sábado, 15 de agosto de 2020

El místico. Hermana del sueño, Robert Schenider


Tusquets, 1994

I.

            Parecía un libro distinto -con un contenido que supuraba inquietud- cuando leí un comentario de él hace ya muchos años. Salí en su busca al poco; estaba saldado. Por fortuna, había un ejemplar de segunda mano disponible, pero tuvo que soportar una paciente espera hasta este momento. Opté por él debido a su brevedad. Me equivoqué; requería de concentración.

II.

            Novela rara si las hay. En Eschberg, una aldea entre Austria y Alemania el último de los Alder se ha muerto de inanición. Estamos en 1892 y ya no hay más nadie. Tras los tres grandes incendios, sólo quedaron dos familias: los Alder y los Lamparter, con matrimonios endogámicos y, por consiguiente, con trastornos de carácter y/o psicológicos. Un narrador -que continuamente alude al lector para que focalice la trama-, cual comentador de su propia obra, va relatando la vida de Johannes Elias Alder, un ser prodigioso, capaz de percibir los sonidos universalmente y convertirlos en música.

III.

            Nacido en 1803 y cuyo rasgo esencial es tener las pupilas de color amarillo, este Elias no está sólo. Lo acompaña un primo, Peter, y su numen inspirador, la pequeña Elsbeth, hermana del anterior, de quien Elias se enamora profundamente, aunque tiene la desgracia de no ser correspondido. La enfermedad –o borrachera profunda, da igual- del organista de la iglesia local, le brinda a Elias la ocasión de hacerse cargo del órgano a una temprana edad y demostrar su talento existencial. Sólo que ese talento quedará restringido a la aldea y se diluirá con el tiempo, lo mismo que su poseedor.

IV.

            Este protagonista solitario e introvertido, disfruta de la vida al aire libre y de componer melodías, sin descuidar las labores en la granja de su padre. El éxtasis al que lo conduce su amor por Elsbeth y la música creada en el órgano hacen de Elias un místico, alguien a quien se le ha permitido vivir la experiencia de Dios. Pero ese Dios cruel, le impide trascender su prodigio a la vez que le priva del amor de su amada –que se casará con otro primo-. Así, Elias llevará una corta vida, no sin padecer un estado de locura antes de morir.

V.

            Con una prosa amena y coloquial, en medio de una atmósfera opresiva y cierta dosis de onirismo, Schneider nos interpela sobre el sueño, el amor, la música y la muerte, elementos omnipresentes en este trabajo. ¿Puede explicarse –o mejor, interpretarse- la vida de un ser humano sin ellos?, ¿hasta dónde cobra sentido poseer un don especial si no se puede compartir con los demás? En suma, un libro que resulta interesante por la perspectiva que ofrece.


8 comentarios:

  1. Marcelo, parece un libro muy opesivo, menos mal que es corto. Por lo que cuentas ayuda a pensaren temas poco de actualidad hoy en día en las conversaciones como la muerte y siempre esta bien tratar de algo tan cotidiano. Un fuerte abrazo.

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    1. Es algo opresivo, Ana, pero tiene un borde inquietante que lo hace atractivo. La muerte es un tema del que pocos hablan, pero está omnipresente, máxime en las cifras de aquellos que ha cobrado el Covid. Lo que pocos saben, es que esas mismas cifras se las viene adjudicando anualmente la gripe y otras enfermedades pulmonares.
      El libro te hace reflexionar sobre la brevedad de esta vida y, si cabe, sobre la manera en que la vivimos. Te dan ganas de vivirla más intensamente.
      Un abrazo grande para ti.

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  2. Curioso..., sí y como dices, extraño. Me suelen gustar los libros raros, pero sinceramente este no me atrae demasiado, aunque las dosis oníricas me gustan mucho en las novelas (de eso sabe mucho mi querido Murakami). ¡Pobre hombre! parece que la vida no le sonríe en ningún momento.
    En cualquier caso, me ha encantado conocer tu opinión sobre esta novela
    Besotes!

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    1. Hay un costado onírico acentuado en el texto, pero no es decisivo respecto de su trama.
      Como señalas, la vida no le sonríe demasiado, pero al menos intuye cuáles son los valores que hacen significativo el vivirla. Y llama al lector a la reflexión. ¿Qué hacemos cuando esos valores desaparecen? Buena pregunta para iniciar un debate.
      Gracias por tu confianza, Marian!
      Un beso.

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  3. Hola. Pues yo he tenido que leer la reseña dos veces porque no me enteraba. Y seguro que está mejor contada que el libro. En fin, que para rarezas no hay ganas ahora mismo. No nos íbamos a entender bien. Lo de las pupilas amarillas es inquietante, además la pupila es un agujero...
    En fin, esta vez no me apunto.
    Besitos desobedientes.

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    1. El libro tiene sus rarezas, como la del narrador que de cuando en cuando dialoga con el lector, pero en general fluye bien. El planteo del autor resulta interesante, aún dentro de esa atmósfera onírica en que lo relata.
      Puede que no sea el momento más apropiado para encararlo.
      Besitos considerados.

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  4. Cuando menos parece curioso. A mí los libros extraños suelen atraerme. Claro que son un arma de doble filo: o aciertas de pleno o todo lo contrario.
    Un abrazo

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    1. Es un libro 'distinto' desde donde lo mires: el narrador, lo que se narra, las circunstancias... Todo lo vuelve especial. Posee la ventaja de ser breve; su contracara es que exige cierta concentración. Si lo ves... échale una hojeada.
      Un abrazo, Lorena.

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