien años de soledad' y al fin pude lograrlo. Sospecho que tú harás el mismo camino con éste.
      La peli está bien. No alcanza los vuelos de la novela, pero es una buena adaptación. Ya nos contarás.
      Supporting kisses.

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  2. Excelente reseña de obra y película.
    Soy una fan de Virginia Woolf desde que era veinteañera, fue a esa edad cuando devoré casi todas sus novelas, diario, ensayos... y leí también esta La Seños Dalloway, una de las que menos me gustó en su momento. Quizás por eso volví a leerla hace poco tiempo y, lo que son las cosas, me encantó. Pensé que la edad había influido en que me gustara mucho más ahora que entonces.

    La película como bien dices, correcta, se deja ver.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias por tus palabras de aliento, U-to.
      Yo leí poco, de grande, y la sentí algo ajena. Confieso que su 'Orlando' me sacudió.
      Sin duda, el paso del tiempo nos permite madurar mejor ciertas obras.
      La peli está bien; buena interpretación de las dos actrices.
      Un firme abrazo para ti.

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  3. Desde que leí una adaptación de Una habitación propia tengo pendiente leer la obra de Virginia Woolf. Días cortos que no permiten tantas lecturas como gustaría. Uno más que añadir a los pendientes. Un abrazo.

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    1. Yo no leí ese de Woolf; creo tener una versión digital esperándome. Éste y 'Orlando' me parecen lo más destacado, hasta ahora.
      Gracias por darte una vuelta, Ana.
      Un abrazo para ti.

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  4. A mí me encantó "Al Faro", menos "Orlando". lo cierto es que el primero me pareció una genialidad,pero hace tiempo que no leo de ella, es más, ni compro libros de ella, supongo que tendré que solucionarlo con este libro, o con " Las olas". Acabo de leer los diarios de Katherine Mansfield y el prólogo que Virginia escribe me ha vuelto, contigo, a ponerla en mente.
    Gracias por ello
    un abrazo

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    1. Me alegra haber sido el disparador de su recuerdo, al menos. Tanto 'Al faro' como 'Las olas' están esperando su momento.
      Oops! Tengo alguna cosa de Mansfield, otra autora que he aplazado. A ver si me pongo con algo de ella.
      Gracias a ti por recordármela.
      Un abrazo, Maestro.

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  5. De Virginia Woolf solo he leído tres relatos reunidos en una exquisita edición ilustrada de Nórdica, como lo son todos los libros ilustrados de esa editorial. Tendría que ponerme seriamente con ella y leer alguno de sus libros más emblemáticos como este que reseñas. La película, si acaso, para luego; no me gusta verlas antes de leer sus correspondientes libros y no siempre me animo a hacerlo pues, como bien señalas, no siempre consiguen alcanzar todas las sutilezas de los libros que las inspiran.
    Un abrazo

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    1. En mi caso, sólo visité 'Orlando', y éste en dos ocasiones. No leí ninguno de sus cuentos. Quizá alguno de los que aún esperan podrían ser un buen comienzo.
      Por regla general, yo elijo hacer lo mismo que tú: leer primero y ver la peli después. Siempre tengo presente que el film es sólo una de los posibles interpretaciones que el director correspondiente rescata de su propia experiencia lectora o visión.
      Un abrazo para ti, Lorena.

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