Anagrama, 2004
La
Guerra Civil española aún hoy despierta la controversia y azuza las pasiones.
Comencé mi periplo literario sobre ese tema con la mirada de Almudena Grandes;
luego, pasé al testimonio de Chirbes, y concluí que el conjunto me sabía a
poco. Para mi fortuna, Utopía vino al rescate y me brindó la posibilidad de
proseguir con otro enfoque a través de un par de títulos. Sólo pude hacerme de
éste en versión electrónica.
El libro está compuesto por cuatro
relatos, que se vinculan de a pares entre sí y abarcan una colección de historias
bajo la mirada de quien ha perdido la guerra. Ambientados desde 1939 a 1942,
repasan el escenario de fines del enfrentamiento y los primeros tiempos de gobierno
del falangismo. Un capitán del ejército insurrecto –a la postre, victorioso-
decide entregarse al bando republicano sito en Madrid por no aceptar que el
único objetivo de la guerra no es poner en orden España, sino exterminar al
rival. Un poeta adolescente fugitivo, a quien se le muere su compañera cuando
da a luz su hijo, queda aislado en una braña deshabitada en las colinas
asturianas con la única compañía de un par de vacas, camino a una muerte segura
debido al hambre y al frío. Un soldado republicano encarcelado estira su vida
mientras ejerce la mentira sobre el coronel que lo debe juzgar y su esposa,
narrando anécdotas del hijo de ambos, a quien conoció en su presidio, hasta que
decide contar la historia verdadera. Finalmente, un republicano que se oculta
en el interior de un armario de su casa en los primeros tiempos del franquismo,
debe soportar el acoso político tanto como el asedio sexual de su esposa por
parte de un diácono, maestro de su hijo.
Todas las historias transmiten una
atmósfera de fracaso, miedo y pérdida angustiosa, en medio de la hostilidad de
los vencedores y la asfixia a que se ven sometidos los sobrevivientes vencidos,
destinados a la exacción y a la miseria. Cada una de ellas encarna un posible
sendero de la derrota, donde la muerte es la gran triunfadora; acecha
constantemente a cada protagonista hasta su fatal desenlace, sea por mano
propia, a través de un pelotón de fusilamiento o por inanición.
De estilo directo y con multiplicidad de voces,
Méndez construye un panorama represivo y desolador como pocos. Particularmente
desgarrador es el segundo de los relatos, escrito en forma de diario por el
propio protagonista, con mucha poética y cierta dosis de lirismo. Destaco el
clima opresivo que el lector percibe desde la primera página y la sensación de que
haber luchado por un vano ideal ha caído en el más absoluto despropósito.
Con varias escenas que se transitan
con un nudo en la garganta, la obra apela a la memoria de lo acontecido, a fin
de que puedan superarse las antinomias y ambas partes asuman su propia historia
reciente como un hecho trágico, para que no se repita. Un libro doloroso si los
hay.
Me encantó este libro. Me parece tan poético dentro del propio drama que intenta expresar, que es una verdadera obra de arte. Muy buen gusto eligiéndolo.
ResponderEliminarTe espero en La Reina Lectora ❤
Y si me permites, te invito a conocer mi proyecto lector ▲ Books Raiders ▲
Gracias, Eva, por darte una vuelta por aquí. Y por tus líneas.
EliminarEn breve pasaré por tu espacio.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSoy escéptico a leer, no sobre la Guerra Civil (ojo, que si lo hago), sino sobre la Guerra Civil novelada, o lo que es parecido, sobre novela “ambientada” en la Guerra Civil. Y no es que piense en tales libros como obras de poca altura literaria (éste que nos traes parece que tiene sobrada reputación literaria, por ejemplo). No, no es eso, ni mucho menos, simplemente me interesa más hacerlo mediante el ensayo testimonial, el ensayo histórico, o incluso la novela autobiográfica (similar actitud mantengo con el tema del Holocausto). Lógicamente la Guerra Civil ha sido un tema literario muy explorado en España, y no pocas veces se ha usado este episodio para dar lustre a otra “cosa” que podría perfectamente prescindir de ese uso de la Guerra Civil como “un gancho efectista” . Si un escritor/a me quiere contar sobre el amor, el desamor, la soledad, el miedo… o vete tu a saber, con el telón de fondo de la Guerra Civil… me aburro soberanamente, me irrito. O, porque también sucede, (y esto creo haberlo comentado alguna una vez Laura "U-topia") cuando el libro se convierte en un panfleto político, se hace propaganda, no literatura. Espera que voy a repasar todo… bien, ya puedes convencerme :)
ResponderEliminarConociendo tus gustos seguro que me podría perder algo bueno!!
Un fuerte abrazo amigo!!
Esta fue una propuesta de Utopia, Paco, a la que sólo pude acceder en formato digital -y de casualidad, te diría-.
EliminarMe ha parecido un buen libro, que destaca aspectos que quizás los libros de Historia no han tomado en cuenta -porque resulta difícil narrar la vida cotidiana de los comunes- o bien porque en ellos se repasan los hechos más importantes, dejando afuera la vida privada del vulgo. También debe ser la influencia que me dejó leer los volúmenes de 'Historia de la vida privada', vaya uno a saber como tú bien dices...
Me parece bien que pueda no ser de tu agrado o interés. Acaso los lectores, ¿no podemos elegir nuestras lecturas?
Recibe un fuerte abrazo desde aquí, amigo, y un beso a tus mujeres.
Hola de nuevo amigo.
EliminarMatizaré un poco mi comentario anterior. No estoy del todo perdido para la causa (temática). Como digo, con este tema soy escéptico, lo que significa que algunas veces hago excepciones. No soy dogmático con la literatura, solo escéptico. Hace años he leído, y disfrutado, excelente narrativa sobre la Guerra Civil en autores como Luis Goytisolo, Juán Marsé, Ignacio Aldecoa, R. Fernández de la Reguera, Carmen Martín Gaite… Y algunos más.
Luego vino la editorial Planeta, y desde los 90 empezó a exigir a ciertos escritores que tenía en nómina escribir cualquier historia, o cosa, que tuviese como fondo o escenario social e histórico la Guerra Civil… porque se vendían muy bien en los centros comerciales, esos “escaparates culturales” en los que tan a gusto se encuentra la editorial citada (que por otra parte ha publicado libros muy meritorios).
Hasta el punto fue así, que este temática significó más del 30% de sus publicaciones durante años (y por ahí andará ahora).
Así que acabé un tanto “escamado” con esta cuestión, y huía de “El tiempo entre costuras” de María Dueñas, pero también de Almudena Grandes y otras autoras y autores. Pagaron justos por pecadores. Entré en cuarentena con esta temática.
De todas formas, la buena literatura, aunque diga que ni por esas me acerco, siempre acaba venciendo mi resistencia… Al final solo hay un buen libro, o no. Y a veces acabo leyendo lo que contradice mi inclinación… Afortunadamente.
Abrazos!!
Bueno, Paco, creo que ambos nos hemos vuelto escépticos; tú con la Guerra Civil y yo con los desaparecidos. Es que en ambos casos las editoriales han hecho grandes ganancias y nos han cansado a los lectores con ese escenario. Pero quedan unos pocos que aún valen la pena. Sí, afortunadamente.
EliminarUn abrazo grande.
Que te lo haya recomendado Laura (U-topia), es para mi muy buena señal, sé que ella no se detendría ante cualquier "cosa" sobre esta cuestión, que me consta que conoce mucho mejor que yo.
ResponderEliminarSaludos!!
Fue su recomendación a la que le dí crédito, porque se que es bastante selectiva al respecto.
EliminarOtro abrazo.
Gracias por recordármelo, Marcelo.
ResponderEliminarMarisa (Offuscatio)
Gracias, Marisa, por darte una vuelta por aquí!
EliminarEsperaba poder empezar a saldar la deuda que tengo con tus recomendaciones -como con la de muchos que pasan por aquí-.
Un gran beso!
Me alegra mucho que te haya gustado, Méndez logra transmitirnos con brevedad y sin alharacas, el pozo negro en que la victoria de los militares convirtió la vida de los vencidos/as. El ambiente que construye de desolación, de soledad, opresivo y basado en la política del terror, fueron inenarrables, Méndez se acerca a esas emociones y sensaciones.
ResponderEliminarGracias por confiar en mi criterio (también a Paco por sus alusiones), sois unos soles.
Un fuerte y cálido abrazo!!
Es que te sabemos no sólo conocedora del tema -hablando académicamente- sino que tu selección siempre guarda tino; eres capaz de abstraerte de las pasiones y juzgar un texto por su contenido. Por eso Paco y yo -como tantos otros- te somos incondicionales.
EliminarSólo tengo una pregunta para ti: ¿cuánto tiempo se puede leer sobre un tema que causa tanta tristeza -sin enfermarse, claro-?
Gracias por recomendarme el texto; el día que consiga el de Jordi Soler, lo verás en este espacio, al igual que éste.
Un gran beso, U-to!
¡¡¡Gracias!!! Qué bonito lo que me dices...
EliminarNo sé cuánto tiempo, yo llevo ya mucho con los años treinta y mediados de los cuarenta en Europa, especialmente las matanzas de la llamada "guerra civil europea" y no puedo salir. Y me está volviendo una escéptica irrecuperable.
Un gran beso y buen fin de semana!!
¡Qué buena pinta!
ResponderEliminarMe suelen gustar este tipo de libros. A ver si logro hacerle un hueco. :-)
¡Nos leemos! :-)
Vale la pena leerlo. En mi caso, hacer un hueco resulta tarea ardua.
EliminarSaludos!