sábado, 14 de junio de 2025

La literatura, estandarte contra la opresión. El cuento de la criada, Margaret Atwood

Bruguera, 2008

 I.

               Corría el mes de junio de 2013 y fui a retirar un libro usado en las afueras de la ciudad. Quien me acompañaba propuso visitar un conspicuo mall de cercanías para almorzar y, de paso, distraernos un rato. Tamaña sorpresa fue hallar este ejemplar en una librería; lo tenía apuntado hacía tiempo, pero estaba agotado. Ahora, tras una docena de años esperando, decidí darnos la oportunidad que merecíamos (ambos): es mi primer acercamiento a una obra de Atwood.

II.

                Esta distopía, ambientada en un E.E.U.U. futuro de pesadilla posnuclear -donde emerge la esterilidad-, plantea una sociedad que ha sido dividida y estratificada, de manera que los hombres detentan el poder real. Las esposas de los Comandantes se valen de sirvientas llamadas Marthas –con uniforme identificatorio-, para efectuar las tareas domésticas, pero también existen un pequeño grupo de Criadas –que visten de rojo absoluto salvo su cofia blanca- que estando al servicio del Comandante, son las encargadas de la reproducción. Es decir, vientres fértiles sin contaminación radiactiva –y en algunos casos, ex madres-, capaces de preservar la especie.

III.

               Para que no puedan escapar, son continuamente vigiladas no solo por hombres sino también por otras Criadas, que podrían denunciarlas. Además, su vestimenta les impide contacto visual con otras personas y las han despojado de su verdadero nombre; ahora llevan el de aquél que las sirve –en la acepción sexual del vocablo- y es motivo de gratia plena del conjunto de Criadas la llegada del ansiado embarazo –y posterior alumbramiento (que no venga con deformaciones, claro)-. Por lo demás, su vida no tiene otra finalidad y a medida que envejecen pueden ser retiradas junto a las demás mujeres que no pertenecen a estas categorías: puro material de desecho, confinadas en islas y condenadas a morir.

IV.

                El lector asiste a la narración del acontecer de la protagonista, que es una suerte de legado escrito –una acción prohibida- y cuyo valor de realidad será juzgado por esa misma sociedad muchos años después –de allí, que sea considerado un cuento-. Atwood nos allega la descripción de la vida de una mujer en un mundo férreamente totalitario que bien podría obedecer a cualquier clase de dominación: política, filosófica, sexual, religiosa, etc., con sus propias reglas y rituales –y, como sería de esperar, con ciertas licencias para los poderosos-.

V.

               De estilo directo y frontal, con escenas fuertes en medio de una atmosfera opresiva, la novela resulta tan original como fluida; atrapa desde el inicio por el carácter trepidante de su historia y, a su vez, es un compendio de cómo enfrentar la adversidad con una dosis de resiliencia esperanzadora, donde la palabra escrita (la literatura) se convierte en el mayor símbolo de resistencia. Una lectura más que recomendable.

lunes, 9 de junio de 2025

e-book 181. El origen de un trauma. La bella Annabel Lee, Kenzaburo Oé

Seix Barral, 2016
 

I.

               Sólo había visitado una de las obras más reconocidas del autor, Premio Nobel de Literatura en 1994. Unas líneas aparecidas en la blogosfera al poco de su lanzamiento me incentivaron a tomarlo en cuenta pues, como su evocador título supone, está basado en uno de los poemas más conmovedores de Edgar Allan Poe. Siendo uno de sus últimos trabajos, me pareció oportuno completar una mirada panorámica de su evolución literaria.

II.

               Tras treinta años de ausencia, Komori, un compañero de estudios universitarios del autor, productor cinematográfico, lo contacta otra vez para proponerle un nuevo desafío. Valiéndose del galardón de su amigo, lo insta a hacerse cargo del guion de un film que tendrá como protagonista a Sakura Ogi Magarshack, una mujer madura de una belleza sin par, quien protagonizara un cortometraje cuando solo contaba con diez años, encarnando a la Annabel Lee del poema de Poe.

III.

               En un interesante flashback, el autor nos brinda cómo se conocieron Sakura y él, tres décadas atrás, para participar de un proyecto multicontinental con motivo del bicentenario del nacimiento de Heinrich von Kleist, y su célebre novela Michael Kohlhaas. La historia del vituperado vendedor de caballos entroncaba perfectamente con las rebeliones japonesas de Meisuke-san, en tiempos pretéritos, con lo cual añadía cierto carácter local al film. Pero el proyecto se frustró debido a cuestiones ajenas.

La versión digital, gentileza de EpubLibre

IV.

                El argumento de la novela se desdobla. Por un lado, está el film original de Annabel Lee, que Oé viera en una versión acotada, cuando él no contaba con mayoría de edad. Luego está toda la historia del film que no fue sobre la obra de Kleist y por último está la intención de Komori y Sakura de rescatar la figura de la madre de Meisuke-san, constituyendo una nueva realización, con ella en el rol protagónico. No obstante, la exposición de una versión sin censura del aquél film inicial, dispara el origen de un trauma en Sakura, con consecuencias imprevistas.

V.

               Entre las notas destacadas, se halla la facilidad con que Oé se mueve entre pasado y presente, alternando apreciaciones relacionadas con la elaboración de guiones y el aporte de la historia familiar. Por otro lado, el estilo directo y frontal del texto no es óbice para desdibujar los límites de ficción y realidad entre historia y personajes, brindando al lector cierto carácter de fábula. Por todo ello, vale la pena transitar sus páginas. Un libro ameno y recomendable.

miércoles, 4 de junio de 2025

Pelibro 38. El bello verano

 

Había conseguido el texto poco tiempo antes que una amiga cinéfila comentara que, entre los films que habrían de participar de la Semana de Cine Italiano del 2024, estaba el de marras y para cuya presentación había sido invitada nada menos que su directora. Mi cariño hacia las letras del autor turinés y la posibilidad única de escuchar a la realizadora, definió hace muchos meses este Pelibro. Solo hubo que esperar la llegada de la edición en DVD.

Libro

Cesare Pavese (Cátedra, 2020)

               Severino y Ginia son dos hermanos que han decidido instalarse en Turín, abandonando la campiña donde nacieron. Es verano de 1938 y el fascismo está en auge. Él consigue un trabajo nocturno y ella, con dieciséis años, ingresa a un atelier de costura; entre ambos, apenas consiguen pagar su alojamiento y poco más. Severino albergaba la ilusión de cursar estudios en la universidad, pero la necesidad de adaptarse al entorno urbano y la nostalgia de dejar su pueblo no le ofrecen la atmósfera necesaria para concentrarse.

               Ginia suele pasear con Rosa, una amiga con quien comparte confidencias; entre ellas, está la del inicio sexual. Algo tímida y retraída, se mantiene al margen del bullicio juvenil, hasta que descubre en Amelia, una descarada y desvergonzada joven algo mayor, un foco de luz en medio de tanta grisura. Con su estilo bohemio y viviendo a su aire, Amelia cautivará a Ginia y la iniciará en las fiestas nocturnas, el contacto con pintores de escaso talento y la empujará hacia el tan ansiado debut sexual.

               Pavese ofrece una historia de crecimiento y elige ese verano como símbolo del paso de la adolescencia a la adultez, donde se abandona una vida ligera y despreocupada para asumir roles y sus deberes consiguientes. El verano es la estación dominada por las pulsiones del instinto, mientras que el otoño y el invierno se identifican con la vida adulta, donde comienzan a perderse aquellas juveniles ilusiones. Así, Ginia se ve envuelta en un cambio interior que no sabe cómo manejar, ni realmente qué sentir. El ejercicio de la sexualidad no parece producirle el placer esperado y duda acerca de su elección sexual. Amelia, más avezada en estos escarceos –aunque enferma de sífilis-, confiesa su homosexualidad y su interés por Ginia.

               El breve texto está impregnado de antinomias: la campiña/libertad opuesta a la ciudad/obligaciones. Incluso los luminosos días estivales confrontan con la oscuridad y el intenso frío invernal, que albergan a la desesperanza. De estilo directo y coloquial, la novela fluye lentamente, y si bien tanto los diálogos como la elaboración psicológica de los personajes son acertados, el conjunto parece algo acartonado y estereotipado. Claro, con todos los cambios suscitados en más de medio siglo –la militancia del feminismo y el empoderamiento de las mujeres-, hoy la obra parece vetusta y retrógrada. No sobrevivió al paso del tiempo.

               Párrafo final para esta edición, a cargo de Manuel Carrera, quien brinda una semblanza de la vida del autor y un escueto análisis de la obra en una Introducción, que sugiero que se lea a posteriori, para no hacer spoiler de su contenido. Interesante como mirada de época.

 Film

Laura Luchetti (Varias, 2023)

               Para comenzar, tras volver a ver el film, encuentro algunas diferencias importantes con el texto de Pavese. Esta adaptación de Luchetti a la pantalla grande ofrece claroscuros que, por momentos, llenan de poesía la trama, y en otros, la sumen en cierta abulia.

               La elección del Turín de 1938 donde si sitúan los hechos, con los discursos del Duce que ingresan por la ventana y el ascenso de las camisas pardas, es una recreación de época lograda. Para mejor, el cuarto de los hermanos y la casa en general, evocan el inconsciente de los propios conventillos locales, con lo que el espectador se siente identificado. Asimismo, las escenas exteriores de costa, parques y plazas contribuyen a la atmósfera de libertad juvenil que se intenta exhibir, en contraposición con el clima opresivo de un país que pronto estará en guerra.

               Pero la extensión de las escenas de costura que, a la vez que exponen el delimitado rol de la mujer pretenden ensalzar la creatividad de la protagonista, no terminan de convencer y se reiteran. Además, la sensación de libertad que transmite la bohemia de pintores de la que Ginia se deslumbra, da lugar a un tinte homosexual que en el texto original está poco sugerido.

               Son fortalezas del film la magnífica fotografía e iluminación; la selección de la banda sonora –el tema Walzer fur Niemand, de Sophie Hunger, es la cereza del postre-; las interpretaciones de Yle Vianello (Ginia) y Nicolas Maupas (Severino) recogen acertadamente tanto las tribulaciones de una adolescente que se convierte en mujer como la del campesino que se siente desarraigado en medio de la ciudad, con dosis de nostalgia y melancolía.

               Las debilidades rondan en la falta de concreción de la historia, con un final abierto en el que se supone una definición lésbica y todo se reduce a una historia más, cuando podría haber dado lugar a mostrar matices de época mucho más sugerentes.

               Párrafo aparte merece la belleza de Amelia (Deva Cassel, hija de Vincent y Mónica Bellucci) que llena la pantalla y colabora decisivamente a la ambigüedad sexual que atraviesa todo el film. En suma, una buena película para ver en familia y disfrutar.

Testimonio del Pelibro 38