domingo, 28 de febrero de 2021

e-book 79. Juego sucio. La abadesa de Crewe, Muriel Spark

 

Contraseña, 2012

I.

            Una propuesta surgida en un grupo de lectura recayó en este título de Spark, con motivo de una nueva reedición local. El uso gubernamental de la tecnología con fines de vigilancia y control de la sociedad en general –y de los líderes políticos opositores, en particular- parece hoy un mal pandémico. Pero, para la publicación original -algo posterior al escándalo Watergate-, debe haber causado revuelo que el texto incluya este tipo de operaciones dentro de una abadía.

II.

             La breve novela, estructurada en seis capítulos, narra las peripecias entre dos monjas rivales que aspiran a suceder a Hildegarde, la vieja abadesa de Crewe que acaba de morir. Alexandra encarna al sector conservador y tradicional del convento, apegado a las normas, quien no duda en utilizar un sistema de micrófonos dentro del mismo para saber qué comentan las partidarias de Felicity, una habilidosa costurera que, además de contar con el beneplácito de las hermanas más jóvenes, mantiene un tórrido amorío con un cura jesuita.

III.

            La puja por el poder es el nervio central de la obra, un juego sucio en el que una aspirante culta, amante de la poesía -quien además ejerce una manipulación procaz bajo un velo de desapego-, debe enfrentar a una rival más joven, con ideas modernas y rebeldes, pero sin poseer los elementos necesarios para alcanzar el éxito. El desenlace se anuncia desde el inicio, pero la historia expone de manera palmaria la quimérica lucha de quienes no cuentan con el know how suficiente como para poder arrebatar el poder a los representantes del establishment.

La versión digital, gentileza de EpubLibre

IV.

            Destaco la construcción psicológica de ambas contendientes. Spark describe con maestría cuán importante es el manejo de la información -carente de toda ética-, los ardides gestados entre bambalinas y la posesión de una oratoria capaz de convertirse en relato político –lo que se desea que creamos, aún en contra de lo que aseveran los hechos-, a la hora de alcanzar el poder. Por contraparte, sostiene -no sin desazón- que aún los proyectos más revolucionarios, capaces de ofrecer un vuelco que se juzga necesario, carecen del manejo adecuado para lograr sus fines y, por ello, están destinados al fracaso.

V.

            Con una prosa punzante, escenas desopilantes y un humor socarrón, Spark no solo ofrece su mirada sobre los avatares del poder sino también su fina observación de la naturaleza humana, aún dentro de un claustro. Un libro divertido que a la vez permite meditar.


domingo, 21 de febrero de 2021

Trilogía del Baztán. 2. Legado en los huesos, Dolores Redondo

Destino, 2015

I.

            En este segundo episodio, la inspectora de la Policia Foral Amaia Salazar se ve involucrada en una serie de asesinatos cometidos por distintos criminales quienes, luego de perpetrarlos, se suicidan al poco, dejando como única señal un mensaje: ‘Tarttalo’, en clara alusión al mítico personaje del imaginario popular vasco, quien solía comer o morder una parte de sus víctimas. Ella deberá descifrar su significado para hallar al inductor responsable.

II.

            Pero eso no es todo en la vida de la protagonista. A punto de dar a luz, el lector transitará parte de su tenebrosa historia familiar, la relación con sus hermanas y tía, la recuperación de la casona que perteneció a su abuela y la imagen de una madre desquiciada, que vuelve una y otra vez a hacerse presente, sin eludir su nuevo rol de madre y sus miedos sobre la crianza.

III.

            Con elementos tomados de la mitología navarra –la oportuna aparición del hada del bosque; el legendario basajaun que auxilia ante los peligros- y haciendo uso de los tópicos que son parte de los relatos policiales –el compañero apartado que desea integrarse nuevamente al equipo, la seducción ejercida por el joven y apuesto juez de instrucción, el sagaz asistente a quien no se le escapa nada-, Redondo construye una novela de género que se inicia con un hecho acaecido en el volumen anterior y deja abierta la puerta para que una nueva historia comience en el venidero.

IV.

            De estilo coloquial, a diferencia de la primera, esta novela intercala apropiadamente los diversos planos que la atraviesan, logrando que la tensión narrativa vaya en aumento con el correr de las páginas. Aunque el desenlace sea tan abrupto como su antecesor –en medio de circunstancias demasiado adversas como para que su protagonista salga tan airosa-, el conjunto está más equilibrado y la lectura fluye con comodidad y rapidez. Una propuesta interesante para llevar de viaje o de vacaciones.

 

domingo, 14 de febrero de 2021

El paso del tiempo. La mesa limón, Julian Barnes

 

Anagrama, 2004

I.

            Tenía que leer uno de los relatos contenidos en este ejemplar para un taller de lectura. Tanto me atrapó, que decidí leer el resto del volumen, convencido de que el conjunto habría de ser más que las partes que lo componían. No me equivoqué. Pero debo advertir al lector sagaz que habrá de encontrarse con un texto basado en el envejecimiento humano; algo que muchos intentan eludir. Eso sí, con cierta dosis de fino humor inglés y algunos guiños de complicidad.

II.

            No parece haber mucho en común entre un obsesivo espectador de un concierto -que está más pendiente de la tos de sus vecinos que de la ejecución orquestal- y una anciana residente en un instituto para mayores, que mantiene un contacto epistolar con el autor. Tampoco entre un Jean Sibelius al fin de sus días -tras casi treinta años de ausencia compositora- y un par de viejas amigas que se reúnen a tomar el té, aun callando lo que cada una sabe de la historia de la otra. Y mucho menos entre un otrora empedernido jugador y bebedor devenido en cultor de la salud, y aquél que ha perdido a su prostituta amante, tras veinte años de gozar -una vez al año- de la relación espuria en su matrimonio.

III.

             Sin embargo, Barnes teje una serie de once relatos donde el denominador común es el paso del tiempo. Se trate de un enfermo de Alzheimer -cuya pareja lo acompaña con un manual culinario para compartir las recetas-, o de un personaje que narra su vida a través de su asistencia a una peluquería, todos ellos se enfocan en cómo se sobrelleva, se sobrevive o se encara un período crepuscular, que se vislumbra como dorado aunque amargo, como es el inexorable fin de la vida.

IV.

            Nostalgias, recuerdos, un amor que no pudo ser -y ese limón, símbolo de la muerte entre los chinos- omnipresentes en cada relato, nos interpelan acerca de cómo hemos de prepararnos para esa etapa que, en definitiva, todos deberemos transitar, y, si fuera posible, establecer qué nos haría felices a la hora de despedirnos.

V.

        De prosa fluida y coloquial, con escenas risueñas, personajes fantásticamente construidos y mucho material para meditar y elaborar, Barnes nos propone un sondeo sobre clics propios de la vejez: las manías, el deterioro físico y sexual, los sueños incumplidos, etc. Un libro escrito con madurez, para la madurez. Lectura sin desperdicio.


domingo, 7 de febrero de 2021

Miradas de mujer. e-book 78. 2. Un cuarto propio, Virginia Woolf

 

Alianza, 2004

I.

            Segunda entrega bajo esta etiqueta. Este menudo libro es fruto de la compilación de una conferencia brindada por la autora en 1928, a un grupo de féminas interesadas en el vínculo entre las mujeres y la novela. Woolf, con su proverbial dominio de los avatares literarios, abrió la misma diciendo que toda mujer que desee dedicarse a la escritura debe contar con un cuarto propio y una renta de quinientas libras al año (un monto importante para ese momento). Ella misma había heredado de una tía esa suma, que le permitía la independencia económica, indispensable para poder centrarse en las letras.

II.

            Pero no quedaba claro lo de la habitación propia. Para ello, acude a la Historia de Inglaterra y a su literatura, develando que hasta mediados del siglo XIX las mujeres estaban destinadas al hogar, la procreación y el sostén de la casa; que eran los hombres los encargados de la provisión de ingresos suficientes y, con ello, de detentar el poder y ejercer la dominación de género. No tenían acceso a una educación formal e igualitaria y poco menos que se las consideraba incapaces de pensar por sí mismas. Sus matrimonios eran arreglados entre familias, sin elección posible y la extensa prole las sometía a una suerte de esclavitud, que solo era liberada por la muerte, a veces temprana. Hasta diez años antes de esa conferencia, no poseían derecho al sufragio.

III.

            Cuando repasa las estanterías cargadas de libros que hablan sobre las mujeres, nota que siempre son hombres los autores de ellos, en su mayoría emitiendo juicios de menosprecio e inferioridad, concluyendo –acertadamente- que sólo buscaban una justificación para su supuesta superioridad, sin argumentos que lo fundamentasen apropiadamente. Por otra parte, las mujeres no poseían un lugar donde guardar su intimidad; generalmente, se les asignaba la sala común, donde abundaba el griterío de los niños y el quehacer de la servidumbre, si la había. Un lugar imposible para poder concentrarse en la elaboración de versos u oraciones destinadas a cualquier creación literaria.

La versión digital, gentileza de EpubLibre

IV.

             Bajo su singular mirada, Woolf analiza y desnuda cada una de las luchas que el género femenino debió (y debe) enfrentar a la hora de lograr que una sola de esas mujeres pudiera (y pueda) alcanzar cierto renombre como escritora. Las pocas que cita, como era de esperar, pertenecían a una clase acomodada, a la que solo tuvieron que dar la espalda a las habladurías de la sociedad, con el costo de que sus obras fueran desestimadas como ‘género menor’ y, por ello, destinadas al olvido.

V.

            Con una prosa directa y efectiva –preparada de antemano para ser leída-, documentada abundantemente con ejemplos, sin eludir la importancia de los conflictos bélicos (de Crimea y la Primera Guerra) en los cambios sociales que se suscitaron a partir de ellos, esta conferencia resulta una arenga que alienta a dejar atrás la visión machista y conservadora del rol que les han endilgado, en aras de procurarse un sustento y un espacio que les permita acceder al ejercicio de escritura. Una gran herencia de Woolf, no solo para mujeres de cualquier tiempo sino también para todo buen lector.