Anagrama, 2006
Lo
apunté por recomendación y, al poco, la opinión se dividió. Unos lectores
decían que era una obra importante, que representaba muy bien el estilo
literario del autor –ganador de algunos premios- y que era poco menos que un
modelo de buena literatura. Otros, que el libro carecía de coherencia, que se
volvía intrascendente hacia el final y que era un ejemplo de cómo hacer
literatura barata. Lo hice descansar un par de años desde su compra, hasta que
los ánimos de tirios y troyanos se aquietaran un tanto.
Un ginecólogo narra en primera
persona su vida familiar, con un vínculo conyugal deshecho por la costumbre y
la falta de comunicación, una hija distante y un hijo drogadicto que muere en
circunstancias poco felices. Con este panorama, el protagonista suele
frecuentar prostíbulos de diversa calaña, tratando de no repetir ni lugar ni
mujer.
Un día, en medio de una consulta
profesional, esperando el tratamiento oncológico de una paciente, se acerca al
hijo de ésta, que está sentado en la antesala y el niño le cuenta una historia,
que tiene mucho de fantasía y onirismo.
La primera parte, donde se describen
profesión, familia y sexualidad extramarital, el tono elegido es frío e
impersonal, como el de una crónica forense. La segunda, durante el relato del
niño, es más cálida, pero en ambos casos se sienten ajenas al relator.
Hay dos planos interesantes. Uno, el
contraste entre el profesional que se encarga de traer hijos al mundo y la
indiferencia que él mismo destina a los propios. Otro, la importancia que le
otorga a una narración surrealista y funambulesca –que bien podría ser pura
ficción-, en marcada oposición con los hechos que lo tienen de personaje
principal tanto en la muerte del hijo como en su sed de sexo.
Fluido, coloquial, con un estilo
aséptico y monótono, Bellatin compone dos historias con distintos matices que
se solapan y contraponen, sin un objetivo claro pero con elementos comunes
donde lo unitivo es esa mirada descarnada y lejana que el ginecólogo utiliza
para sus apreciaciones. Por momentos, evoca las pinceladas de los maestros
impresionistas, donde el contraste del colorido solo se traduce en una obra
acabada cuando se las aprecia en conjunto.
Por lo demás, es un libro breve bien
escrito, que no justifica ni la euforia de quienes lo ensalzan ni las diatribas
que le propinan sus detractores. Será cuestión –como siempre- de hacer
experiencia y leer otras obras del autor.
Una opinión tibia pero clarísima la tuya que es la que busco. No sé, de entrada me parece interesantísimo, me lo voy a llevar anotado, es cortito y por conocer que no quede. Si no te veo antes, Feliz Navidad y un fuerte abrazo, Marcelo :)
ResponderEliminarSí que es tibia, porque me esperaba otra cosa. Pero no está nada mal, y bien escrito.
EliminarRetribuyo tus deseos, Yossi. Que tengas muy Feliz Navidad.
Un acertijo: ¿te imaginas con qué pienso despacharme en el próximo post, el 28, si puedo?
Un fuerte abrazo!
No conocía el libro. Me parece curioso aunque debo admitir que no me atraen personajes que creo perdidos, como el ginecólogo en cuestión. Busco respuestas, jaja. Feliz Navidad, si la celebras (¿no tirarás cohetes, no?) y un fuerte abrazo!
ResponderEliminarRecuerda Agnieszka que Tolkien decía: 'No es oro todo lo que reluce, ni todo el que anda errante está perdido...'.
EliminarSi me preguntas, la literatura para mi, por cada respuesta que me ofrece, me triplica las preguntas. Tengo la sensación de que voy a necesitar muchas vidas para aprender significativamente algo, si cabe.
Sí celebro la Navidad, aunque sin pirotecnia. Tanto valoro la vida, que prefiero seguir arrastrando el epíteto de 'tío aburrido' antes que correr el riesgo de tener que enfrentarme al dolor de un chico lastimado.
Mis más sinceros deseos de una Navidad feliz para ti y los tuyos.
Un beso grande!
Hola, Marcelo!! Esta semana me paso con calma a leerte pero no quisiera que pasase este día sin desearte de corazón Feliz Navidad y enviarte un abrazo bien fuerte.
ResponderEliminarGracias, Carmen. Mi vida se ha complicado pues tengo a mi madre internada y no muy bien. Cuando cuente con algo de tiempo nos escribimos, ¿si?. Muchas felicidades para ti y los tuyos en este día.
EliminarUn gran beso!
No conozco al autor, así que para mi es novedad total.
ResponderEliminarLeo en el anterior comentario que tu madre está internada por problemas de salud, espero que no sea grave y se recupere pronto.
Un fuerte abrazo para ti y mis mejores deseos para la recuperación de tu madre.
Lamentablemente, ella se encuentra en terapia. Y eso me obliga a estar pocas horas en casa, con lo que mi disfrute de leeros disminuye. Es el karma del hijo único que uno aprende a enfrentar...
EliminarGracias por tus buenos deseos para una mujer de más de 88 años.
Un beso grande para ti.
Marcelo:
ResponderEliminarantes que nada, espero que este año sea maravilloso para tí y los tuyos y que tu madre ya esté fuera de terapia ;)
A mi me llama la atención porque tanto mi papá como mamá son ginecólogos (ahhh razón más subjetiva). Me lo llevo anotado. ¡Gracias por presentármelo!
Un beso,
Ale.
Gracias, Ale. Mi madre ha mejorado sustancialmente; a esta altura creo que está mejor que yo.
EliminarEspero que tus padres no sean profesionales como éste; sospecho que no te agradaría enterarte de esa distancia que pone su protagonista con respecto a su familia -tu, en ese caso-.
No se si estoy muy convencido de este libro, pero debido a las resonancias que pudieras tener, quizás pueda ser interesante para ti.
Recibe de mi parte un gran beso,