jueves, 27 de junio de 2019

Novelas de Stefan Zweig. 6. Novela de ajedrez, Stefan Zweig


Acantilado, 2012

I.

            No quería cerrar el mes en curso sin la aparición de una novela de Zweig, de las que compone el presente volumen. La elección de la de marras se debió a cuestiones afectivas. El primer regalo de cumpleaños del que tengo recuerdo, fue un tablero de ajedrez con sus piezas a la edad de siete años, de parte de quien fuera mi padrino. En base a ello, me incliné por esta obra.

II.

            Zweig, sirviéndose del ‘juego de todos los juegos’, expone otros horrores no menos importantes que tuvo al nazismo como protagonista principal. Mark Czentovic, campeón mundial de ajedrez, debe viajar desde Nueva York hasta Buenos Aires para participar en un torneo. Rústico, paleto y engreído, sin mayor talento que para este juego deberá cubrir en barco una travesía que le insumirá casi dos semanas. El narrador –alter ego del autor- es testigo de los sucesos. Un ingeniero americano que también viaja desafía al campeón quien, por un puñado de dólares, accede no sin desdén después de haberse negado. Tras la primera derrota surge el señor B. que advierte al americano no caer en una celada, con lo que el resto de los espectadores propone una partida entre el señor B y Czentovic para el día siguiente.

III.

            La verdadera razón de Zweig aparece en un diálogo sostenido entre el narrador y el señor B. que tiene lugar la noche previa al match. Ese hombre ha estado cautivo de los nazis durante cuatro meses dentro de una habitación de hotel sin más comodidades que lo indispensable. Descendiente de una familia de administradores de bienes del clero y de la familia imperial, los nazis no lo enviaron a ningún campo de concentración, solo lo dejaron encerrado hasta que se deshiciera de los nervios y revelara lo que ellos querían: dónde estaban los bienes. El liso robo de un libro de ajedrez le permitió momentáneamente salir de su encierro pero le provocó una enfermedad nerviosa. Este ha sido el verdadero juego de ajedrez: sobrevivir a los interrogatorios.

IV.

            Zweig plantea que la tortura no sólo puede ser física, sino también psicológica y moral. Un ser humano, alimentado diariamente pero sin acceso a otros seres o tan siquiera a un papel, libro o elemento de distracción, queda sometido a una tensión tan extrema que puede conducirlo a la locura. El desenlace de la novela se vincula más a la secuela que ha dejado en el protagonista la experiencia de aislamiento que en la importancia del resultado del juego.

V.

            Con estilo fluido, magnífica composición psicológica de personajes y descripciones de escenas y sentires muy acertadas, Zweig construye una ficción para reflexionar sobre la sumisión y el aislamiento como formas de opresión y dominación. Una novela más que recomendable, de la que hay versión cinematográfica.

sábado, 22 de junio de 2019

Sensaciones. La primavera llegó en un carro tirado por caballos, Riichi Yokomitsu


También el caracol, 2019

I.

            Leí un comentario en una revista y lo apunté. Siendo el autor amigo de Kawabata no podía dejarlo pasar. Para colmo, el volumen era breve. Lo encontré en una librería donde comparten espacio títulos de editoriales de escasa tirada o, como es el caso, noveles que se lanzan al albur del éxito de ventas, basadas en textos marginales o de autores poco difundidos. La presente es una traducción local y un esfuerzo importante realizado por amantes de las letras orientales.

II.

            El libro está compuesto por cinco relatos de diferente extensión. Las preocupaciones por la vida de una sobrina recién nacida, por parte de un tío adolescente que se enamora de ella; las diversas historias por las que cinco pasajeros desean abordar con premura una carreta que los conduzca a la ciudad; la desesperación de un joven marido que ve apagarse la vida de su esposa; los recelos mutuos de un par de dependientes por robar la fórmula de un colorante que los haría ricos y la fuga de un grupo de trabajadores -que han sido estafados por su empleador- por salir de su hospedaje sin pagar no parecen tener un hilo común. Sin embargo, Yokomitsu captura las sensaciones, las elucubraciones de los personajes, los motivos y las acciones construyendo algo así como una literatura de la percepción.

III.

        Con diálogos afilados, protagonistas bien delineados psicológicamente y escenas que alcanzan un lirismo sin par, en el estilo oriental habitual pero con buen ritmo narrativo –raro para textos de origen nipón escritos entre 1921 y 1931-, Yokomitsu nos cuestiona cuánto de lo que percibimos termina siendo como lo suponemos y en qué medida somos los únicos artífices de lo que acaba por ocurrirnos.

IV.

            El texto se acompaña del Obituario de la muerte del autor -acaecido en 1948-, escrito por Yasunari Kawabata, en un sentido homenaje a quien fuera su amigo, y de un Estudio Preliminar a cargo de Miguel Sardegna, que sugiero leer a posteriori porque sus líneas develan gran parte de cada historia. El único baldón es que la presente traducción utiliza giros y modismos propios del lenguaje local con lo que, en aras de una mejor llegada al público nacional, restringe en cierta medida al resto, nada desdeñable, de habla hispana. Aún así, es buena ocasión para incursionar en él.

lunes, 17 de junio de 2019

Versión Original 22. Niels Lyhne, Jens Peter Jacobsen


Acantilado, 2003

           Rescato del recuerdo un título grato a mi formación lectora. Ha pasado casi una década de su lectura y aún evoco ciertas escenas y diálogos de él. Por ello, quiero ofrecer en esta ocasión mis antiguas líneas acerca de un libro que guardo entre los mejores que he leído. Ojalá ellas sean capaces de disparar la curiosidad de buenos lectores que aún permitan emocionarse.


            Había leído una frase incluida en este título en la que se hacía referencia al talento que poseen los jóvenes que, una vez superado el período de la juventud, lo pierden al igual que a éste. La misma resuena toda vez que me encuentro con algún antiguo conocido con quien otrora compartimos tareas o proyectos y nos ponemos al día acerca de lo que han deparado aquellos viejos sueños y anhelos. Por otra parte, tuve que insistir varias veces a un librero amigo para que me allegara un ejemplar, porque parecía casi saldado. Afortunadamente para ambos, quedaba alguno en los anaqueles.

            Es un libro vibrante, extremadamente sensitivo y comparable al Werther, de Goethe -o Peer Gynt, de Ibsen-, donde se narra la historia de este descendiente de una acomodada familia danesa, propenso a dejarse fluir con la vida. Ambientado a fines de siglo XIX, Lyhne va descubriendo la amistad, el arte, la poesía, el amor, el desengaño, toda una gama de vínculos y pasiones humanas unidas a los altibajos que la vida le va mostrando a cada paso.

            Lo maravilloso del texto es la fluidez y el estilo poético del relato. Jacobsen abunda en sutilezas del lenguaje, giros y expresiones de hondo contenido emotivo para delinear a los personajes que acompañan a su protagonista. A la vez que los construye, los hace partícipes de la trama en que se desenvuelven con tal maestría, que el conjunto se vuelve un todo indisoluble.

            Lyhne encarna esa juventud destinada a sentir, soñadora, dotada de una cuota no despreciable de ingenuidad, sin maldad ni codicia ninguna. Como si todo fuera un lento transcurrir desde el nacimiento hasta la muerte sin otra virtud mayor que la de amar la vida por encima de todas las cosas, a flor de piel. Los amores y las muertes se suceden unas a otras, tanto como la felicidad y el desencanto. Pero se viven naturalmente, sin rencores ni euforias.

            En suma, una obra plena de emoción y romance, cuya lectura acompañada de una luz tenue y el susurro de los “Preludios”, de Claude Debussy –entre otros posibles- la convierten en un deleite más que gozoso. La recomiendo para todo aquel que aun se reconozca a sí mismo como un ser sensible.

miércoles, 12 de junio de 2019

Épica renacentista italiana. Orlando furioso, Vol. 1, Ludovico Ariosto


Cátedra, 2002

I.

            Era una cuenta pendiente desde que un colega me lo recomendara y lo comprara a su consejo hace casi dos décadas. Desde entonces esperó hasta hoy. Soy consciente de que una reseña no debiera entregarse por partes, pero debido a la extensión –más de tres mil páginas- me tomo esa licencia. Máxime, cuando la lectura de este primer volumen me ha ocupado parte de todos los sábados y domingos del año en curso. Imagino que otro tanto ocurrirá con el restante.

II.

            Las fuentes en las que abreva el Furioso son, naturalmente, el Orlando Innamorato, de Boiardo; las Églogas y la Eneida, de Virgilio; el Cancionero, de Petrarca; las Metamorfosis, de Ovidio y la Commedia, de Dante Alighieri, entre otras menores. La influencia ejercida por el texto puede hallarse en el Carlo famoso, de Zapata; La Araucana, de Ercilla y, por supuesto, en el Quijote, de Cervantes. Afortunadamente para el profano, esta edición es profusa en citas a pie de página, que revelan origen y alternativas presentes en obras posteriores, como también aclaraciones sobre la traducción del original.

III.

            Basada en el Cantar de Roldán –Orlando, en italiano-, Ariosto retoma el tema de la caballería de aventuras, la defensa del catolicismo, la caballerosidad de los paladines, entre amores, hechizos, batallas, y justas que prueban el temple de los personajes que, en grado sumo, se dan cita en sus páginas. Porque no sólo es el devenir de Orlando y su amada Angélica, sino también de Reinaldo de Montalbán y un puñado de otras figuras menores que sazonan el relato.

IV.

            Ambientada en el siglo VIII, en el asedio sobre la Francia de Carlomagno por parte de los sarracenos, todo el poema –en verso, tanto como su traducción a cargo de Urrea- es una defensa del cristianismo contra el Islam, matizado con historias personales que hacen a la visión épica propia del Renacimiento, cuando Ariosto la escribió, ca. 1530. El poema se estructura en cuarenta y seis cantos –veintitrés en este volumen- escritos en octavas y pueden apreciarse tres planos: el amoroso, que ocupa los primeros trece cantos, da paso a la epopeya carolingia y a fábulas que laudan a la casa de Este, de los duques de Ferrara, mecenas de Ariosto a quienes está dedicado.

V.

            Destaco el estilo narrativo que ha elegido el autor. Cuando considera que ha de aburrir, cambia y centra la historia en otro episodio, al igual que los típicos culebrones contemporáneos. Además, ironiza al hombre racional que la tradición medieval encomiaba. Ariosto se permite incluir la pasión lujuriosa, el deseo y el desatino en los adalides –Orlando está furioso (perdió la cordura, loco de celos y rabia por la infidelidad de Angélica)-, burlándose así de la solemnidad presente en todo cantar de gesta. Un libro atractivo e inconmensurable.

viernes, 7 de junio de 2019

Renacimiento. El viaje vertical, Enrique Vila-Matas


Debolsillo, 2015

II.

            Federico Mayol, exitoso y adinerado empresario catalán, nacionalista, de convicción católica y padre de tres hijos, al día siguiente de celebrar sus bodas de oro es expulsado de su casa por su esposa –quien desea descubrir quién es ella-. Con setenta y siete años, tras constatar la frialdad de sus hijos –que no son todo lo felices que aparentaban-, debe encarar una nueva vida frente a la perspectiva de la soledad y de la muerte. Sin amigos significativos –porque los valiosos ya no están, y los nuevos le saben mediocres-, decide abandonar Barcelona para dirigirse hacia el sur, pasando por Porto, Lisboa y recalando finalmente en Madeira. Una suerte de viaje vertical –como lo indica el título- que a su vez acompaña su descenso a su propio abismo.

III.

            Mayol no está solo en su periplo. Le acompaña Pablo, un sobrino dueño de una cadena de lavanderías en Madeira –al que su mujer se le fue con otro-; y ese otro, llamado Pedro Ribera que, además de ser el director del hotel donde se hospeda Mayol, es el narrador de la historia. Así, el encuentro entre Pedro y Mayol deparará algo más que un vínculo. En un contrapunto memorable, el lector asistirá al renacimiento de un viejo autodidacta que aún no se da por vencido, mientras que el narrador hará de la historia del anciano su primera novela como escritor.

IV.

            Más allá de lo obvio de la trama, y del juego por el cual el protagonista se transforma en personaje mientras que el narrador nace a la escritura, Vila-Matas asume la defensa de aquellos a quienes la Guerra Civil les privó de una instrucción adecuada y les cercenó la posibilidad de alcanzar un estudio universitario, razón de la inferioridad que siente Mayol al ser tratado de inculto por uno de sus hijos, que sabe que ese self made man no ha leído un libro en su vida. Mayol se lamenta de haber vivido una vida para satisfacer las necesidades de otros y no de las propias, aunque ahora, hacia su final, esa vida le ofrece un resarcimiento.

V.

            Confieso que siendo éste mi inicio en la obra del autor, no pudo ser más auspicioso. Cautiva su prosa directa, sin eufemismos, que alcanza ribetes poéticos en algunas frases. Diálogos bien provocados junto a escenas magníficas, hacen el deleite de todo buen lector. Un libro fluido, ameno, que se disfruta ampliamente. Recomendable ciento por ciento.

I.

            Dejé el comienzo para el final. No sabía bien de qué iba el libro ni la razón de su elección pero, a medida que transitaba sus páginas, podía empatizar algo más con Mayol. Cuando nuestras mujeres nos abandonan –como es el caso de quien escribe, desde hace un par de meses-, debemos enfrentar no sólo la soledad, sino cómo habremos de encarar nuestro tramo final. Mayol me ha brindado una mirada optimista. Una ocasión para bucear en mí y hallar las respuestas.

domingo, 2 de junio de 2019

e-book 44. Efectos de la colonización. El río que nos separa, Ngũgĩ wa Thiong’O


Kailas, 2017

I.

            Pocas obras exponen tan palmariamente los efectos de la llegada del hombre blanco a las regiones dominadas por tribus africanas como la presente. El intento de modernización de las sociedades tribales, con su séquito de creencias y prácticas a cuestas, se conoce bien; no así los daños colaterales que conlleva, con su cuota de expolio y dominación. Estos fueron los elementos disparadores de esta lectura.

II.

            En el terreno keniano de los kikuyu existen dos cordilleras que corren paralelas, separadas por el río Honia, o ‘río de la vida’. En una de ellas, el hombre blanco ha generado una Misión Cristiana y ha convertido a algunos miembros de la tribu, quienes han renegado tanto de sus creencias como de sus prácticas ancestrales. En la otra, se concentra el grueso de la población que mantiene sus ritos, entre ellos la circuncisión femenina –la ablación parcial o total del clítoris, con el objeto de erradicar el placer sexual de las mujeres, en un acto de total sumisión al hombre-.

III.

            La novela narra la vida de Waiyaki, un niño al que aún le falta nacer de nuevo, en su paso hacia la adultez. Su padre le enviará a la Misión con el fin de tomar lo bueno que allí puedan ofrecer, sin apostatar de su origen. Waiyaki se da cuenta de lo importante que es la educación sistemática para el progreso de su pueblo y, una vez de regreso, se erige en el adalid de la docencia. Pero el rechazo religioso a las prácticas tribales paganas se agudiza y las facciones en pugna están a punto de estallar. Para colmo de males, Waiyaki se enamora de la hija del jefe cristiano y la rivalidad con otros líderes tribales despierta celos y suspicacias varias. Tendrá entonces que lidiar con el tironeo interno entre el amor y su fidelidad al pueblo.
Portada de la versión digital, gentileza de Epublibre
IV.

            De lenguaje fluido, coloquial, y estilo ameno, Thiong’O expone de manera peculiar el conjunto de bondades y vicios aparejados por la colonización blanca. Entre las primeras destacan la educación como forma de erradicar la ignorancia y el atraso; la medicina occidental, complementaria de la medicina natural ejercida por las tribus y el intento de alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en cuanto a derechos. Entre las segundas, sobresale el fanatismo e intolerancia religiosa, el despojo colonial de los terrenos y la aparición del cobro de impuestos.

V.

             Con un inicio algo lento, que cobra fuerza a medida que se desarrollan las acciones, el libro se disfruta al combinar la trama –que no deja de ser el descubrimiento del amor entre los jóvenes protagonistas- y las contradicciones que instaura el colonialismo en las sociedades primitivas. Un libro recomendable.