viernes, 29 de marzo de 2019

e-book 41. Contrastes. El juego del revés, Antonio Tabucchi


Anagrama, 2001

I.

            Llegué tarde al inicio de un taller de lectura en el que este título oficiaba de debut. Para colmo, era uno de los pocos libros de Tabucchi que no había leído aquel verano de ‘la rosa de los vientos’. Por otra parte, descarté mi participación porque éste y el libro de Dixon eran casi los únicos que no había leído de toda la propuesta.

II.

            Tabucchi, fiel discípulo y apasionado de Pessoa, toma de él la idea del revés, es decir, existe otra realidad acerca de un mismo hecho que se mantiene oculta, que no es evidente pero que puede alcanzar un grado de importancia semejante a la principal. En esta colección de ocho relatos asistimos justamente al otro lado de las historias.

III.

            ¿Aminora el dolor de una madre a quien le han acribillado a su hijo, por más que se hubiera convertido en terrorista? ¿Cómo actúa una voz en una línea telefónica dispuesta para los desesperados? ¿Hay algo de particular en que un viejo actor inglés amante de Shakespeare se recluya en un rincón de Mozambique, disponiendo de su propio teatro para interpretar sus personajes? Estas son algunas de las miradas que el autor nos brinda sobre aquello que se desconoce o sobre lo que nadie se pregunta. Son esos contrastes los nervios conductores de los relatos.


La versión digital, gentileza de Epublibre

IV.

            Con una pluma finísima y por momentos exquisita, Tabucchi construye historias donde abundan reflexiones sobre el arte, la literatura y la vida en general. Para ello se vale de atmósferas opresivas, secretarias personales, una amistad en torno a un cuadro y otras escenas que demuestran cuán importantes pueden ser aquellas vivencias que no se expresan, que no salen a la luz.

V.

            Particularmente, destaco ‘Carta desde Casablanca’, donde un travesti argentino nacido en Italia, narra a su hermana muchos años después cómo se inició en el oficio del canto vestido de mujer y el por qué. No sólo este relato paga todo el libro; es uno de los mejores que he leído en mi vida lectora. Una maravilla, que potencia el conjunto. Un libro breve para disfrutar a lo grande.

domingo, 24 de marzo de 2019

Novelas de Stefan Zweig. 3. Los ojos del hermano eterno, Stefan Zweig


Acantilado, 2012

I.

            Ésta es otra de las novelas de Zweig con trasfondo religioso y metafísico. Advierte a los lectores que está basada en la vida de Virata, un justo reconocido por su pueblo pero de quien no queda registro de existencia. Simplemente, pasó al olvido. La historia está ambientada en Oriente, mucho antes de la aparición de Buda. Virata, un servidor del rey, se convierte en la espada del reino al recuperar los símbolos de la soberanía, birlados por el hermano del rey. En la contienda, Virata asesina a su propio hermano mayor. Es la expresión de sus ojos sin vida la que ha de recordar Virata en el transcurso de la propia.

II.

            Una vez concluida la faena, el rey le nombra Juez Supremo del reino, quien imparte justicia al pueblo. Pero un buen día, un asesino que reconoce su falta, le plantea que él no puede impartir justicia porque sólo obra por palabras, sin conocer en carne propia cómo es sentir furia. Al condenarlo a prisión, Virata considera justo el reclamo del reo y decide ocupar su lugar en la mazmorra y ser castigado con el látigo para adquirir experiencia. Al salir, solicita al rey que le dispense de ser juez, tratando de vivir lejos de la acción y de la culpa. Pero su decisión de llevar una vida contemplativa no sólo genera problemas con sus hijos y su heredad, sino que, al ser emulado por otros que se quieren acercar a Dios, sus familias también le reclaman.

III.

            Todo el breve relato destila la búsqueda de la santidad; ese acercamiento a Dios rayano en lo místico. Sea porque Virata actúa como juez o porque no actúa y sirve de modelo a otros, Zweig se vale de ello para expresar que no importa las acciones que acometamos u omitamos; siempre ejercerán influencia sobre los demás, y es mejor vivir en sociedad, en condolencia con el pobre y con el necesitado, intentando alcanzar la bondad a los ojos de Dios.

IV.

            Con una pluma sutil y con escenas que no dejan lugar a dudas la clara intencionalidad del protagonista en purificarse y ser bondadoso mediante las obras, Zweig nos lleva a reflexionar cuántas veces nos disponemos a hacer el bien al prójimo, a sabiendas que no podemos vivir aislados y que hasta nuestra inacción puede ejercer acciones sobre los demás. Sin adentrarse en el sendero religioso, Zweig llama a una evaluación de nuestro accionar cotidiano. Una nouvelle que promueve la meditación.

martes, 19 de marzo de 2019

Al límite. Calles y otros relatos, Stephen Dixon


Eterna Cadencia, 2014


I.

            Fueron varios los libros aparecidos de este autor bajo un mismo sello editorial. Parece ser fruto de una recomendación que Rodrigo Fresán –autor del prólogo- hiciera a sus amigos y que Eduardo Berti, en virtud de ello, realizara una selección de trabajos que, en definitiva, componen el presente volumen, a partir de sendos títulos del autor.

II.

            Dixon se especializa en mostrarnos cómo una situación completamente cotidiana y vulgar puede degenerar en otra totalmente distinta y asaz violenta, cuando no absurda o surrealista. Un hombre con ciertas limitaciones y dificultades de relación plantea cuestiones que no pueden invalidarse por su naturaleza; una historia contada desde diversas posibilidades alumbra distintos aspectos de esa relación; una carta que cambia su contenido cada vez que es leída, o las diversas miradas acerca de un hombre al que deben amputarle una pierna, entre otros, son parte de relatos que combinan, violencia, desidia, incredulidad, heroísmo y una cuota de sarcasmo unida a grotescos que arrancas sonrisas.

III.

            Además, exhibe en un puñado de circunstancias la carnalidad de nuestra esencia humana, el lado primitivo y animal, la naturaleza agresiva, el costado menos amable y más censurable de nuestras decisiones, o de nuestras indecisiones –varias, a lo largo de los relatos-. Los vínculos quedan al desnudo; no hay escondite posible para actos brutales e insensibles, como para los tiernos y emotivos. En su paleta desfilan hombres comunes, con ropajes de héroes o villanos.

IV.

            Con una pluma ágil y escenas bien construidas, Dixon repasa nuestra toma de decisiones en situaciones que se hallan al límite de lo correcto, sin importar la mirada prejuiciosa de la sociedad ni de sus cánones de corrección política y social. Parece decirnos ‘también somos esto; mirad’. Y lo hace de manera brillante, con humor e ironía.

V.

            Finalmente, con un texto ameno, acompañado de un prólogo que conviene saltear, para encarar una vez concluida la lectura, la selección de relatos resulta una bocanada de aire fresco en medio de un streaming editorial más abocado a otras propuestas, de mayor actualidad aunque quizás menos profundas. Un libro de bienvenida al universo del autor.

jueves, 14 de marzo de 2019

Lengua materna. Los palimpsestos, Aleksandra Lun


Minúscula, 2015

I.

            Es harto difícil hallar dentro de las novedades literarias algo tan poco rentable como una novela burlona y desopilante; más, cuando el streaming se inclina a publicar creaciones que abordan cuestiones de género, aborto y otros temas de actualidad. Sin embargo, esta casa editora decidió enfrentarse a todo ello, incluyendo el formato –que no mide más de 15 x 10 cm-.

II.

            Aquí, Lun despliega todo su oficio de traductora políglota, ofreciendo una novela breve que combina una gran dosis de humor, sorna e inteligencia por igual. En ella, Czesław Przęśnicki, un inmigrante de origen polaco que ha escrito en lengua antártica su primer gran fracaso, se encuentra internado en un manicomio en la ciudad de Lieja, Bélgica, para curarse de escribir en lengua extranjera y volver a hacerlo en su propio idioma materno. Para ello, le aplican una terapia bartlebiana –desarrollada por el doctor Pasavento- que consiste en hacerle olvidar la lengua en que concibió sus libros.

III.

            Para que el tratamiento sea eficaz, el protagonista comparte su habitación con el padre Kalinowski, quien padece insomnio, reza continuamente por Przęśnicki, es obseso de la bicicleta fija y devoto de la imagen de Karol Wojtyla –Juan Pablo II-, en una suerte de sinergia polaca. Pero eso no es todo. A medida que transcurren las sesiones en el despacho de la doctora, hacen su aparición nada menos que Joseph Conrad, Vladimir Nabokov, Samuel Beckett, Karen Blixen, Eugene Ionesco, Agota Kristof, todos pacientes del manicomio –y autores que han escrito sus obras en idioma adoptado- que alientan a Przęśnicki a que continúe su segunda obra.

IV.

            Con estilo directo, haciendo gala de un humor socarrón no exento de autocrítica –la autora es polaca pero ha escrito el libro en español-, Lun nos hace reflexionar sobre el por qué escribir en otro idioma; si autores tan afamados lo hubieran sido de haber escrito en lengua materna; cuáles son los costos personales al tener que adaptarse a una lengua foránea y las limitaciones que esto impone al escritor.

V.

            Podría haber sido material para un ensayo. En cambio, Lun encontró una expresión mucho más lúdica y juguetona para plantear las mismas preguntas y, de paso, hacerlas más llevaderas, con un material que arranca sonrisas y carcajadas. Algo totalmente distinto, que vale la pena leer. Más, porque se lee de un sentón y deja una sensación final muy grata.

sábado, 9 de marzo de 2019

e-book 40. Capucha. Cuatro por cuatro, Sara Mesa


Anagrama, 2012

I.

            Apenas concluí esta lectura, intenté conseguir el libro ganador del Premio Herralde de ese año. Si esta pequeña maravilla sólo alcanzó a ser finalista, no quería pensar cómo sería aquélla que se hizo del galardón, por más que muchas de las premiaciones estén salpicadas de otros condimentos extraliterarios. No lo pude encontrar, porque el título jamás llegó. Llamativo.

II.

            La novela se compone de dos partes. En la primera, asistimos al Wybrany College, un colegio de élite, aislado de la ciudad más próxima, cuyo alumnado está compuesto por los Normales –hijos de clase rica- y los Especiales –hijos de los empleados, que nunca podrían asistir si no fueran becados-. Y lo hacemos a través de la mirada de dos marginales: Celia, una alumna tan lista como díscola, e Ignacio, un joven de cierta cojera que es objeto de burlas y malos tratos. La segunda, es un diario que un profesor sustituto escribe desde su llegada al colegio.

III.

            En la aparente fachada de convivencia normal entre autoridades, comunidad educativa y alumnos, poco a poco se van filtrando vínculos y acciones que sugieren otra realidad existente, sórdida, abusiva y enferma, que mantiene a los personajes en continua tensión, creando una atmósfera de sospecha. Como nadie puede enfrentarla sin correr serios riesgos, todos se vuelcan hacia el silencio. Es que, cuando los derechos humanos son conculcados, lo más fácil es mirar para otro lado.
La versión digital, gentileza de Ana Blasfuemia
IV.

            Mesa desnuda cómo una situación horrorosa puede existir con la complicidad tácita de quienes, conociéndola, deciden callar o participar en ella. También expone que siempre son los pobres, desclasados, las víctimas de los poderosos, que se mueven con la impunidad que les otorga ese mismo poder. Los demás, viven en un compartimiento estanco, un mundo de escasa comunicación y medias palabras. Destaco la arquitectura elegida, que permite desde el inicio ir aumentando progresivamente la tensión; el estilo narrativo, directo y frontal, y la composición psicológica de los personajes, que perciben algo de lo que subyace aunque sin certezas. Como si todos ellos asistieran a una gran farsa, bajo una capucha que les impide ver con claridad.

V.

            Una aclaración final. Capucha ha sido el salón principal del Centro Clandestino de Detención (CCD) ubicado en la Escuela de Mecánica de la Armada de la ciudad de Buenos Aires durante la última dictadura militar. Por ella desfilaron cientos de los que hoy llamamos eufemísticamente desaparecidos, de quienes no hemos recobrado cuerpos ni historia. Tiene su origen en que a los secuestrados se los maniataba y se les colocaba un antifaz o una bolsa de arpillera sobre su cabeza –se los tabicaba-, de manera que no pudieran identificar a sus secuestradores y torturadores y estuvieran a su merced. Este libro ha bordeado cierta similitud con el dolor de nuestra historia. Una gran novela, sin duda.

lunes, 4 de marzo de 2019

Corporaciones e Imperialismo. Soñando la guerra, Gore Vidal


Anagrama, 2003

I.

            Decidí poner rumbo al ensayo tras muchos libros de ficción, de manera de no saturarme y, por otro lado, hacer armas en un género que frecuento extremadamente poco. Encontré este título por casualidad; lo tenía esperando su ocasión desde hace varios años y observé, no sin sorpresa, que se hallaba vinculado a otros que había seleccionado para el presente año.

II.

            Quizás el autor haya sido, como él mismo lo expresa, el último republicano de E.E.U.U. Esta mezcla de escritor, periodista y político norteamericano destinó gran parte de su vida a esclarecer al pueblo a través de novelas, ensayos e investigaciones históricas, con el fin de que el ciudadano común acceda a los entretelones del poder político y económico de esa nación.

III.

            El breve libro recopila diez artículos escritos por Gore Vidal en diversos medios locales entre 1992 y 2003. En todos ellos critica la pérdida de la Vieja República tras la sanción de la Ley de Seguridad Nacional, de 1950, cuando la representación del pueblo pasó a manos de las corporaciones –empresas de defensa, bancos y compañías de seguro-, de manera que el Parlamento les garantizara pingües beneficios dentro y fuera de sus fronteras, sin importar el incremento de la deuda pública y la carga impositiva necesarias para hacer frente a ese esfuerzo.

IV.

            En principio, menciona las acciones de la CIA cometidas en Chile para eliminar al presidente Allende; repasa el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala, cuyo único error táctico fue intentar cobrarle un mínimo impuesto a la mayor empresa instalada en su territorio: United Fruit. Pero lo prodigioso se resume en el trabajo central, sobre los atentados a las Torres Gemelas en setiembre de 2001. Denuncia que el gobierno de Bush estaba al tanto de los posibles atentados, y los dejaron correr, así tenían motivo para atacar Afganistán que, con la excusa de la búsqueda de Bin Laden –supuesto responsable de los mismos- procedieron a domesticar a los díscolos talibanes que impedían la construcción de un oleoducto sobre el Mar Caspio, en los que ¡oh, casualidad!, estaba interesada la empresa Unocal, perteneciente al monopolio del petróleo manejado por Cheney… y el propio Bush.

V.

            Con una prosa amena, directa, sin ambages, Vidal desnuda el imperialismo de su país, al que culpa de haber generado la mayor deuda pública de todo el mundo, haberse entrometido en la política de otros países sólo para defender sus intereses y valerse de los medios de comunicación de masas para desinformar a la población, que será quien deba pagar los gastos con sus impuestos. Un libro colosal e irrepetible.