lunes, 14 de septiembre de 2020

La procesión. El sermón sobre la caída de Roma, Jérôme Ferrari

 

Random House, 2015

I.

            No había en la Red opiniones más encontradas acerca de este título, galardonado con el prestigioso Premio Goncourt en 2012. Hubo quienes ponderaban los vínculos que conducen la narración y su prosa; otros, en cambio, lo tildaban de pretencioso, soez e irrelevante. En el ámbito local, había pasado sin pena ni gloria y sólo pude hacerme de un ejemplar a través del canal de libros usados –o caídos en desgracia-. La buena experiencia previa con el autor potenció su lectura.


II.

            La novela es una historia familiar que comienza con la sensación de ausencia para el abuelo Marcel Antonetti al mirar una fotografía de 1918 en la que se reúnen su abuela, sus tíos y su madre -con cuatro años de edad, a la sazón-. Él mismo ha engendrado a Jacques, quien ha tenido la valentía de casarse con su prima hermana, Claudie, de la que descienden Aurélie y su hermano Matthieu, uno de los protagonistas. El otro es Libero Pintus, su amigo de la infancia y compañero de andanzas.


III.

            Ambientada en Francia, ambos amigos crecen, se gradúan en su Córcega natal y deciden proseguir estudios universitarios de Filosofía en París. Pero al poco, algo desilusionados, los abandonan en aras de una aventura: el bar del pueblo de origen se ha quedado sin administrador y, después de varios intentos fallidos, su propietaria está dispuesta a ofrecerles la ocasión de gestionarlo.


IV.

            La evolución de la trama guarda cierta semejanza con la de los imperios, que nacen para derrumbarse al tiempo. No obstante, Ferrari nos detalla el apogeo del bar y de sus camareras y cómo todo se va corrompiendo de a poco hasta un desenlace previsible. El lector asiste como mudo testigo a esa procesión degenerativa, donde los bajos instintos y la brutalidad van ocupando mayor espacio a medida que la rutina y la necesidad invaden la esfera de aquél prístino proyecto.


V.

            En un estilo coloquial, sin eludir enfrentamientos familiares, una mirada sobre las ex colonias africanas y descripciones de una colección de escenas sexuales –que bien se podrían haber minimizado-, Ferrari nos habla sobre la precariedad de la vida humana, en la que el éxito –si hubiera alguno- solo es efímero. El capítulo final, donde deja a San Agustín la palabra ante el pueblo de Hipona, quien intenta apaciguar las angustias generadas por la caída de Roma, es solo una apostilla válida para cerrar un relato tan reflexivo como ambicioso.


12 comentarios:

  1. Pues fíjate Marcelo, no lo conocía, ni autor ni título (por cierto un título curioso). Tu opinión sobre el mismo es la primera que escucho y me encanta que nos traigas libros distintos, desconocidos para mí. Si te soy sincera no es que me atraiga demasiado para leerlo, aunque como siempre disfruto leyendo tus opiniones y me encanta haberlo descubierto
    Un beso

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    1. Hola, Marian!
      Al leerlo, entendí el por qué de adhesiones y detracciones. Son muy visibles y los argumentos esgrimidos en detalle por unos y otros son reales. No obstante, 'Donde dejé mi alma' me pareció mejor.
      Un beso para ti, y gracias por tus palabras.

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  2. Me suelen gustar los premios Goncourt y este no lo conocía. Toda una osadía atreverse a casar a dos hermanos en 2012. Tomo nota porque una novela que toma el apogeo y degeneración de un bar como metáfora de la decadencia de los imperios puede ser magnífica y el Goncourt casi lo garantiza.
    Un beso.

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    1. Son primos los que se casan, Rosa, y mucho antes de 2012 -entre nos, tengo un amigo cuyos padres eran primos entre sí-.
      No me ha parecido mal que le otorgaran el galardón francés, aunque considero que hay escenas que podrían ausentarse; no aportan al relato esencial.
      La metáfora está bien como tal; quizás debas darle una oportunidad.
      Un beso para ti.

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    2. Ya no sé ni leer. Pone que se casa con su "prima hermana" y yo leí "con su propia hermana". Bueno, siendo entre primos, la osadía es menor.
      Gracias por corregir mi error.

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    3. Ja, ja, eso pensé. A veces nos pasa por leer rápido.

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  3. Hola. Lo mismo me equivoco pero me pinta que es de esos que a base de zarpazos quiere zarandear al lector para impresionar. Debo decir que hasta que llegamos al punto bestia me había llamado la atención. Lo que pasa cuando construyes un sueño o llevas a cabo un proyecto y luego sale la realidad.
    Siempre me andan diciendo que me cuide, mire usted por dónde voy a hacer caso a esa gente.
    Seguro que usted me entiende.
    Besitos confiados.

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    1. Hay algo de lo que señalas, Guapa, pero tiene un costado interesante respecto del surgimiento y la caída de los imperios que lo hace algo curioso.
      La 'parte bestia' a la que aludes es necesaria para afianzar a los personajes y su entorno social, aunque podría haberse limitado en los detalles.
      Sí, claro que la entiendo.
      Besitos confirmadores.

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  4. Como a Rosa, me suelen generar confianza y me gustan los Premios Goncourt, he tenido muy buenas experiencias. Percibo que no te ha entusiasmado pero que es muy leíble, así que no lo descarto aunque tendrá que esperar (tendré que comprarlo como tú en librería de segunda mano.

    Un gran abrazo.

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    1. Lo busqué cuando supe que lo habían traducido, pero nunca lo vi en ninguna librería. Eso llamó mi atención. ¿Un libro premiado que no se difunda? Después de leer a quien lo ponderaba comencé a ver opiniones (muy) encontradas -las que, tras la lectura, no carecen de valor-. También ha pasado con otros premios -como el de Anagrama-.
      Yendo al texto, esperaba otra cosa, aunque no le he bajado el pulgar. Sí es leíble y curioso, si quieres. Debe ser que el anterior suyo me gustó algo más. A veces, el canal paralelo de libros depara beneficios, U-to.
      Un fuerte abrazo para ti.

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  5. Los premios Goncourt que he leído me han gustado. Este no lo conocía. Tampoco a su autor. Me resulta curiosa como a Rosa esa metáfora del declive de un bar en comparación con la decadencia de los imperios. No me cabe duda de que es un libro que invita a la reflexión como destacas al final. También dices que es ambicioso, pero no me queda claro si alcanza o no lo ambicionado.
    Un abrazo

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    1. He leído varios Goncourt y, en general, han sido de mi agrado. De Ferrari, leí 'Donde dejé mi alma', más afín a mis gustos que el presente.
      Respecto a lo ambicioso, desea ir más allá pero la historia no se lo permite. De todas maneras, es una buena propuesta.
      Un abrazo para ti.

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