Edhasa, 2007
I.
Otro final anunciado. He invertido más
tiempo que con los anteriores porque casi los duplica en páginas. Fiel a mi
mismo –no me agrada dejar inconclusa una lectura-, presento aquí mis
apreciaciones. Antes que nada, confieso que ha sido el volumen de esta Trilogía
que más me ha agradado. Ello obedece a la índole de temas incluidos, los personajes
abordados y, fundamentalmente, una mirada crítica –que ya se había iniciado en
el primero de los textos- sobre el consabido American Way of Life, el exitismo y la burbuja financiera conque
concluye la historia.
II.
En este caso, se dan cita tres personajes
bien distintos: un piloto, héroe de la Primera Guerra, que diseña un nuevo
motor aéreo; una asistente social que se alinea con los reclamos de los
desposeídos y explotados en la minería, y una arribista con ínfulas, que hace sus
primeras armas en los incipientes camerinos en Los Ángeles. Así, Dos Passos nos
participa del nacimiento de la aeronáutica norteamericana, tanto como del
exitoso Hollywood y del inicio de la lucha de clases, tras la asunción
bolchevique. Y del peso de la publicidad, con otro protagonista que ya había
aparecido en un volumen anterior.
III.
Por sus páginas desfilan personajes
históricos como Frederick Taylor –el creador del hombre-máquina o, si preferís,
el taylorismo-; o Henry Ford, con su esclavitud fordista –basada en el anterior-.
Además, Dos Passos no podía soslayar el arte ni la volatilidad de Isadora
Duncan ni el bautismo de la navegación aérea con los hermanos Wright, ni tampoco
la arquitectura moderna a manos de Frank Lloyd Wright. Y menos aún la ejecución
de Sacco y Vanzetti. Todo un friso de época.
IV.
El fin de la Primera Guerra; el
ascenso del gran capital y el imperialismo; el nacimiento de la cinematografía;
la burbuja inmobiliaria de Miami –cuando las crecidas y huracanes arrasaban con
todo, como actualmente-, el azar en la Bolsa y la desprotección social del
Estado sobre los mineros son, en gran parte el nervio central de este volumen,
que concluye con el crack del ’29.
V.
Al igual que los libros anteriores,
además de los personajes y la evolución de sus historias se encuentra un Noticiario,
que incluye los titulares más resonantes de la época, y el Ojo de la Cámara,
donde se repasa alguna de las historias cotidianas, o se hace alguna reflexión editorial.
Con una prosa muy llevadera, en estilo coloquial y con escenas bien descriptas,
Dos Passos nos hace llegar la realidad de un mundo que quedó atrás, pero cuyas
secuelas aún hoy siguen estando presentes. En conjunto, una obra sin desperdicio.