jueves, 11 de febrero de 2016

Pelibro 4. Siempre Alice

              Por estos lares dicen que ‘prometido, es deuda’, y si bien lo apunté cuando Agnieszka nos hizo conocer su opinión, lo cierto es que di más vueltas que una calesita –léase, carrusel- antes de llevarlo. Reconozco que mi escepticismo sobre cualquier best seller es visceral, pero en este caso tenía dos buenos motivos para hacer el esfuerzo: conozco al padre de una amiga que padece la enfermedad y, además, existía una adaptación a la pantalla, ocasión para armar un nuevo Pelibro.



Libro

Lisa Genova (Ediciones B, 2015)

            Alice Howland cuenta con cincuenta años, es una brillante profesora e investigadora de psicología cognitiva en Harvard que comienza a tener olvidos. Después de asistir a la consulta de algunos médicos y someterse a los debidos estudios le diagnostican un Alzheimer temprano. Alice, entonces, deberá luchar primero contra el escepticismo de John, su esposo; luego, contra el dolor de abandonar su carrera y su puesto de trabajo, para finalmente resignarse a vivir día tras día con la certeza del deterioro continuo hasta la demencia final.

           El libro está ordenado en capítulos con cita mensual, que abarcan un período de dos años, comenzando en septiembre de 2003 con los primeros síntomas, hasta septiembre de 2005 con un estado avanzado de la enfermedad, y acompaña un epílogo a manera de cierre.

            Rescato la construcción que Genova hace de su protagonista enferma, con un ingente miedo a perder sus recuerdos, a no poder identificar lugares ni personas, a no saber qué hacer para retrasar todo lo posible los efectos del Alzheimer que, con el correr el tiempo –y las páginas-, se van incrementando notoriamente.

             Ni Alice ni su familia –el marido y sus tres hijos- pueden detener el avance del mal para el que aun no existe cura; así, todos deberán reelaborar el vínculo que los une a una madre/esposa a la que cada día que transcurre le deja menos margen para el recuerdo y la comunicación.

         Con sólidas reflexiones sobre el flagelo del Alzheimer, diálogos bien construidos y un estilo muy ameno y coloquial, la autora narra los detalles de la vida cotidiana no sólo del paciente sino también de su entorno familiar y laboral, que deben aprender a convivir con alguien que requiere atención y compañía crecientes para sobrellevar lo más dignamente y con entereza su ingreso en la nada. Porque al final del camino, la nada es lo que espera.

             Un libro que advierte a la sociedad sobre los problemas que apareja el Alzheimer, sus posibles alternativas y la necesidad de rodear al enfermo, asistirlo, acompañarlo en su trágico derrotero mientras se llevan a cabo múltiples ensayos para la obtención de una droga y una terapia adecuada que pueda alcanzar la cura, o mermar sus consecuencias.




Film

Richard Glatzer y Wash Westmoreland, (BSM Studio, 2014)

            La realización para la pantalla grande se acopla muy bien al libro de Genova en todos los aspectos: mantiene el drama in crescendo utilizando los mismos elementos que va desgranando la historia original, sabiamente intercalados.

            El ritmo no decae y no cuenta con escenas sensibleras que molesten al espectador, por más que en alguna de ellas intente manifiestamente alcanzar la empatía del mismo. Sobria las actuaciones de Alec Baldwin –en el rol de John, el esposo- y un reparto que contribuye a la credibilidad de la trama sin altibajos.

            Párrafo aparte merece la soberbia actuación de Julianne Moore en el protagónico de Alice. Es su despliegue superlativo el que ocupa el centro de la historia y desarrolla el personaje hasta sus últimas consecuencias, apegándose notoriamente al texto y reflejando sin dobleces la vida de un enfermo de Alzheimer, quien desde su doloroso diagnóstico debe sobrellevar el deterioro físico y mental, cosa que Moore logra con holgura.

            Por lo demás, la película no se queda sólo en lo que le ocurre a su personaje principal, sino que también indaga en cómo su familia debe modificar sus hábitos para acompañarla en ese camino hacia la nada que conlleva la enfermedad. La necesidad de contención y amor, de paciente tolerancia, de aprendizaje de todos es la única capaz de hacer que Alice, aún en la pérdida de palabras y referencias, mantenga un vínculo con ellos a través de la emoción.

            Un film que demuestra en 100 minutos cómo puede transmitirse una realidad trágica, sin apelar a dramatizaciones exageradas ni languideces lacrimosas. Para ver en familia.

Testimonio del cuarto Pelibro

10 comentarios:

  1. Sigo sin ver la película- soy incapaz de ver ninguna desde hace unos años, pero el libro me gustó. Una lectura "abreojos", de esas que fomentan la empatía del lector. Como bien dices, no tiene nada sensiblero, cosa muy importante en este tipo de novelas. Tengo entendido que la autora ha encontrado su niche en temática de enfermedades degenerativas incurables, así que a lo mejor seguir leyéndola no es la mejor opción. Un abrazo

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    1. Ahora que lo señalas, parece que Genova tenderá a parecerse a Oliver Sacks, que también deambuló con las cuestiones médicas.
      Aprovecho para agradecerte la recomendación; no soy lector de estos temas, pero es bueno, como tú dices, abrir los ojos.
      Un abrazo para ti.

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  2. Uno se siente estremecido ante esta enfermedad... Buena reseña, amigo

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    1. Gracias, Ildefonso. Es bueno dirigir una cierta mirada hacia estos temas de tanta actualidad.
      Un gran abrazo.

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  3. Ese mundo inaccesible que representan enfermedades como el alzheimer genera mucha frustración. Tal vez estos libros tengan alguna pretensión terapéutica para quienes los escriben, una forma de mitigar esa ausencia de respuestas ante dicha enfermedad.
    Parece una lectura interesante.
    Abrazos Marcelo.

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    1. No sólo, Paco. Pienso que además tienden a alertar de lo que puede surgir en el seno de la propia familia, y de cómo actuar ante semejante cuadro. Así, el libro se erige como una suerte de 'primeros auxilios' en el caso que el lector debiera padecer en su entorno algo semejante.
      Sí, es interesante. Y la peli no lo es menos.
      Un gran abrazo, amigo!

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  4. Pues yo vi la película porque si sale la Moore me produce una atracción visceral también, creo que es mi favorita. Me gustó muchísimo tanto ella que no recurre a clichés manidos como Baldwin en su papel de marido que no sale corriendo a la primera. La nena de Crepúsculo con su perpetua cara de asco no consigue estropear la peli.
    Pensaba leer el libro pero me dio la sensación de que no iba a aportar mucho más.
    Tu escepticismo visceral me preocupa, ¿cuando sea una autora best seller no me vas a leer?

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    1. Bueno, hemos de compartir nada menos que un gusto por la Moore! Baldwin acompaña bastante bien. Stewart hace lo que tiene que hacer -con su perenne cara de asco-.
      Sí te voy a leer -igual o más que todas las semanas-! Pero no esperes ramilletes de rosas. ¿Acaso no leo a Auster y Murakami, aunque SE que intentan buscar mi agrado o mi aprobación? Sólo te pediré que no intentes abusar de ello. Ni de hacer pasta -que de eso se trata en los casos citados, mucho me temo-.
      Un beso grande para vos, Norah!

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  5. Ni he leído el libro ni visto la película, pero creo que ahora me tocará elegir. Me ha gustado muchísimo tu entrada
    Besos

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    1. Gracias por tus líneas y por acercarte, Silvia. El libro está bien; de la pelí no puedo ser objetivo, porque amo a Julianne Moore...
      Lo que elijas, estará bien para mi.
      He visto que has vuelto! Estábamos algo huérfanos sin ti.
      Un beso grande.

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