domingo, 31 de enero de 2021

Trilogía del Baztán. 1. El guardián invisible, Dolores Redondo

Destino, 2014

            Verano. Momento de esparcimiento y de necesidad de dejar atrás un año destinado al olvido. O casi. Merced a los buenos comentarios –en general- de esta trilogía, me hice de los ejemplares a fines de 2015 a sabiendas que habrían de esperar. La abulia que procura el encierro y mi escasa frecuencia en el género policial decidieron su suerte. Los restantes volúmenes que la componen aparecerán en meses venideros.

 

I.

            Amaia Salazar es inspectora de la Policía Foral de Navarra. Debido a su sagacidad, es puesta al frente de una investigación de homicidio de una adolescente cuyo cadáver ha aparecido en la orilla del río. Al poco, se descubre uno nuevo de iguales características, lo que indica la presencia de un asesino serial. Los resultados conducen la pesquisa a Elizondo, un pueblo pequeño de donde es oriunda la protagonista. Junto a un puñado de familiares y de compañeros no siempre colaboradores, Amaia no sólo deberá enfrentarse a la resolución de los casos sino también a sus propios fantasmas del pasado.

II.

            En la novela se imbrican tres planos. Primero, está la trama policial, donde aparecen pistas falsas, derivaciones sospechosas y circunstancias no muy claras entre los hechos y sus personajes. Luego se encuentra el plano personal de la protagonista, con su tenebrosa historia a cuestas, compartida con sus dos hermanas y el espectro de una madre que vuelve continuamente a hacerse presente. Finalmente, el mayor de los aciertos ha sido incorporar a la historia parte de la rica mitología navarra, con sus personajes nemorosos, su fauna pródiga y su riqueza culinaria.

III.

            Como contracara, la novela adolece de una notoria carencia de la tensión habitual en el género, que hace que la narración se vuelva demasiado plana, sin matices, donde los diálogos por momentos se transforman en sesudas explicaciones técnicas, sin relieves ni contrapuntos. Además, abunda en clichés –v.g., la mujer promovida, ante los celos que eso despierta en el staff masculino; la búsqueda (sin éxito) de la concepción, etc.- y escenas algo trilladas, que conducen al lector hacia el previsible –y brusco- desenlace, que sólo sorprende a la propia Amaia.

IV.

            Por lo demás, fluida y amena, de estilo directo y coloquial, sin florituras ni mayores aspiraciones, la novela se disfruta como un pasatiempo: se lee ágilmente mientras se desarrolla y cae en el olvido una vez concluida. Existe película de 2017 basada en ésta que parece no haber alcanzado demasiada repercusión.

 

domingo, 24 de enero de 2021

Víctimas del pasado. El agua electrizada, C. E. Feiling

La Parte Maldita, 2020

I.

Escasos eran los datos acerca de este escritor, que falleció de leucemia a los treinta y seis años, en 1997, dejando tras de sí una obra constituida por tres novelas y un poemario. A propuesta de un taller de lectura en el que participo, me pareció oportuno hacer conocer a ambos, autor y novela, a quienes no han tenido la ocasión de visitar sus letras.

II.

            Tony Hope es profesor de latín en un instituto de lingüística. Cercano a la treintena y algo misógino y extravagante, recibe un llamado telefónico de su madre notificándole la muerte de su amigo, Juan Carlos Lousteau, a raíz de un accidente con un arma de fuego. Viejos amigos desde los días en el Liceo Naval, Hope sospecha que el hecho presenta ribetes de suicidio o, mejor, de asesinato. A poco de emprender un viaje a Inglaterra gracias a una beca, decide investigar por sí mismo; para ello, cuenta con la ayuda de Irene, la seductora hermana menor del occiso.

III.

             Ambientado en Buenos Aires en 1989 -poco después de los comicios-, este policial negro se puede dividir en varios planos. El primero es la trama, disparada por la muerte de un amigo, que deriva en un hecho anterior: la aparición de dos cuerpos femeninos dentro de una bañera, supuestamente electrificados. Después, están los elementos que denotan el estilo de vida y el pensamiento de su protagonista, tanto en el área académica como con sus vínculos familiares y amistades varias. Finalmente, Feiling se vale del paso por la Armada para vincular la historia con un sórdido trasfondo y una alusión directa al rol de la institución naval en la dictadura militar.

IV.

            Dividido en dos partes y un epílogo, ordenado cronológicamente entre el último día de julio y los primeros de setiembre –antes de la partida-, la novela adquiere el aspecto de un diario, donde abundan citas en latín tanto como en inglés –un original guiño al lector y, por qué no, una socarrona burla a los cenáculos académicos-, diálogos entre Hope e Irene –que despiertan la fantasía erótica del primero- y la compañía de un puñado de personajes secundarios, que no eluden el afecto en el plano personal, ni tampoco la inclusión de cierta mano de obra desocupada -y de sus extendidas prácticas- entre los efectivos policiales. Todo señala que el pasado aún cobra víctimas.

V.

            Con un lenguaje personal -pedante de a ratos; siempre displicente-, propios de la doble filiación de su protagonista –hijo local de padres británicos-, y escenas habituales del género, Feiling construye una novela que arranca lentamente, pero donde la tensión va en aumento hasta su desenlace. La presente edición cierra con un emotivo posfacio de quien fuera su pareja hasta su muerte. En suma, una buena elección para iniciarse en sus letras.

 

lunes, 18 de enero de 2021

e-book 77. Retrato de familia. Mejor la ausencia, Edurne Portela

 

Galaxia Gutenberg, 2017

I.

            La buena experiencia sobre un ensayo anterior me llevó a incluir los posteriores trabajos de Portela en mi digital wishlist. Siendo ésta su primera incursión en la ficción narrativa, sólo debía decidir el momento de encarar su lectura. Los cuatro años transcurridos desde su aparición brindaron la suficiente distancia para obtener una mirada algo más objetiva, después que los auspiciosos comentarios y las diatribas más críticas que había despertado se han acallado definitivamente.

II.

            Amaia Gorostiaga –alter ego de la autora- narra en primera persona su historia. Lo hace en dos partes: la primera –que ocupa dos tercios del texto- transita su infancia y adolescencia, año tras año, desde los cinco a los dieciocho años. En la segunda, nos ofrece los pormenores de su regreso al ejido natal tras diecisiete años de ausencia, debido a algunos fracasos y la decisión de convertirse en escritora.

III.

             La protagonista es acompañada por tres hermanos varones mayores que ella, así como de sus progenitores. Ambientada en un barrio de Bilbao hacia fines de los ’70 del siglo pasado, Portela desarrolla a través de Amaia un retrato de familia, donde un padre abogado ejerce violencia de género sobre las mujeres y en el que sus integrantes tomarán diversos caminos para escapar de semejante infierno, sea éste el alcohol, la heroína, el estudio o la milicia etarra. Así, la niña mimada vivirá en carne propia la separación y disgregación familiar, en medio de un clima político que también ejerce su violencia sobre los ciudadanos.

La versión digital, gentileza de EpubLibre

IV.

             Destaco dos planos importantes. Es un acierto de la autora darle voz a una niña que modifica sus tonos y vocabulario a medida que crece, lo que vuelve al texto más verosímil a la vez que reafirma la trama. Con muchos elementos autobiográficos, Portela además utiliza la narración para dejar entrever la realidad social del País Vasco en ese período, con su secuela de muertos entre ambos poderes en pugna. En ese aspecto, el conjunto brinda solidez y transmite la atmósfera en derredor. En cambio, la segunda parte, donde la periodista -que promedia la treintena- regresa sin trabajo ni pareja al entorno familiar, abunda en situaciones algo trilladas y en explicaciones de los hechos que, habiendo sido sugeridas -apelando a la construcción lectora-, resultan innecesarias.

V.

             De estilo coloquial, la novela fluye rápidamente hacia su desenlace –anunciado en el inicio- dejando una estela amarga. Un libro breve e interesante, que bien puede ser leído como testimonio de una generación a la que los estragos de la droga y la violencia los marcó de por vida.


martes, 12 de enero de 2021

Miradas de mujer. 1. Solterona, Kate Bolick

 

Malpaso, 2016

             Comienzo el año lector lanzando una nueva propuesta. Bajo el título de marras pretendo cobijar varios libros que, a lo largo de los últimos años, fueron apareciendo en otros espacios y que la curiosidad o la mera recomendación han hecho que se acumularan tanto en papel como en soporte digital. Esta serie de ensayos tienen por nervio conductor la mirada de distintas mujeres acerca de la realidad social femenina, tanto en el pasado como en el presente. Con la dimensión masiva que ha alcanzado en nuestras sociedades el avance del feminismo y de la lucha por la igualdad de género, me ha parecido oportuno darle curso al material en espera, que se hará presente con cierta frecuencia por este lugar. Es mi deseo poder capturar la esencia de los textos que han de componer la selección, sin desmedro de otros que no sean incluidos, ni considerar que el tema se agota en los mismos.


I.

            El término elegido por Bolick como título de su trabajo refiere a aquellas mujeres que, por escasa fortuna, malas opciones o decisión personal, no han sido parte de matrimonio alguno, y cuya edad les priva de hallar pretendiente para constituir una familia con hijos. La autora nos ha de mostrar a lo largo del texto, cómo ha cambiado la mirada social sobre las mujeres solas, desde las pioneras hacia fines del siglo XIX y el impacto en la sociedad moderna, donde cada vez son más las mujeres que no eligen la institución matrimonial como modelo de realización personal.

II.

            Para ello, Bolick ha estructurado el ensayo en una serie de diez capítulos en los que entremezcla su propia historia –qué la condujo a preguntarse sobre su negación al matrimonio (ya con más de treinta años)- con la de otras cinco mujeres –sus despertadoras-, sobre las que realizó una investigación con el fin de hallar indicios de explicación. Tras visitar las biografías y escritos de Edna St. Vincent Millay, Neith Boyce, Edith Wharton, Charlotte Perkins Gilman y Maeve Brennan, el afán de independencia respecto de los hombres, unida a la necesidad de escribir –una decisión compartida no solo por las citadas sino también por la autora-, han sido los elementos disparadores para la elección de quedarse solas –por más que un par de ellas estuvieron casadas, y alguna con hijos-.

III.

            Bolick desgrana a lo largo de más de trescientas páginas la importancia que ha cobrado la realización de un proyecto personal, capaz de relegar al rol de pareja y a la maternidad sine die, en aras de alcanzar el tan codiciado éxito, sea en el plano laboral, económico, etc. De un pasado victoriano, donde la mujer era poco menos que esclava del matrimonio –la más de las veces, una transacción comercial- y quedaba circunscripta al área doméstica con su ingente prole, los cambios sociales fueron despertando a muchas que ya no aceptaban el dominio de los hombres y clamaban por libertad e independencia.

IV.

             Si bien la soltería de estas escritoras ha servido de modelo a Bolick, queda claro que en sus longevas vidas se han permitido tener parejas, practicar el sexo con cierta frecuencia y alternar con otras actividades sociales que incluyen –o no- a sus ocasionales compañías. En todos los casos, se ha tratado de la construcción de una vida propia, tal como la autora lo propone en el subtítulo que acompaña. Estas mujeres han sido capaces de despojarse de convencionalismos, estereotipos y abrirse camino por sí mismas, apoyándose en amistades y vínculos que, ante la falta de una familia, les han otorgado sentido de pertenencia y contención afectiva.

V.

            En estilo ameno y fluido, intercalando la historia personal con la de sus prototipos, Bolick desarrolla una mirada optimista sobre el rol de la mujer actual, señalando -no ingenuamente- la importancia que los solteros de cualquier género han tenido en el desarrollo social y comercial de bares, tiendas, restaurantes y spas abiertos día y noche, con el objeto de no sentirse solos. Habría que indagar si esta necesidad de contacto humano, tan multitudinario como superficial, no ha sido creada ad hoc para ocultar el dolor de la soledad cuando ésta sobreviene, algo que Bolick deja entrever pero no asume para sí. En suma, un libro muy interesante.


sábado, 2 de enero de 2021

e-book 76. Sátira vanguardista. Odile, Raymond Queneau

Marbot, 2009
 

I.

            Fue apuntado por uno de mis amigos una gélida noche de invierno de 2008 al verlo en el escaparate de una conspicua librería ya desaparecida, cuando buscábamos un transporte que nos devolviera a cada hogar. El lanzamiento de una nueva edición bajo sello local despertó aquel recuerdo; la curiosidad hizo el resto para que encarase su lectura. Guardaba cariño a las letras del autor, a partir de un par de experiencias anteriores.

II.

            Roland Travy es el protagonista y narrador de esta breve novela quien, según sus palabras, nació con veintiún años, luego de pasar una temporada en el Rif marroquí junto a las invasoras fuerzas francesas. De los años anteriores, prácticamente ha borrado su memoria, y ahora se encuentra en París, sin oficio ni empleo, viviendo de las erogaciones de un tío condescendiente. La necesidad de encontrarse a sí mismo lo lleva a refugiarse en las matemáticas complejas, como si ellas pudieran ofrecerle un sentido a su vida. Por ello, se acerca a una secta, liderada por Anglarés, cuyo objeto es investigar fenómenos infrapsíquicos capaces de establecer una conexión con el comunismo en boga, y otras rarezas. Allí conoce a Odile Clarión, una joven prostituta, cuya desorientación no es menor que la confusión de Travy.

III.

       Así, Queneau desarrolla una suerte de novela de iniciación -una deconstrucción, en realidad-, en la que un joven que rechaza caer en la vulgaridad de la vida común, visita pequeños grupúsculos que se asocian, disocian, combaten y alían según los cambios en el ego de sus amos, conformando la vanguardia que liderará la próxima revolución.

La versión digital, gentileza de EpubLibre

IV.

            Todo el texto resulta una sátira a estos cenáculos de iluminados, dotados de jerga propia, en los que palabras, tan rimbombantes como funambulescas, resuenan retóricas y vacías de contenido. En este aspecto, el autor contrapone la palabra oral a la palabra escrita. Además, se da el gusto de burlarse con altura del movimiento surrealista al que perteneció antes de ser removido por André Bretón –el Anglarés de la historia-.

V.

             De estilo ameno y fluido, con el uso de abundantes neologismos –creados ad hoc-, una serie de escenas desopilantes y diálogos que no guardan la debida conexión unos con otros, Queneau ofrece su mirada cáustica y socarrona sobre aquellos a quienes impulsa el afán de la figuración social a cualquier precio, sin aportar más que cháchara hueca. Una divertida y graciosa novela, en la que el amor termina siendo el único elemento valioso para sus jóvenes protagonistas. Para leer y disfrutar.