Por estos lares dicen que ‘prometido, es deuda’, y si bien lo apunté
cuando Agnieszka nos hizo conocer su opinión, lo cierto es que di más vueltas
que una calesita –léase, carrusel- antes de llevarlo. Reconozco que mi
escepticismo sobre cualquier best seller
es visceral, pero en este caso tenía dos buenos motivos para hacer el esfuerzo:
conozco al padre de una amiga que padece la enfermedad y, además, existía una
adaptación a la pantalla, ocasión para armar un nuevo Pelibro.
Libro
Lisa
Genova (Ediciones B, 2015)
Alice Howland cuenta con cincuenta
años, es una brillante profesora e investigadora de psicología cognitiva en
Harvard que comienza a tener olvidos. Después de asistir a la consulta de
algunos médicos y someterse a los debidos estudios le diagnostican un Alzheimer
temprano. Alice, entonces, deberá luchar primero contra el escepticismo de
John, su esposo; luego, contra el dolor de abandonar su carrera y su puesto de
trabajo, para finalmente resignarse a vivir día tras día con la certeza del
deterioro continuo hasta la demencia final.
El libro está ordenado en capítulos con
cita mensual, que abarcan un período de dos años, comenzando en septiembre de
2003 con los primeros síntomas, hasta septiembre de 2005 con un estado avanzado
de la enfermedad, y acompaña un epílogo a manera de cierre.
Rescato la construcción que Genova hace
de su protagonista enferma, con un ingente miedo a perder sus recuerdos, a no
poder identificar lugares ni personas, a no saber qué hacer para retrasar todo
lo posible los efectos del Alzheimer que, con el correr el tiempo –y las
páginas-, se van incrementando notoriamente.
Ni Alice ni su familia –el marido y
sus tres hijos- pueden detener el avance del mal para el que aun no existe cura;
así, todos deberán reelaborar el vínculo que los une a una madre/esposa a la
que cada día que transcurre le deja menos margen para el recuerdo y la
comunicación.
Con sólidas reflexiones sobre el
flagelo del Alzheimer, diálogos bien construidos y un estilo muy ameno y coloquial,
la autora narra los detalles de la vida cotidiana no sólo del paciente sino
también de su entorno familiar y laboral, que deben aprender a convivir con
alguien que requiere atención y compañía crecientes para sobrellevar lo más
dignamente y con entereza su ingreso en la nada. Porque al final del camino, la
nada es lo que espera.
Un libro que advierte a la sociedad sobre
los problemas que apareja el Alzheimer, sus posibles alternativas y la
necesidad de rodear al enfermo, asistirlo, acompañarlo en su trágico derrotero
mientras se llevan a cabo múltiples ensayos para la obtención de una droga y
una terapia adecuada que pueda alcanzar la cura, o mermar sus consecuencias.
Film
Richard Glatzer y Wash
Westmoreland, (BSM Studio, 2014)
La realización para
la pantalla grande se acopla muy bien al libro de Genova en todos los aspectos:
mantiene el drama in crescendo utilizando
los mismos elementos que va desgranando la historia original, sabiamente
intercalados.
El ritmo no decae y no cuenta con
escenas sensibleras que molesten al espectador, por más que en alguna de ellas
intente manifiestamente alcanzar la empatía del mismo. Sobria las actuaciones
de Alec Baldwin –en el rol de John, el esposo- y un reparto que contribuye a la
credibilidad de la trama sin altibajos.
Párrafo aparte merece la soberbia
actuación de Julianne Moore en el protagónico de Alice. Es su despliegue superlativo el que ocupa el centro de la historia y desarrolla el personaje
hasta sus últimas consecuencias, apegándose notoriamente al texto y reflejando
sin dobleces la vida de un enfermo de Alzheimer, quien desde su doloroso
diagnóstico debe sobrellevar el deterioro físico y mental, cosa que Moore logra
con holgura.
Por lo demás, la película no se
queda sólo en lo que le ocurre a su personaje principal, sino que también indaga
en cómo su familia debe modificar sus hábitos para acompañarla en ese camino
hacia la nada que conlleva la enfermedad. La necesidad de contención y amor, de
paciente tolerancia, de aprendizaje de todos es la única capaz de hacer que
Alice, aún en la pérdida de palabras y referencias, mantenga un vínculo con
ellos a través de la emoción.
Un film que demuestra en 100 minutos cómo puede transmitirse una realidad trágica, sin apelar a dramatizaciones exageradas ni languideces lacrimosas. Para ver en familia.
Un film que demuestra en 100 minutos cómo puede transmitirse una realidad trágica, sin apelar a dramatizaciones exageradas ni languideces lacrimosas. Para ver en familia.
Testimonio del cuarto Pelibro
Sigo sin ver la película- soy incapaz de ver ninguna desde hace unos años, pero el libro me gustó. Una lectura "abreojos", de esas que fomentan la empatía del lector. Como bien dices, no tiene nada sensiblero, cosa muy importante en este tipo de novelas. Tengo entendido que la autora ha encontrado su niche en temática de enfermedades degenerativas incurables, así que a lo mejor seguir leyéndola no es la mejor opción. Un abrazo
ResponderEliminarAhora que lo señalas, parece que Genova tenderá a parecerse a Oliver Sacks, que también deambuló con las cuestiones médicas.
EliminarAprovecho para agradecerte la recomendación; no soy lector de estos temas, pero es bueno, como tú dices, abrir los ojos.
Un abrazo para ti.
Uno se siente estremecido ante esta enfermedad... Buena reseña, amigo
ResponderEliminarGracias, Ildefonso. Es bueno dirigir una cierta mirada hacia estos temas de tanta actualidad.
EliminarUn gran abrazo.
Ese mundo inaccesible que representan enfermedades como el alzheimer genera mucha frustración. Tal vez estos libros tengan alguna pretensión terapéutica para quienes los escriben, una forma de mitigar esa ausencia de respuestas ante dicha enfermedad.
ResponderEliminarParece una lectura interesante.
Abrazos Marcelo.
No sólo, Paco. Pienso que además tienden a alertar de lo que puede surgir en el seno de la propia familia, y de cómo actuar ante semejante cuadro. Así, el libro se erige como una suerte de 'primeros auxilios' en el caso que el lector debiera padecer en su entorno algo semejante.
EliminarSí, es interesante. Y la peli no lo es menos.
Un gran abrazo, amigo!
Pues yo vi la película porque si sale la Moore me produce una atracción visceral también, creo que es mi favorita. Me gustó muchísimo tanto ella que no recurre a clichés manidos como Baldwin en su papel de marido que no sale corriendo a la primera. La nena de Crepúsculo con su perpetua cara de asco no consigue estropear la peli.
ResponderEliminarPensaba leer el libro pero me dio la sensación de que no iba a aportar mucho más.
Tu escepticismo visceral me preocupa, ¿cuando sea una autora best seller no me vas a leer?
Bueno, hemos de compartir nada menos que un gusto por la Moore! Baldwin acompaña bastante bien. Stewart hace lo que tiene que hacer -con su perenne cara de asco-.
EliminarSí te voy a leer -igual o más que todas las semanas-! Pero no esperes ramilletes de rosas. ¿Acaso no leo a Auster y Murakami, aunque SE que intentan buscar mi agrado o mi aprobación? Sólo te pediré que no intentes abusar de ello. Ni de hacer pasta -que de eso se trata en los casos citados, mucho me temo-.
Un beso grande para vos, Norah!
Ni he leído el libro ni visto la película, pero creo que ahora me tocará elegir. Me ha gustado muchísimo tu entrada
ResponderEliminarBesos
Gracias por tus líneas y por acercarte, Silvia. El libro está bien; de la pelí no puedo ser objetivo, porque amo a Julianne Moore...
EliminarLo que elijas, estará bien para mi.
He visto que has vuelto! Estábamos algo huérfanos sin ti.
Un beso grande.