viernes, 9 de enero de 2015

Reconstrucción de un mito. Ema, la cautiva, César Aira


Editorial Universitaria de Buenos Aires, 2011

              Antes que nada, debo disculparme con Aira, a quien no había leído hasta este mismo momento por una suerte de prurito que me asalta: desconfiar de cualquier autor prolífico. Como ya lleva publicadas casi un ciento de novelas y ensayos, lo cierto es que me he negado sistemáticamente a incursionar por su literatura. Sólo la  curiosidad sobre un mito –establecido por un grande de las letras nacionales, Esteban Echeverría, a quien considero el primer escritor argentino- reelaborado a partir de su mirada, pudo más que mi reticencia. Eso sí, tuvieron que pasar más de treinta años de su primera edición -1981- para decidirme.

            Para quienes no conocen el tema, explico que el término cautiva refiere a la mujer blanca quien, a mediados del siglo XIX, en medio de estas llanuras donde abundaban tribus de indios nativos –pampas, mapuches, tehuelches y araucanos, entre otros- era raptada por los malones que arrasaban con las tolderías donde se asentaban las poblaciones, siempre alrededor de un fortín –un fuerte construido con empalizadas de troncos de árboles, en cuyas esquinas se apostaban torres o mangrullos, para advertir la llegada de los indios-. Era considerada un trofeo y se la disponía para servicio y reproducción.

            La novela se inicia con la descripción del traslado de un ingeniero francés hacia el fortín de Coronel Pringles, a cargo de un teniente y un pelotón de soldados que vigilan a un puñado de reos destinados allí. De esta manera, Aira nos ubica en la escena de los acontecimientos, sin eludir maltratos, sarcasmos y burlas entre el personal militar, su huésped y el resto de miserables personajes que componen el grupo de presos, en el que también se cuentan mujeres, cuyo único destino es ser solaz de los varones y parir.

         Luego, se nos narra la vida alrededor del fuerte cuyos protagonistas son una adolescente llamada Ema y su compañero. Al poco, Ema es capturada y llevada a una toldería de indios, en la que aprende el arte de alimentar faisanes y la vida en medio de ellos; se vuelve parte de la corte de un príncipe indígena y sus allegados, quienes sólo saben hacer ocio en la isla de Carhué. Finalmente, ayudada por un nuevo marido, es dejada en libertad junto a sus tres hijos, de manera que puede volver a Pringles, donde se establece y pide ayuda al coronel para poner un criadero de faisanes.

            Aira propone aquí un enfoque poliédrico. Por un lado, está el poder oficial, con su cuota de despotismo y corrupción –Espina puede dominar a los indios porque tiene cómo emitir moneda propia y hacerla circular-. Por otro, están los indios, con su escasa propensión a hacer algo más que pasarla bien y darse a la bebida, sin realizar labores y sin pensar en el mañana; para ellos, el futuro sólo es hoy. Además, la mujer es en ambas partes un objeto de intercambio y distracción, sea india o blanca. Finalmente, está la geografía, esa pampa inmensa que todo lo aplasta, allana e iguala, doblegando voluntades y propósitos.

                En suma, de estilo coloquial, la novela fluye. Se acompaña de un prólogo explicativo –que sugiero soslayar, para hacer una experiencia personal-. Por momentos me ha recordado el film ‘Apocalyse Now’, donde el coronel Espina se solapa con la figura del coronel Kurtz, encarnado por un genial Marlon Brando. En este caso, condimentada con una figura femenina y tintes locales.

12 comentarios:

  1. Una película inolvidable que me causó una gran impresión. Hay escenas que no he olvidado nunca como aquella carga de helicópteros al son del la cabalgata de las valquirias.

    No conozco la obra ni al autor pero me ha despertado un gran interés tu recorrido por ella (y por esa Pampa tan tuya), voy a ver si es posible encontrarla aquí.

    Abrazos grandes!!

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  2. Quizás en alguna edición anterior lo puedas conseguir, U-to. Es un libro que habla mucho de nuestra historia, de por qué somos en parte como somos.
    La película aun hoy sigue siendo memorable.
    Un gran beso!

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  3. Marcelo:
    voy a buscarlo por acá. Espero encontrarlo ;)
    un beso,
    Ale.

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    1. Desearía decirte, Ale, que Aira es un autor muy reconocido en mi tierra, Argentina. No se si éste es el mejor título suyo; no tengo idea, es lo que he tenido a mano. Pero es un buen libro.
      Por si lo encuentras y no te queda muy claro de qué trata, te sugiero leer 'La Cautiva' y 'El matadero', de un grande de nuestras letras: Esteban Echeverría, perteneciente a la Generación del '37. Inconmensurable.
      Otro beso grandote.

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  4. Estoy leyendo "Ema, la cautiva" ... Hace poco menos de un año que he comenzado a leer a Aira. Esta es la sexta novela que leo de él. He leído otra donde aparece también el indio como personaje , "Entre los indios"...Me gusta Aira!!! Estoy complacida con haber entrado en el mundo de sus libros.

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    1. Hola, Marga! Gracias por darte una vuelta por acá.
      Esta fue la única novela de Aira que leí hasta el momento. Estando en Gualeguaychú, no dejes de leer al mayor escritor fluvial que hemos tenido, Saer. O al poeta Juan L. Ortíz. Son geniales.

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  5. Releo y releo "El Matadero" de E.Echeverria!!! Y "Facundo" ! Inmensos escritores, textos que apasionan !

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    1. Puedes creer que aún no he leido el Facundo? Echeverría es para mi el primer escritor nacional.
      Saludos!

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  6. Cómo es Hual? Cómo es visto y cómo ve él la vida?
    2. ¿Dónde están y a dónde se dirigen?
    3. Investigar: ¿Por qué hay agua salada? ¿Es sólo un invento literario?
    4. ¿Cómo es la nueva cultura/sociedad a la que pertenece Ema? ¿Cómo dividen las tareas?
    5. Describir brevemente el lugar en el que están (Isla de Carhué)


    Alguno me puede decir las respuestas?? Plssssss

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    1. Estimo que hay varias respuestas posibles. En todo caso, habría que preguntarle al autor acerca de sus fuentes. Imagino que en el Archivo General de la Nación debe haber suficiente información al respecto, pero desconozco si sólo es ficción.
      Lamento ser de tan poca ayuda. Eso sí, que yo recuerde no hay isla en el lago Epecuén.
      Saludos.

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