sábado, 25 de febrero de 2023

El Cuarteto de Alejandría. 1. Justine, Lawrence Durrell

Debolsillo, 2008

I.

               Haber adquirido la tetralogía que compone esta obra obedeció a dos motivos distintos que se potenciaron entre sí. El primero fue el enorme empujón anímico que significó la lectura al completo de En busca del tiempo perdido, obra de largo aliento no exenta de complejidades que, por momentos, alternaba entre la fascinación y el tedio. El restante, lo determinó el azar al cruzarme con la única librería que mantenía los cuatro volúmenes juntos, de una misma edición. Después de siete años de espera, me pareció oportuno encarar su lectura.

II.

                El narrador anónimo –un hombre que sobrevive dando clases y aspira a ser escritor-, evoca una historia de amores cruzados que tiene por protagonista a Justine, una mujer de origen judío -casada con el opulento Nessim-, de quien se enamora. A su vez, tiene como pareja a Melissa, una bailarina que enferma y muere posteriormente, dejándole una hija, fruto de su infidelidad con Nessim. Ambos hombres se hacen amigos, hasta que Nessim se entera del amorío con su mujer. La trama se resuelve durante una cacería de patos, pero no de la manera esperada.

III.

               La novela se ambienta en la ciudad de Alejandría hacia los años ’30 del siglo pasado y el autor hace continuas referencias al gran poeta del lugar, Constantinos Cavafis, tanto como a ese crisol de razas y religiones, donde se dan citas griegos, egipcios, franceses y sirios, entre otras nacionalidades. Un lugar donde la pobreza extrema convive con la riqueza y la sexualidad se ejerce sin prurito, promiscuamente. En ese sentido, las descripciones de acciones y sentires impregnan fuertemente de erotismo al texto.

IV.

                Destaco sobremanera la composición psicológica de los personajes. El narrador se muestra apático y displicente con su vida. Comparte su techo con un miembro del consulado francés y tiende a observar su entorno con una mirada distante y poco comprometida. Justine, encarna a la mujer alejandrina por antonomasia y es el núcleo del relato: intuitiva, apasionada e incapaz de actuar racionalmente. Nessim es un hombre de negocios, posesivo aunque temeroso de perder a su esposa. Melissa, una antigua modelo ahora tísica, se prostituye para afrontar los gastos suyos y del narrador. A estos protagonistas los acompañan un médico gnóstico –Balthazar- y un puñado de personajes secundarios que refuerzan la solidez de la novela.

V.

               De estilo coloquial, como la historia transcurre durante varios años, Durrell hace uso –y abuso- de analepsis y prolepsis que, de a ratos, pueden confundir al lector. A su favor, contiene un cúmulo de reflexiones acerca de la vida en esos parajes, las creencias –cábala y ocultismo incluidos- y pensamientos que obligan a meditar. Con un final emotivo, el conjunto despierta el necesario entusiasmo para encarar ilusionadamente el resto de la obra. Un comienzo feliz.
 

lunes, 20 de febrero de 2023

e-book 121. Pasiones en danza. El bailarín, Colum McCann

RBA, 2004

I.

               Tuve la intención de encararlo a fines del pasado año, pero la aparición de otras propuestas lo fueron postergando. Dado que es un autor al que le he cobrado cariño, intento seguir su obra en orden de aparición. Basada en una historia real, esta novela ha resultado un bálsamo entre otras que requerían más atención; es por eso que la intercalé con ellas.

II.

                McCann nos ofrece en esta oportunidad una novela biográfica sui generis sobre Rudolf Nuréyev, el gran bailarín ruso que descolló en las décadas de los ’60 a los ’80 del siglo anterior. A partir de su infancia en Ufa, donde descubre su vocación por la danza, el autor nos va llevando en secuencia de pasos por aquellos hitos en su vida que lo marcaron: su primer encuentro con quien fuera su maestra en Ufa; su llegada a Leningrado (San Petersburgo) y a los grandes teatros; su aprendizaje con el maestro Alexander Pushkin y el salto al estrellato.

III.

               Luego, se refiere a su salida hacia París y el pedido de asilo político, abandonando la Unión Soviética –para solo volver un par de días a ver a su madre (al borde de la muerte) y hermana-; su intensa actividad artística y sexual -que ha sido su otra gran pasión- y cómo su estrella fue declinando hasta su deceso final, a manos del HIV.

La versión digital, gentileza de Epub Libre

IV.

                Detalle a resaltar es la manera que ha hallado McCann en hacernos llegar toda la historia. Son su vieja maestra, su hermana y otras voces las que van relatando los hechos, alternándose con un narrador en tercera persona. El propio protagonista sólo participa de los (pocos y breves) diálogos que se hacen necesarios. Otro elemento a destacar es la acertada construcción psicológica del personaje, que se debate entre su amor por el arte y su aflicción por su familia, hostigada por las autoridades soviéticas.

V.

               En un estilo ameno y coloquial, con escenas emotivas y descripciones que ponen de manifiesto el carácter temperamental y lujurioso del afamado bailarín, el texto fluye fácilmente hacia un desenlace sin golpes bajos ni sensibleros. En resumen, una novela biográfica distinta, sólida, que puede servir como umbral para iniciarse en las letras del autor, como en la historia de vida de Nuréyev.

 

miércoles, 15 de febrero de 2023

Cambio de registro. Oso, Marian Engel

 

Impedimenta, 2015

I.

            Varios comentarios entusiastas de diversos lectores hicieron suficiente ruido con la aparición en español de este título. En esta lejana geografía hubo que esperar a que el representante de la casa editora lo trajera como novedad en el mes de abril del siguiente año. Una novel amiga lectora confesó su perplejidad ante esta lectura e impulsó la mía. Por cariño a ella, hago llegar mi humilde opinión.

II.

                Lou es una joven bibliotecaria que se desempeña en un Instituto de Canadá. De vida austera tanto como anodina, utiliza su actividad como escondite de una personalidad solitaria, con escasas satisfacciones en el plano sexual y una serie de fracasos amorosos que fortalecen su encierro en sí misma. Una donación particular le brinda la oportunidad de viajar a una pequeña isla al norte de Ontario para inventariar la documentación y materiales legados. En la heredad no habrá nadie más que ella, una vieja india que la visitará a veces y un oso, que fuera compañía de sus últimos propietarios.

III.

               A poco de andar, es evidente que la soledad del paraje y la necesidad de subsistencia refuerzan la búsqueda de afecto y contención. Lou empieza a frecuentar a ese animal –una mascota sin domesticar- y entre ambos nace una relación que bordea la zoofilia, con el ejercicio de ciertas prácticas -¿transgresoras?- entre un ser humano y un animal salvaje. Ese cambio de registro que se opera en Lou a partir de este estrecho vínculo es el que le devolverá la confianza perdida y renovará su vida a futuro.

IV.

                Párrafo aparte merece el tono de la propuesta. Hay críticos que en su momento tildaron de obscena esta obra; no lo es. Engel ha optado por brindar a los lectores una narración límpida, despojada de cualquier consideración moral. En cierta manera, en la evolución de los acontecimientos narrados es tan cuidadosa que hasta hace parecer natural algo que en lo cotidiano no lo es. Ésa es la maravilla del texto: hacernos creer aquello que habitualmente no ocurre. Así, de aparecer algún juicio –o prejuicio- ético, correrá por cuenta de cada lector.

V.

               En suma, con un estilo conciso en sus párrafos, descripciones acertadas que no caen en lo chabacano y una tensión que permanece hasta el final, esta narración -que no alcanza las dos centenas de páginas- plantea dilemas morales a la vez que interpela sobre nuestra naturaleza, la que compartimos hombres y animales. Un libro que se lee en una tarde y deja material para la reflexión. Muy interesante.

viernes, 10 de febrero de 2023

Detrás del escritorio. La gran casa, Nicole Krauss

 

Salamandra, 2012

I.

               Merced al éxito obtenido ante una propuesta de lectura conjunta anterior, fui obligado a persistir en una nueva. Este título pendía hacía años y me pareció oportuno satisfacer con él la ansiedad generada. Para colmo de bienes, nunca antes había incursionado en las letras de la autora y esta opción propiciaba mi encuentro con ellas. La nota de color la ha aportado mi ejemplar: adquirido de segunda mano, venía con anotaciones acerca de los personajes al final del mismo, y una serie de números telefónicos y nombres en la primera hoja, de quienes parecen haber compartido lectura. Tentado estuve de llamarlos…

II.

                Esta novela desarrolla un puñado de historias diferentes, hilvanadas a través de un escritorio con 19 divisiones, a partir del Budapest de 1944 y por espacio de más de cinco décadas. Aquí se dan cita una escritora que recibe el mueble en los pasados años ’70, de mano de un joven que vuelve a su Chile natal para enfrentar el ascenso de Pinochet; una familia israelí, cuyo hijo menor ha vuelto después de años de ausencia, debido a la muerte de su madre; un escritor inglés casado con una migrante alemana y un comerciante de antigüedades judío, con dos hijos.

III.

               Destaco la estructura elegida por Krauss para narrarnos lo sucedido. El libro se divide en dos partes, cada una con cuatro capítulos. Comienza con el reclamo del mueble a la escritora, un cuarto de siglo después de serle cedido, por una supuesta hija del joven chileno y cierra con el monólogo final del comerciante de antigüedades. En medio de ambos, se entretejen e intercalan todas las historias, de manera que el conjunto resulta un puzzle en el que cada pieza va encajando de a poco. Esta forma de construcción requiere que el lector esté muy atento a los detalles.

IV.

                Pero… ¿de qué nos habla esta obra? Podrían separarse dos planos. En el primero se reúnen el egoísmo, la insensibilidad, la soledad, el duelo y la reacción ante la enfermedad y la muerte pero, sobre todo, exhibe una falta total de incomunicación: entre amantes, entre esposos y entre padres e hijos. En el segundo, alude a la historia judía reciente, la que renace tras el Holocausto, la que se afirma en un Estado independiente y la que intenta recobrar parte de su historia a través de los objetos que fueran no solo posesión de antepasados sino parte de su acervo cultural. En ese aspecto, el mobiliario cobra la importancia de transformarse en la memoria colectiva del pueblo, independientemente de la diáspora en la que viven sus miembros.

V.

               En un estilo ameno, coloquial y por momentos poético, con acertadas descripciones y escenas emotivas, Krauss ofrece una lectura que interpela sobre temas de actualidad a la vez que bucea en las raíces que, aún hoy, mantienen unida a la colectividad judía. Un libro magnífico para compartir lectura y hacer puesta en común. Muy recomendable.

domingo, 5 de febrero de 2023

Exorcizar la figura materna. La vida después, Donald Antrim

 

Chai, 2022

I.

               A propuesta de un club lector, éste era el texto a compartir el pasado mes de enero. Decidí incluirme debido a la buena experiencia que había tenido con otra de las obras de este autor, una colección de relatos, a más de tener el ejemplar en papel esperando desde casi un año atrás. No soy aficionado a las novelas de autoficción que, de un tiempo a esta parte, pululan en el negocio editorial, pero después del esfuerzo que supuso la lectura anterior, necesitaba algo más ágil.

II.

                Dividido en siete capítulos, con una extensión total que apenas alcanza las dos centenas de páginas, el propio autor – narrador intenta no solo quitarse de encima la opresión que ha generado en él la figura de su madre, Lou, sino de exorcizar su omnipresencia ahora que ha muerto, a través de un ejercicio de escritura que le permita, si cabe, comprender un poco más la vida de ella y, de esta manera, también la propia y la del resto de su familia.

III.

               Ambientada mayormente en medio de parajes de la Florida, E.E.U.U., en cada capítulo, Don va repasando su historia mientras construye el perfil de la personalidad de su madre: una mujer excéntrica, poco convencional, que se casó dos veces con el mismo hombre -hasta su ruptura definitiva-, de talante agresivo –no por nada sus dos hijos remontaron vuelo apenas pudieron-, alcohólica y fumadora obsesiva.

IV.

                El narrador cree que, con esa muerte, se ha de liberar de todo lo que Lou ha representado para sí y vivir una vida más plena, pero hasta la imposibilidad de hallar una cama confortable le remite a su madre. A partir de allí, desfilan las aventuras con el tío Eldridge –hermano de su padre-, un novio de su madre y la historia de un cuadro, los estrambóticos diseños de indumentaria que Lou pretendía vender, las historias del abuelo materno, las diapositivas que guardaba su padre, las sucesivas mudanzas. Todo descripto con cierta melancolía, pero siempre focalizado sobre la figura materna.

V.

               En estilo coloquial y ameno, con algunas escenas tiernas y una pizca de humor mesurado, Antrim bucea en sí mismo y saca afuera sus miedos, sus resentimientos y también cierta dosis de remordimiento y culpa por no haber sabido estar más presente cuando su madre lo necesitaba hacia el final de sus días –algo que muchos de nosotros nos cuestionamos con frecuencia-. Este intento de comprensión no elude la rotunda influencia que las madres pueden ejercer sobre sus hijos. Un libro breve, bien narrado, emotivo, que deja un sabor agridulce.