Lo postergué más de una docena de
años al enterarme que al autor se le reconoce más como poeta que como
novelista. Tras su última novela –que, al parecer, la crítica demolió-, abandonó
el género y se dedicó a la poesía, justo con el cambio de siglo. Fue una
mención, aparecida en un libro sobre recursos de la ficción, quien lo devolvió
a la vida y aseguró su lectura.
II.
Hacia fines del siglo XIX, en la costa de
Cornualles, Christopher Swancourt, el rector y párroco de Endelstow, solicita a
un arquitecto londinense la reparación de su rectoría, en especial de su torre,
que amenaza con derrumbarse. Por ese motivo, envían a Stephen Smith, un
auxiliar, a que tome medidas edilicias. Es su hija Elfride quien lo recibe una
noche ventosa. Cerca de alcanzar la veintena y con escaso roce social, Elfride
y Stephen se enamoran. Él regresa al poco como invitado y se prometen. Cuando
pide la mano de Elfride, su padre le rechaza porque Stephen no pertenece a su
clase. En principio, ambos deciden fugarse y casarse clandestinamente, pero
Elfride se arrepiente y se separan, hasta que Stephen logre dinero y renombre.
III.
Al poco, el señor Swancourt
contrae matrimonio –por conveniencia- con su vecina, capaz de introducir a
Elfride en el ámbito social de la clase acomodada. Así un pariente lejano,
Henry Knight –un escritor quien fuera el mentor de Stephen, y algo mayor que
éste- es invitado a pasar unos días en la rectoría, donde conoce a Elfride
–quien aun espera el regreso de Stephen-. Un accidente une a la pareja, que
decide prometerse y casarse. Pero, el pasado de la joven y el regreso de su
prometido genera un clima de desasosiego poco propicio para una boda.
IV.
En esta novela, Hardy plasma una
serie de características del puritanismo victoriano: una mujer no solo tendrá
que mantener su honradez y pureza, sino que también deberá aparentarlas; es
imposible contraer matrimonio entre miembros que pertenezcan a distinto estrato
social, salvo que la nobleza de la mujer pueda verse igualada por la riqueza
del pretendiente; la palabra empeñada tiene valor de promesa, etc. El triángulo
compuesto por una bella, aunque inexperta y algo voluble heroína, tironeada
entre un aprendiz sin recursos y un galán cuyo conocimiento de la naturaleza
femenina pertenece solo a la cultura libresca hacen la delicia del lector, por
más que remate en un desenlace previsible.
V.
En estilo ameno y directo, con una prosa elegante, personajes bien construidos psicológicamente, escenas oportunas y diálogos que confieren solidez a la obra, Hardy entrega una novela costumbrista donde exhibe los problemas que surgen de la naturaleza del amor, la esencia del deseo y las imposiciones que regían las conductas sociales de su tiempo. Una lectura amable y entretenida.
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía esta novela, pero toca temas que me interesan, así que no descarto leerla. ¡Muchas gracias por tu reseña!
Nos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
Gracias a ti, por darte una vuelta por aquí! Espero que sea de tu agrado. Saludos!
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