viernes, 30 de mayo de 2025

Preludios de la Revolución. Los demonios, Fiódor Dostoyevski

Alianza, 2013

I.

               Fue la propuesta del pasado mes de marzo en un taller que viene visitando las letras del autor a razón de un título por año. Tenía personal interés en esta obra porque me abriría las puertas a la de otra lectura cuya trama se basa en esta historia. Es vox populi que Dostoyevski tomó un suceso ocurrido en 1869 para construir la misma pero, fiel a su mirada social que escarbaba en la naturaleza humana, le ha otorgado una profundidad única, propia de sus letras.

II.

                Ambientada hacia 1870 en una aldea cercana a San Petersburgo, la novela narra la historia de Nikolai Stavrogin, hijo de una viuda terrateniente, que acaba de licenciarse en la ciudad y vuelve a la heredad, en medio de cierta efervescencia política. Le acompaña en su derrotero Piotr Verhovenski, algo más joven que aquél, hijo a su vez de un amante de la belleza y la poesía, quien es amigo y protegido de la rica viuda y fuera en su momento el tutor de Nikolai.

III.

               De una vida disipada que brinda la holgura de recursos, Nikolai va recorriendo lentamente un camino de degradación personal que lo convertirá en un inmoral. Incapaz de sentir emoción, vive su vida de manera ajena, sin comprometerse sentimental, social ni políticamente con su entorno. A su vez Piotr, enrolado en la corriente revolucionaria, encarna al arribista inescrupuloso, capaz de asesinar a los propios camaradas para no ser delatado y luego abandonar al resto a su suerte. Los otros personajes acompañan eficazmente y consolidan la trama.

IV.

                El texto presenta diversos planos. Para empezar, está el choque generacional donde los conservadores que sostienen al zarismo se oponen a la necesidad de cambio que plantean los jóvenes revolucionarios. Luego, está el tema de la fe: los nihilistas se han despojado del dogma cristiano y abrazan nuevas doctrinas, mientras que muchos de los creyentes en Dios y en la Iglesia comienzan a dudar. Por último, aunque no menor, está la crítica del autor a los colegas escritores cuya mirada sobre Rusia se ha occidentalizado debido a frecuentes viajes al resto de Europa. Es más, Dostoyevski se vuelve profético poniendo en boca de Karmazinov (mordaz remedo de Turgueniev) el desmoronamiento que sufrirá Rusia tres décadas y media después.

V.

               Dividido en tres partes y una Conclusión, la edición de marras cuenta, además, con el capítulo que el editor consideró escandaloso y eliminó de la primera edición completa. Con una prosa precisa, personajes cuya psicología queda perfectamente delineada y reflexiones jugosas acerca de la ética y el eterno contrapunto entre el Bien y el Mal (pues esos demonios a los que alude el título se hallan dentro de nosotros y es nuestra obligación domeñarlos), Dostoyevski nos ofrece una magnífica y bellísima novela cuyo trasfondo expone los preludios de la Revolución. De lectura obligatoria para todo buen lector. Cien por ciento recomendable.

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