Anagrama – Página 12, 2009
Esta colección de libros que la editorial del diario local Página/12 decidió publicar con acuerdo de Anagrama es un acierto, pues brinda a voraces lectores como quien escribe la posibilidad de acceso a buenos títulos que ya no son posibles encontrar en las librerías; para colmo, a un costo más que irrisorio. Sólo hay un detalle a tener en cuenta; algunos de ellos –en especial, los que están compuestos de cuentos- no incluyen todos aquellos presentes en el original, como es el caso de éste que, al girar la portada, se nos avisa que el relato Disfraces no es parte de la presente edición. El beneficio de hallarlo tiene sus costos indirectos.
La selección de relatos deambula entre el amor y el sexo. El despertar sexual de un joven con aquella que tiene más a mano, el deterioro del sexo como reflejo del hastío que provoca la convivencia de una pareja, el erotismo nacido en plena escena de un ensayo de una obra de teatro, son algunos de los tópicos que McEwan construye alrededor de circunstancias posibles, como vehículos donde la carga sexual se halla a punto de estallar, generando atmósferas de plena tensión.
Mas no sólo es eso. También se vale del descubrimiento de una fórmula para desaparecer objetos y personas, o de un crimen frío e insensible, o de la terrible infancia de quien sólo quiere volver al vientre materno, o de la llegada de una visita que termina haciéndose cargo de una familia, situaciones todas que alternan entre el realismo mágico, la soledad, la angustia y la desesperación.
Si bien el nivel de los cuentos no es del todo parejo, al menos respetan aquello que Poe sugería a todo cuentista: que sean breves, que mantengan la intensidad, que posean golpes de efecto y que carezcan de un objetivo estético. Es simple y pura narración con algunos toques de humor negro y cierta dosis de fina ironía.
Escritos en lenguaje coloquial, la traducción es un punto flojo, dado que las páginas contienen modismos –seguramente propios del lenguaje original- que resultan disonantes con la cadencia natural del relato. Lo que no es excusa para no disfrutarlos, igualmente.