sábado, 27 de julio de 2019

Novelas de Stefan Zweig. 7. La impaciencia del corazón, Stefan Zweig


Acantilado, 2012

I.

            Contando con algo más de tiempo, decidí encarar la novela más extensa de las que se incluyen en este volumen –poco menos de un tercio del mismo-. Aquí, Zweig plantea el tema de la compasión y sus efectos nocivos. Adalid de un humanismo a ultranza, aboga por la generosidad y la colaboración con los más necesitados, sin esperar retribución ninguna, ni excederse en un sentimiento que menosprecie las debilidades ajenas.

II.

            Anton Hofmiller narra en primera persona al propio escritor aquel viejo baldón, esa mancha inmunda con la que convive desde hace años –se encuentran en Austria, en 1938-. Ese militar retirado, de carrera brillante, merecedor del más grande encomio por su valentía y arrojo durante la Gran Guerra –v.g., la Primera Guerra Mundial- arrastra tras de sí una historia humillante: ser responsable de la muerte de una adolescente enamorada.

III.

            La historia transcurre en los meses previos al asesinato del sucesor a la corona del Imperio y de su esposa –motivo que dispara el enfrentamiento bélico- en un pueblo cerca de Viena, donde un juvenil teniente de caballería -a la sazón, Hofmiller, con veinticinco años- se ve envuelto en un asunto de faldas –al decir de su coronel- en la mansión del opulento húngaro Lájos von Kekesfalva, con su tullida hija Edith, de tan solo diecisiete años, aunque dueña de un aplomo sin par. Al parecer, la joven habría tenido una infancia alegre y despreocupada hasta que una enfermedad –sospecho que podría ser poliomielitis, muy extendida a principios de siglo XX- la privó del uso de las piernas, restringiéndola a una vida tan dependiente como aburrida.

IV.

            En su afán de ser cortés, el inexperto Hofmiller –quien ha pasado los últimos quince años en la milicia- alimenta las ilusiones de Edith no solo de una cura total sino también, sin quererlo y sin buscarlo, de una promesa de amor. Además, la visita diaria de Hofmiller, a quien sólo le mueve la compasión por esa niña lisiada, auxilia tanto a su padre viudo, para quien Edith es su único motivo de vida, y a Condor, el médico que la atiende e intenta una cura a largo plazo. Las acciones llevarán a un equívoco de magnitud y un hecho trivial desencadenará el triste final.

V.

          Destaco del texto la composición psicológica de los personajes: una arrebatada chiquilla, un médico prudente aunque listo, un padre entregado a su hija y un joven militar que nada sabe de vínculos sociales ni de amor. Todos aportan al malentendido desde sus propias miradas. Con la prosa habitual, el autor vuelve a indagar en la naturaleza humana y sus sentires. La tensión narrativa crece a medida que transcurre la trama, aun cuando su extensión podría haberse acortado en un ciento de páginas. Otra muy buena novela de Zweig.

lunes, 22 de julio de 2019

e-book 45. Después del accidente. Vida de familia, Akhil Sharma


Anagrama, 2015

I.

            Contra las habituales expectativas que despierta el encarar un libro escrito por un inmigrante, donde el acento muchas veces se pone en reflejar los problemas de adaptación al país huésped, las dificultades con el idioma, el probable rechazo de raza y la pertenencia al grupo étnico local ya instalado -para mantener costumbres, ritos religiosos o enlaces entre familias, por citar tópicos comunes-, Sharma sorprende con una historia focalizada meramente en una familia.

II.

            Ajay Mishra es un niño de ocho años que vive en Delhi hacia 1970. La violencia del clima político alienta a su padre a buscar nuevos horizontes, dejándolo en India con Birju –su hermano cuatro años mayor- y Shuba, su madre, mientras él se abre camino en Nueva Jersey. Un año después, la familia viaja a instalarse junto a aquél. Birju, el hijo inteligente y favorito de los padres, poco después de haber sido aceptado su ingreso en una institución de renombre, durante unas vacaciones veraniegas en casa de su tía, sufre un accidente inesperado que lo deja postrado y casi en estado vegetativo, sin oportunidad de recuperación alguna. Cómo afectó este hecho a los Mishra, es lo que nos narrará Ajay en primera persona, muchos años después.

III.

            Ajay ha vivido bajo la sombra que proyectaba su talentoso hermano mayor mientras éste se hallaba bien. El accidente cambia la hasta entonces equilibrada vida familiar. Primero, porque Birju necesita atención continua en una clínica; luego, porque el ingreso familiar ya no permite abordar los costos y se deciden por el traslado al hogar, lo que hace más difícil la convivencia del resto de los miembros. Por último, la presión que ejerce la situación lleva al padre al alcohol como refugio; a la madre a transformarse en una enfermera de tiempo completo y a Ajay a tener que obtener el nivel de perfección en sus estudios como si fuera su hermano. Menudo cuadro.
La versión digital, gentileza de Epublibre
IV.

            El acierto de Sharma radica en utilizar la mirada del niño que crece, narrando con sus propias acotaciones –a veces ingenuas; otras, con cierto humor-. Así, la tragedia familiar se vuelve llevadera, sin generar compasión en el lector. Además, el tono narrativo, neutro y carente de sensiblerías, fortalece la historia que, dicho sea de paso, no posee elementos que conduzcan a lágrima ninguna. No obstante, entre líneas se repasan las relaciones entre cónyuges, la vida social tanto del protagonista como de su familia y los problemas que apareja el alcoholismo.

V.

             En suma, una novela de inmigrantes atípica, con personajes creíbles y cotidianos, que habla del arte de enfrentar las adversidades, sin mártires ni demonios; sólo con voluntad férrea y la lucha diaria por sobrevivir. Un libro interesante.

miércoles, 17 de julio de 2019

Experiencia literaria. El arte de la ficción, James Salter


Salamandra, 2018

          ‘Entonces estaba escribiendo una novela, Años luz, de la que una vez dije que era como las losas gastadas de la vida conyugal: todo lo ordinario, todo lo prodigioso, todo lo que la hace plena o la amarga; se prolonga durante años, décadas, y al final da la impresión de haber visto pasar las cosas como desde la ventanilla de un tren, un prado allí, árboles, casas, pueblos oscuros, una estación de vez en cuando. Todo lo que no está escrito desaparece, salvo por ciertos momentos que perduran, ciertas personas, días concretos. Los animales mueren, la casa se vende, los hijos son mayores, incluso la propia pareja se ha desvanecido, y aún así queda el poema.’

            El breve libro que la casa editora nos presenta recoge tres conferencias que el autor dictara en la Universidad de Virginia en 2014, con ochenta y nueve años de edad, poco antes de su deceso. En la primera, que resulta la más extensa y lleva el título de marras, repasa la influencia de la lectura en su vocación literaria, el descubrimiento de los relatos de Bábel como fuente disparadora y los tópicos de quien se inicia en las letras: la selección de la voz narradora, el hallazgo del estilo personal, dónde abrevar en ideas y sugerencias varias para aquel que desee intentarlo.

            La segunda, que lleva el nombre de Escribir novelas, comienza con un repaso de los consejos que formulara E. M. Forster en su volumen Aspectos de la novela y cuáles son las mayores dificultades que se plantean a la hora de elaborar personajes, mantener el hilo conductor, la composición psicológica e ir urdiendo la trama que mantiene la tensión. Hacia la última, Convertir la vida en arte, analiza las diversas formas de darle curso a una narración, ya sea como imitación de otros autores o la asistencia a cursos o talleres literarios. Sostiene que la búsqueda de la palabra adecuada que redondee una frase y el esfuerzo que impone la corrección continua del texto, son lo más farragoso del arte de escribir.

          Todos los textos están sazonados de anécdotas personales, comentarios a otros libros y a otros autores, análisis de escenas de sus propias obras, reunidos bajo una experiencia literaria vasta y una mirada generosa, de quien sabe que esas lectures tienen visos de legado personal a los más jóvenes. El afectuoso prólogo de Antonio Muñoz Molina quien, sin develar el contenido, nos pone al umbral del material que prosigue, fue tomado de la edición de Babelia del 10 de marzo de 2018. No existe un motivo que lo justifique ni ninguna asociación lícita, pero al concluir la lectura mi mente comenzó a evocar ese viejo tema de Tears for Fears, Advice for the Young at Heart. Un libro esclarecedor.

viernes, 12 de julio de 2019

Desapego. Pendiente, Mariana Dimópulos


Adriana Hidalgo, 2013

I.

            El rol femenino ha cambiado, afortunadamente. La mujer ha cobrado un protagonismo decisivo tanto en la defensa de sus derechos como en la incesante búsqueda de igualdad de género. Temas como el debate sobre el aborto, la legislación sobre acoso y violencia sexual; el acceso a puestos de gestión o a cargos electivos otrora ninguneados, denotan el avance que su esfuerzo ha permitido a la hora de abrirse camino a nuevas posibilidades. Así, la literatura latinoamericana recoge también esos nuevos aires. El libro de marras se enmarca entre ellos.

II.

            La protagonista, al borde de los cuarenta años, narra en primera persona parte de su historia. Acaba de volver a su casa, tras un parto y una internación de mes y medio debido a complicaciones de salud. Su hermana e Iván, un ruso que es su pareja, se hacen cargo del bebé. Ella no posee instinto materno; no siente nada por su hijo ni tiene idea de cómo atenderlo. Antes de Iván tuvo un par de historias: con un primo abusador y tránsfuga, primero, y luego con Pedro, un sociólogo con quien convivió algo más de un año. Vino en plena adolescencia desde un pueblo a vivir en Buenos Aires en casa de una pariente anciana, hasta que murió, y trabó amistad con Mara, una actriz, y Ludmila, de final trágico.

III.

            Hay varios planos a destacar. En principio, está la estructura del relato donde, a la vez que se habla en presente, existe un permanente flashback sobre las demás historias previas. Luego, el estilo narrativo resulta descarnado, sin juicio de valor, sobre lo que le sucede a la protagonista. Como si ella pudiera verse a sí misma como un observador neutral. Finalmente, la composición psicológica de los personajes principales resulta más que acertada. La narradora, al acercarse a algo que le produce dolor, decide ponerse entre paréntesis –una obsesión a hacer cálculos matemáticos- para así soslayarlo.

IV.

            Existe una doble pendiente en el texto. ¿Puede todo llegar a un punto donde desbarrancarse nuevamente?, ¿hay una tendencia a la repetición, o sólo es regodearse en el fracaso? Por otro lado, ¿es una asignatura pendiente el sentir desapego por el hijo engendrado; el percibirlo sólo como una apófisis que necesita de nosotros?; el bebé, ¿me acerca a la pareja o me distancia?, ¿soportará el varón promedio que yo no quiera ser madre? Buenas –y genuinas- preguntas todas. El texto –breve- da lugar a un debate mucho más profundo.

V.

            Con una prosa cortante y algo sintética –propia de las limitaciones de la protagonista-, sin florituras ni erudición, Dimópulos nos ofrece una mirada singular sobre los vínculos que hacen a la vida cotidiana, incluyendo mujeres a quienes la maternidad no les llama. Un libro excelente.

domingo, 7 de julio de 2019

Anhelo y decepción. Música para feos, Lorenzo Silva


Destino, 2016

I.

            Lo apunté apenas una lectora elaboró un comentario entusiasta acerca del contenido, que nada tenía que ver con los famosos policiales que el autor solía entregarnos. Lo que inclinó la balanza para su busca ha sido que el texto incluía varias canciones entrelazadas a la historia principal, lo que picó mi curiosidad melómana. Una vez aquietados los fuegos, me lo llevé conmigo a una semana de descanso. Nada más apropiado.

II.

            Mónica cuenta con veintinueve años, no es demasiado agraciada aunque tampoco fea como indica el título. Periodista, trabaja para la productora de un programa televisivo por un sueldo magro que sólo le permite hacer frente a los gastos cotidianos. Desesperanzada, una noche de viernes se deja llevar por una amiga ligera de cascos y en un tugurio conoce a Ramón, un cuarentón que mantiene reserva sobre su profesión. Entre ellos nacerá una historia de amor sui generis.

III.

            La novela –que se divide en tres partes- va cobrando un enfoque femenino al ser Mónica quien narra en primera persona. A través de diálogos y letras de canciones intercambiadas por los protagonistas el lector accede a una relación que alcanza su clímax pronto, y decrece a medida que se le revela la profesión de Ramón. El texto incluye una lista con los temas y sus intérpretes hacia el final del libro.

IV.

            Lo más logrado es la selección de canciones –algunas de las cuales no conocía-; no solo por los temas que abordan, sino por reforzar la amplia diferencia de edad entre los personajes, respondiendo adecuadamente a ello. Si bien la mirada femenina está bien lograda, no pasa lo mismo con el personaje masculino, que resulta algo escaso. Podrá argumentarse que, dado el desarrollo de la trama, está totalmente justificado, pero a mi humilde entender le ha faltado una pizca de presencia.

V.

            De estilo directo, ameno y coloquial, el libro oscila entre el anhelo de dos seres que, después de sucesivos fracasos, intentan gestar una nueva relación y la decepción que impone la realidad al frustrar el éxito de la misma. Acaso algo previsible, el lector concluye el libro con cierto sabor agridulce en la boca. Ideal para un viaje de algunas horas o como lectura veraniega.

martes, 2 de julio de 2019

Esgrima verbal. Higiene del asesino, Amélie Nothomb


Circe, 2009

I.

            El título me fue sugerido por otro lector al principio de esta década, para quien éste era lo más granado de las letras de Nothomb hasta ese entonces. Yo había incursionado en su obra anteriormente y su marcado cinismo resultaba si no agradable al menos novedoso. Como había pasado algún tiempo, decidí volver a ella.

II.

            Al anciano Prétextat Tach le quedan dos meses de vida. Premio Nobel de Literatura, no concedió entrevistas hasta el momento y solo ahora, al borde de la muerte, le permite a cinco periodistas que se acerquen a él. A los primeros cuatro, no sólo les toma el pelo sino que los apabulla de tal manera que se van humillados y cabizbajos. La última, una joven que ha leído la obra de Tach al completo pone particular énfasis en una novela inacabada que Tach dejó de escribir muchos años antes y, después de ello, decidió no volver a hacerlo. De ella, se deriva una historia oscura y macabra cuyo desenlace sorprende.

III.

            Así, Tach encarna al escritor arrogante y descreído, que se venga de las jóvenes generaciones a las que tilda de insulsas y superficiales. Ambientada en enero de 1990, en los días en que se desatan las acciones de la Guerra del Golfo, la joven periodista –alter ego de la autora- rescata del olvido un hecho de la vida de Tach con fecha 13 de agosto de 1925 –cuando éste contaba con diecisiete años-, que cambiará no solo el tono de la entrevista sino lo que sobrevendrá hacia el fin de la misma.

IV.

           De estilo descarnado, con frases cortas y contundentes, Nothomb elabora una atmosfera opresiva propia de un thriller, que se va cargando desde el inicio del encuentro entre los protagonistas principales. La esgrima verbal sostenida por ambos, con sus respectivas argumentaciones, es lo mejor del texto; la composición psicológica de los personajes refuerza el desarrollo narrativo.

V.

            Con una estructura teatral –todos los personajes se mueven dentro de un único escenario, a saber, la habitación del inválido Tach-, Nothomb sugiere la posibilidad de que el verdadero amor conduzca a la muerte: hasta qué punto una vida edénica, sin preocupaciones ni sobresaltos, puede generar hastío y locura. Por otra parte, se burla de los tics del mundillo literario, con sus posturas de cenáculos que muchas veces no son más que egos híper desarrollados mal disimulados. Un libro breve con frases interesantes, que mantiene la tensión hasta el final. Muy recomendable.