sábado, 10 de mayo de 2025

e-book 179. El disfraz. Saludos cordiales, Andrea Bajani

Siruela, 2015
 

I.

               Cuando un autor inteligente nos allega una denuncia en la que incurre el capitalismo más voraz, revestida de eufemismos e hipocresías varias, hay que darle lugar. No sorprenden estas acciones bastante extendidas; es más, leerlas convocan a la sonrisa o a la plena carcajada por el desparpajo que gobierna sus acciones. Apenas supe de su contenido, sólo hube de esperar la llegada al formato digital para hacerme de él –en ausencia local de un ejemplar en papel- y disfrutar de un texto tan rico como ingenioso.

II.

                La breve novela se inicia con el despido del director de ventas de la empresa. El narrador dice que, si bien el resto del personal saluda con respeto, tanto aquél como su abogado despiden hedor a muerte, del que nadie en las inmediaciones desea contagiarse. Al poco, por sus cualidades literarias, el propio narrador es elegido como responsable de redacción y ahora ha de ser él quien sea el portador de tan malas noticias al resto.

III.

               La habilidad de este sujeto radica en la manera de allegarle a sus compañeros la funesta nueva. Así, no habla de despido sino de una interrupción en la provechosa relación laboral entablada hasta hoy entre la compañía y el trabajador. O le anuncia a un empleado mayor que, en aras de que disfrute más de esta vida, se lo libera de tener que volver a fichar en los días subsiguientes. O le propone a la secretaria recién casada –que ya no atiende los llamados del jefe a cualquier hora- que viva plena e intensamente su nuevo estado a partir de las tres de la tarde, no sin recordarle dejar las llaves de su despacho al pasar por recepción.

La versión digital, gentileza de un amigo lector

IV.

                Destaco los profusos ejemplos con que Bajani exhibe una dolorosa situación cotidiana –para quien la recibe- a través de un personaje dotado de un cinismo sin par, que intenta edulcorar una circunstancia incómoda. Tan eficaz le resulta a su jefe que ha terminado llamándolo el Matarife. Pero, con el paso del tiempo y la debida toma de conciencia él también se verá afectado por su rol. Como siempre, los beneficios sólo los capitalizan las empresas; las pérdidas quedan del lado del mundo trabajador.

V.

               En estilo coloquial y ameno, con una batería de expresiones que rondan el sarcasmo y la sorna, Bajani ofrece un texto donde desnuda el disfraz de lo que se considera políticamente correcto, cuando se debe socializar la miseria entre los más necesitados. Eso sí; lo hace con gran dosis de humor, por más que deje mucho material para la reflexión. Un libro recomendable.

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